/ lunes 26 de febrero de 2024

Marzo, mes de la Mujer y el Agua

Recientemente el Gobierno del Estado de Baja California Sur y el Ayuntamiento de La Paz dieron banderazo a la jornada Marzo, mes de la Mujer y el Agua, tomando la delantera al unir dos fechas del mes primaveral: 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y el día 22, Día Mundial del Agua.

Buscan destacar la importancia de la figura femenina en el contexto del agua, pero a la vez se espera lograr que la responsabilidad no recaiga sólo en ellas, porque el tema de la falta del vital líquido en las casas de Sudcalifornia es un asunto desbordante que moja a todas y todos.

La ciudadana Cenobia Calzada, vecina de la colonia Camino Real, tomó el micrófono en el foro especial del evento. “... Ya no vamos a los ríos o los pozos, pero tenemos la responsabilidad de cuidar el día que llega el agua…”, dijo.

Si me lanzarán el reto de pensar en una imagen donde una mujer aparezca en comunión con el agua, pensaría en la imagen de María, mi nana. Ella nació en El Triunfo y murió en La Paz.

Recuerdo que con orgullo narraba que estando embarazada, allá por los años 50, cargaba al hombro hasta dos baldes de agua que traía del pozo comunitario cercano a su hogar. El patio y algunas de sus plantas las regaban con agua jabonosa, siempre evitaban desperdiciar, luego en la casa tuvo una pequeña pila para almacenar. Ella nunca utilizó agua de un tinaco y pocas veces tomó de garrafón.

Cuando llegaba el momento de parir, mi tata se encargaba de ir a buscar a la partera, y ella ponía a calentar una olla de agua que sería utilizada en el proceso.

Mi relación con el vital líquido ha sido distinta. De niña, en los años 80, tomé de la llave y me bañé en la pila de mi nana y en los arroyos tras las lluvias, pero nunca vi que ningún adulto tuviera que madrugar para almacenar agua; nunca escuché el término tandeo como un sistema de cundina, en el que cuando a los otros les toca agua a ti te toca la espera y no desesperar.

En los próximos días me gustaría enterarme de qué manera se desarrollarán las acciones oficiales para lograr que mejore la forma en que la falta del vital líquido y gestión de este afecta a las mujeres, como si fueran ellas las únicas que lo ocupan.

La alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga, quien en el evento destacó su origen paceño y su conocimiento general del devenir del tema agua en la ciudad, anunció que la presa La Buena Mujer construida entre 1983 y 1985, localizada a 14 kilómetros al este de la ciudad de La Paz, será ahora más buena para el municipio, ya que su agua será potabilizada para ser usada en el Puerto de Ilusión, la obra ya está en proceso en el cerro Atravesado, y concluirá a finales de este año, surtirá hasta 70 litros por segundo.

El nombre Buena Mujer proviene del arroyo adyacente a la presa, así como de una flor morada. Es interesante notar que, mientras las presas suelen llevar nombres de figuras políticas, en Baja California Sur una "Buena Mujer" resguarda millones de litros de agua que serán aptos para el consumo humano.

Si mi nana viviera sé que no me creería si le contara el hecho. “Allí en la Buena Mujer viven unos Geraldo, son mis parientes”, decía.

Recientemente el Gobierno del Estado de Baja California Sur y el Ayuntamiento de La Paz dieron banderazo a la jornada Marzo, mes de la Mujer y el Agua, tomando la delantera al unir dos fechas del mes primaveral: 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y el día 22, Día Mundial del Agua.

Buscan destacar la importancia de la figura femenina en el contexto del agua, pero a la vez se espera lograr que la responsabilidad no recaiga sólo en ellas, porque el tema de la falta del vital líquido en las casas de Sudcalifornia es un asunto desbordante que moja a todas y todos.

La ciudadana Cenobia Calzada, vecina de la colonia Camino Real, tomó el micrófono en el foro especial del evento. “... Ya no vamos a los ríos o los pozos, pero tenemos la responsabilidad de cuidar el día que llega el agua…”, dijo.

Si me lanzarán el reto de pensar en una imagen donde una mujer aparezca en comunión con el agua, pensaría en la imagen de María, mi nana. Ella nació en El Triunfo y murió en La Paz.

Recuerdo que con orgullo narraba que estando embarazada, allá por los años 50, cargaba al hombro hasta dos baldes de agua que traía del pozo comunitario cercano a su hogar. El patio y algunas de sus plantas las regaban con agua jabonosa, siempre evitaban desperdiciar, luego en la casa tuvo una pequeña pila para almacenar. Ella nunca utilizó agua de un tinaco y pocas veces tomó de garrafón.

Cuando llegaba el momento de parir, mi tata se encargaba de ir a buscar a la partera, y ella ponía a calentar una olla de agua que sería utilizada en el proceso.

Mi relación con el vital líquido ha sido distinta. De niña, en los años 80, tomé de la llave y me bañé en la pila de mi nana y en los arroyos tras las lluvias, pero nunca vi que ningún adulto tuviera que madrugar para almacenar agua; nunca escuché el término tandeo como un sistema de cundina, en el que cuando a los otros les toca agua a ti te toca la espera y no desesperar.

En los próximos días me gustaría enterarme de qué manera se desarrollarán las acciones oficiales para lograr que mejore la forma en que la falta del vital líquido y gestión de este afecta a las mujeres, como si fueran ellas las únicas que lo ocupan.

La alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga, quien en el evento destacó su origen paceño y su conocimiento general del devenir del tema agua en la ciudad, anunció que la presa La Buena Mujer construida entre 1983 y 1985, localizada a 14 kilómetros al este de la ciudad de La Paz, será ahora más buena para el municipio, ya que su agua será potabilizada para ser usada en el Puerto de Ilusión, la obra ya está en proceso en el cerro Atravesado, y concluirá a finales de este año, surtirá hasta 70 litros por segundo.

El nombre Buena Mujer proviene del arroyo adyacente a la presa, así como de una flor morada. Es interesante notar que, mientras las presas suelen llevar nombres de figuras políticas, en Baja California Sur una "Buena Mujer" resguarda millones de litros de agua que serán aptos para el consumo humano.

Si mi nana viviera sé que no me creería si le contara el hecho. “Allí en la Buena Mujer viven unos Geraldo, son mis parientes”, decía.