/ lunes 8 de abril de 2024

Sandía con leche | Nuevo eclipse total de Sol: 33 años después

El eclipse total de Sol del lunes 8 de abril, de observación privilegiada en Sinaloa, Coahuila y Durango, ya estaba anunciado desde 1991, cuando se informó que habría que esperar más de tres décadas para que en México se pudiera volver a admirar un eclipse total de Sol, pero que duraría 4 minutos y 20 segundos, y no casi 7 minutos como el de los noventa.

El 11 de julio de este 2024 se cumplirán 33 años de que un día jueves una sombra originada por la Luna se vio primero en islas de Hawái, luego cruzó parte del Pacífico y tocó México, llegando primero a Baja California Sur, a las 11:44 horas. “La noche más corta del siglo”, consignaron algunos diarios de la época.

Ese día eran las 13:46 en Chiapas cuando la sombra de la Luna se despidió de México.

Para los científicos fue el momento perfecto para realizar experimentos y un momento de peligro potencial para la visión; para la prensa fue un hecho noticioso, nota de primera plana; para los artistas un hecho poético; para los supersticiosos un día amenazante; para los más chicos un día sin clases para observar el fenómeno antes de ver las caricaturas en la televisión.

“Cuatro minutos durará el (eclipse) que entrará por Mazatlán, el del 91 duró casi siete minutos porque eran las mejores condiciones, la Luna muy cerca de la tierra en el momento del eclipse, si la luna está muy lejos, ni siquiera tapa al Sol, es un eclipse anular…”, explicó el astrónomo Miguel Ángel Norzagaray, quien vivió el eclipse en la media península.

Quienes vivimos aquella maravilla natural, al escuchar el año 2024, pensábamos en una fecha muy lejana. El recordado periodista Jacobo Zabludovsky adelantó a cuadro la noticia del fenómeno que era solo una promesa.

En esos días, La Paz estaba como de moda porque el Puerto de Ilusión era la primera porción de tierra mexicana que sería tocada por el eclipse. Baja California Sur era el estado menos poblado de toda la república. Científicos de diversas partes del mundo se entendían en su idioma en campamentos, en puntos como la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

De acuerdo con datos del XI Censo General de Población y Vivienda, del entonces Instituto Nacional de Geografía e Informática, Baja California Sur estaba habitado por 317 mil 764 personas y Colima por 428 mil 510. Actualmente, BCS está por arriba de Colima, pero siguen siendo los dos estados menos poblados.

“Se va hacer de noche en el día”, dijo un maestro de mi primaria Ignacio Zaragoza y añadió: “ los carros van a tener que prender sus luces y los pájaros se irán a dormir”. Todo sonaba tan mágico, ¿o será que los habitantes de aquellos tiempos teníamos menos distractores?

En el eclipse del siglo XX, en Baja California Sur no hubo grupos indígenas que danzaran o usaran grandes caracoles como cornetas al estilo de las antiguas culturas mexicas, mixteco-zapotecas. Acá, en esta parte del Otro México, no se adora al Sol, pero sí se le admira y respeta, por ello se abrazó el acontecimiento como a alguien a quien se ama sabiendo que lo más probable es que no se le volverá a ver, por lo menos no en el mismo lugar.

Noticias en la televisión y radio; algunos libros de texto y trípticos explicaban de qué trataría el suceso que no dejaba de ser un misterio. Siempre se remarcó que el único momento adecuado para ver el eclipse era en su fase de totalidad, entonces se podría ver hasta sin los lentes especiales, pero por ninguna razón se debería observar en el proceso en el que los astros se estaban uniendo o separando.

Ahora existen infinitas formas para enterarnos del nuevo eclipse. El fenómeno astronómico es hoy un evento monetizable, trending topic, una imagen para lucir en las redes, creo que si pudiera ser posible habría quienes intentarían cobrar por posiciones VIP para poder admirarlo.

Qué suerte haber presenciado un espectáculo más largo y en primera fila. ¡Qué vivan los noventa!

De acuerdo con la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), el 4 de septiembre de 2100 será el último eclipse del siglo XXI, en el continente africano. La misma anota que en promedio un eclipse solar se puede ver desde un mismo lugar de la Tierra solo durante unos minutos, cada 375 años aproximadamente.

