/ lunes 11 de marzo de 2024

Contexto | Baja California Sur y su identidad

Hace unos días en su residencia particular sostuve una amena charla con el profesor Jesús Murillo Aguilar, (San José de Gracia, municipio de Mulegé, 1945), quien a lo largo de sus casi 80 años de vida ocupó importantes responsabilidades administrativas y políticas en nuestra entidad, sobre todo en los tiempos del dominio hegemónico del PRI hasta 1999.

Su formación como maestro normalista, pero sobre todo, su desarrollo personal como líder juvenil del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS) en 1965, integrante del Movimiento Loreto 70, dirigente estatal del PRI, Diputado Federal 1982-1985, delegado del ISSSTE, Oficial Mayor del Gobierno del Estado, y Presidente Municipal de Mulegé 1990-1993, así como coordinador general de las campañas a gobernador de Alberto Alvarado y Víctor Liceaga, sin lugar a dudas lo convierten en una voz autorizada para opinar sobre el desarrollo social y político de nuestra entidad, pues como se puede apreciar al profe Murillo, como se le conoce popularmente, le tocó ser actor relevante en el desarrollo sudcaliforniano en las últimas décadas.

En la larga charla abordamos lo relacionado con la identidad sudcaliforniana, de los viejos y los nuevos tiempos respecto a este concepto tan importante para toda sociedad en cualquier momento de su desarrollo, hablamos de la forma en que la identidad de los pueblos se va transformando en el transcurrir de los años y las generaciones.

Hablabamos, sin nostalgia de ningún tipo de por medio, de un tiempo pasado que nunca más regresará, de los 128 mil habitantes que había en Baja California Sur en 1970 y de los más de 800 mil que somos hoy en día, y de cómo los conceptos que en un pasado no muy lejano eran parte de nuestra identidad, hoy sencillamente ya no lo son.

Coincidíamos en cómo el modelo hegemónico del PRI, antes y después de la conversión de Territorio a Estado Libre y Soberano, a través de sus intelectuales orgánicos, construyó y puso en práctica a lo largo del tiempo un discurso regionalista, acorde al tiempo histórico que se vivía en aquellos años que permeó en amplios sectores de la sociedad, en el que reivindicaba valores culturales e históricos regionales, y en el que lo local, era mejor, destacando evidentemente los productos importados, frente a cualquier artículo traído del interior del país, lo que daba un sello de orgullo a la población local, y si hablábamos de política, el ejercicio del poder político era para los sudcalifornianos, cual destino manifiesto.

Estamos a punto de llegar a los 50 años de la conversión de Territorio a Estado, y en el contexto de un muy breve análisis, el tiempo de 24 años de dominio hegemónico tricolor y 26 de alternancia política nos marca, como en muchos aspectos, un antes y un después en el tema relacionado con la identidad sudcaliforniana.

Cual partido y modelo hegemónico tuvimos una forma homogénea en cuanto al discurso regional desde el poder a lo largo de 24 años, pero el desarrollo económico y político a partir de 1999 lo modificó totalmente.

Aquí surgen muchas preguntas e inquietudes sobre el tema de la construcción de la identidad de Baja California Sur en los tiempos de la alternancia.

Nos preguntábamos el profe Murillo y un servidor, en este tiempo de la globalización y las redes sociales, ¿Dónde se encuentran los nuevos intelectuales orgánicos capaces de generar el nuevo discurso desde el poder en Baja California Sur? ¿Cuáles son los nuevos signos de identidad de nuestra sociedad en el casi primer cuarto del Siglo XXI?

Seguramente habrá muchas más preguntas que respuestas, pero lo importante es cuándo como sociedad de Baja California Sur estaremos en condiciones de abrir a la discusión de estos temas, que pareciera que hoy son marginales, pero que en los hechos son la esencia de los pueblos; es algo que no se ve, pero que es sumamente necesario.

Nos preguntamos: ¿A quién le corresponde dar el primer paso, a la sociedad civil o a la sociedad política? Platicar con el profe Murillo es enriquecedor, la siguiente vez será pero con grabadora en mano para recoger las vivencias de seis décadas de vida política en Baja California Sur.

Hace unos días en su residencia particular sostuve una amena charla con el profesor Jesús Murillo Aguilar, (San José de Gracia, municipio de Mulegé, 1945), quien a lo largo de sus casi 80 años de vida ocupó importantes responsabilidades administrativas y políticas en nuestra entidad, sobre todo en los tiempos del dominio hegemónico del PRI hasta 1999.

Su formación como maestro normalista, pero sobre todo, su desarrollo personal como líder juvenil del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS) en 1965, integrante del Movimiento Loreto 70, dirigente estatal del PRI, Diputado Federal 1982-1985, delegado del ISSSTE, Oficial Mayor del Gobierno del Estado, y Presidente Municipal de Mulegé 1990-1993, así como coordinador general de las campañas a gobernador de Alberto Alvarado y Víctor Liceaga, sin lugar a dudas lo convierten en una voz autorizada para opinar sobre el desarrollo social y político de nuestra entidad, pues como se puede apreciar al profe Murillo, como se le conoce popularmente, le tocó ser actor relevante en el desarrollo sudcaliforniano en las últimas décadas.

En la larga charla abordamos lo relacionado con la identidad sudcaliforniana, de los viejos y los nuevos tiempos respecto a este concepto tan importante para toda sociedad en cualquier momento de su desarrollo, hablamos de la forma en que la identidad de los pueblos se va transformando en el transcurrir de los años y las generaciones.

Hablabamos, sin nostalgia de ningún tipo de por medio, de un tiempo pasado que nunca más regresará, de los 128 mil habitantes que había en Baja California Sur en 1970 y de los más de 800 mil que somos hoy en día, y de cómo los conceptos que en un pasado no muy lejano eran parte de nuestra identidad, hoy sencillamente ya no lo son.

Coincidíamos en cómo el modelo hegemónico del PRI, antes y después de la conversión de Territorio a Estado Libre y Soberano, a través de sus intelectuales orgánicos, construyó y puso en práctica a lo largo del tiempo un discurso regionalista, acorde al tiempo histórico que se vivía en aquellos años que permeó en amplios sectores de la sociedad, en el que reivindicaba valores culturales e históricos regionales, y en el que lo local, era mejor, destacando evidentemente los productos importados, frente a cualquier artículo traído del interior del país, lo que daba un sello de orgullo a la población local, y si hablábamos de política, el ejercicio del poder político era para los sudcalifornianos, cual destino manifiesto.

Estamos a punto de llegar a los 50 años de la conversión de Territorio a Estado, y en el contexto de un muy breve análisis, el tiempo de 24 años de dominio hegemónico tricolor y 26 de alternancia política nos marca, como en muchos aspectos, un antes y un después en el tema relacionado con la identidad sudcaliforniana.

Cual partido y modelo hegemónico tuvimos una forma homogénea en cuanto al discurso regional desde el poder a lo largo de 24 años, pero el desarrollo económico y político a partir de 1999 lo modificó totalmente.

Aquí surgen muchas preguntas e inquietudes sobre el tema de la construcción de la identidad de Baja California Sur en los tiempos de la alternancia.

Nos preguntábamos el profe Murillo y un servidor, en este tiempo de la globalización y las redes sociales, ¿Dónde se encuentran los nuevos intelectuales orgánicos capaces de generar el nuevo discurso desde el poder en Baja California Sur? ¿Cuáles son los nuevos signos de identidad de nuestra sociedad en el casi primer cuarto del Siglo XXI?

Seguramente habrá muchas más preguntas que respuestas, pero lo importante es cuándo como sociedad de Baja California Sur estaremos en condiciones de abrir a la discusión de estos temas, que pareciera que hoy son marginales, pero que en los hechos son la esencia de los pueblos; es algo que no se ve, pero que es sumamente necesario.

Nos preguntamos: ¿A quién le corresponde dar el primer paso, a la sociedad civil o a la sociedad política? Platicar con el profe Murillo es enriquecedor, la siguiente vez será pero con grabadora en mano para recoger las vivencias de seis décadas de vida política en Baja California Sur.