El eclipse total de Sol del lunes 8 de abril, de observación privilegiada en Sinaloa, Coahuila y Durango, ya estaba anunciado desde 1991, cuando se informó que habría que esperar más de tres décadas para que en México se pudiera volver a admirar un eclipse total de Sol, pero que duraría 4 minutos y 20 segundos, y no casi 7 minutos como el de los noventa.

El 11 de julio de este 2024 se cumplirán 33 años de que un día jueves una sombra originada por la Luna se vio primero en islas de Hawái, luego cruzó parte del Pacífico y tocó México, llegando primero a Baja California Sur, a las 11:44 horas. “La noche más corta del siglo”, consignaron algunos diarios de la época.

Ese día eran las 13:46 en Chiapas cuando la sombra de la Luna se despidió de México.

Para los científicos fue el momento perfecto para realizar experimentos y un momento de peligro potencial para la visión; para la prensa fue un hecho noticioso, nota de primera plana; para los artistas un hecho poético; para los supersticiosos un día amenazante; para los más chicos un día sin clases para observar el fenómeno antes de ver las caricaturas en la televisión.

“Cuatro minutos durará el (eclipse) que entrará por Mazatlán, el del 91 duró casi siete minutos porque eran las mejores condiciones, la Luna muy cerca de la tierra en el momento del eclipse, si la luna está muy lejos, ni siquiera tapa al Sol, es un eclipse anular…”, explicó el astrónomo Miguel Ángel Norzagaray, quien vivió el eclipse en la media península.

Quienes vivimos aquella maravilla natural, al escuchar el año 2024, pensábamos en una fecha muy lejana. El recordado periodista Jacobo Zabludovsky adelantó a cuadro la noticia del fenómeno que era solo una promesa.

En esos días, La Paz estaba como de moda porque el Puerto de Ilusión era la primera porción de tierra mexicana que sería tocada por el eclipse. Baja California Sur era el estado menos poblado de toda la república. Científicos de diversas partes del mundo se entendían en su idioma en campamentos, en puntos como la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

De acuerdo con datos del XI Censo General de Población y Vivienda, del entonces Instituto Nacional de Geografía e Informática, Baja California Sur estaba habitado por 317 mil 764 personas y Colima por 428 mil 510. Actualmente, BCS está por arriba de Colima, pero siguen siendo los dos estados menos poblados.

“Se va hacer de noche en el día”, dijo un maestro de mi primaria Ignacio Zaragoza y añadió: “ los carros van a tener que prender sus luces y los pájaros se irán a dormir”. Todo sonaba tan mágico, ¿o será que los habitantes de aquellos tiempos teníamos menos distractores?

En el eclipse del siglo XX, en Baja California Sur no hubo grupos indígenas que danzaran o usaran grandes caracoles como cornetas al estilo de las antiguas culturas mexicas, mixteco-zapotecas. Acá, en esta parte del Otro México, no se adora al Sol, pero sí se le admira y respeta, por ello se abrazó el acontecimiento como a alguien a quien se ama sabiendo que lo más probable es que no se le volverá a ver, por lo menos no en el mismo lugar.

Noticias en la televisión y radio; algunos libros de texto y trípticos explicaban de qué trataría el suceso que no dejaba de ser un misterio. Siempre se remarcó que el único momento adecuado para ver el eclipse era en su fase de totalidad, entonces se podría ver hasta sin los lentes especiales, pero por ninguna razón se debería observar en el proceso en el que los astros se estaban uniendo o separando.

Ahora existen infinitas formas para enterarnos del nuevo eclipse. El fenómeno astronómico es hoy un evento monetizable, trending topic, una imagen para lucir en las redes, creo que si pudiera ser posible habría quienes intentarían cobrar por posiciones VIP para poder admirarlo.

Qué suerte haber presenciado un espectáculo más largo y en primera fila. ¡Qué vivan los noventa!

De acuerdo con la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), el 4 de septiembre de 2100 será el último eclipse del siglo XXI, en el continente africano. La misma anota que en promedio un eclipse solar se puede ver desde un mismo lugar de la Tierra solo durante unos minutos, cada 375 años aproximadamente.