/ lunes 13 de mayo de 2024

Contexto | Hugo Cervantes del Río

El próximo miércoles 15 de mayo se cumplirán 59 años de que arribó en el transbordador La Paz al Puerto de Pichilingue la familia Cervantes Vallejo encabezada por el entonces joven abogado capitalino Hugo Cervantes del Río (1927-1989), su esposa María Luisa Vallejo y sus hijos Hugo y Luis.

Hugo Cervantes llegaba a gobernar el Territorio Sur de la Baja California tras la designación que en su favor había hecho el Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), y su arribo era el resultado palpable de la victoria social y política obtenida por los y las habitantes de la media península en la segunda etapa del Frente de Unificación Sudcaliforniana (FUS) que en los primeros meses de aquel 1965, ante la creciente amenaza de que se ratificaría por otro periodo al General de División Bonifacio Salinas Leal (1900-1982) como mandatario territorial, se movilizó intensamente en toda la geografía sudpeninsular a favor de un gobernante civil, nativo y con arraigo, pero sobre todo alzó la voz contra decisiones del gobierno central que durante décadas habían vulnerado los derechos políticos de los sudcalifornianos establecidos en la Constitución General de la República.

Las crónicas de aquellos años, recogidas magistralmente por el periodista Rogelio Félix Félix (1939-2005) en La Chispa, así como investigaciones existentes sobre el particular hablan que en la segunda etapa del FUS hubo miles de mujeres y hombres en pie de lucha en defensa de sus derechos como ciudadanos mexicanos; por ello es de justicia reconocer en todo tiempo las figuras centrales en esta segunda etapa como lo fueron el médico Francisco Cardoza Carballo y el periodista Francisco King Rondero al igual que miles de mujeres y hombres que con su participación impulsaron el cambio político que a casi 60 años de distancia de aquel 1965 las nuevas generaciones de sudcalifornianos disfrutamos plenamente, y que hay que decirlo, a seis décadas parece que es una más de las etapas históricas de nuestra Baja California Sur que se encuentra en el olvido oficial.

El FUS triunfaba por segunda ocasión en un lapso de 20 años. En el verano de 1945 también con el médico Francisco Cardoza a la cabeza consiguieron, mediante acuerdos cupulares, que el General Agustín Olachea Avilés fuera nombrado gobernante del Territorio, y dos décadas más tarde esta organización de la sociedad, totalmente apartidista, lograban con amplias movilizaciones la llegada de un gobernante civil, no nativo, pero que tuvo la gran visión en aquellos años de iniciar en Baja California Sur a través de acuerdos políticos la transición para el cambio político de Territorio Federal a Estado Libre y Soberano entre 1974 y 1975.

El gobierno de Hugo Cervantes del Río se caracterizó por: Dar oportunidad a profesionistas locales, la mayoría recién egresados de instituciones de educación superior en Guadalajara y la Ciudad de México, en los espacios de la administración del gobierno del Territorio. En este sentido se pueden nombrar a Ángel César Mendoza Arámburo, Alfonso González Ojeda, Ricardo García Soto, Víctor Manuel Liceaga Ruibal, Guillermo Mercado Romero, Armando Trasviña Taylor, entre otros, que serían el pie veterano de la clase política priista que gobernó a Baja California Sur entre 1975 y 1999.

Ellos y otros más formaron la primera generación de servidores públicos netamente sudcalifornianos, y que años después, tres de ellos serían gobernadores de la entidad dentro de las filas del PRI.

Crear organizaciones sociales y políticas que le dieran cohesión y sentido de pertenencia a los diversos grupos locales. Impulsó la formación de la Federación Territorio Sur de Cooperativas Pesqueras, la institucionalización del PRI del Territorio, la Asociación Profesionistas y Técnicos, el Club de Mujeres Profesionistas y de Negocios, el Colegio Médico de La Paz, salió a la luz el diario El Sudcaliforniano, e inició operaciones XHKTV Canal 10; cada una de estas instituciones u organizaciones con su historia propia han sido parte fundamental del desarrollo social y político de Baja California Sur, y las bases se pusieron en aquel gobierno de la transición política del entonces Territorio Federal.

El impulso a la obra pública en el Territorio. Carretera a Los Cabos, consolidación de los puertos de San Carlos y López Mateos, el estadio Arturo C. Nahl, nuevo cuartel militar en La Paz, aeropuerto Manuel Márquez de León, Hospital Salvatierra en la calle Bravo, electrificación y casas de salud en comunidades rurales y el permanente respaldo al Valle de Santo Domingo que para aquel año cumplía 15 años de haber sido abierto al cultivo y era el emporio agrícola de Baja California Sur.

Como se puede apreciar con puntual claridad, Hugo Cervantes del Río inició la transición política de Baja California Sur que este 2024 cumple 50 años como Estado Libre y Soberano; esta transición que tuvo puntualmente un periodo de 10 años, es decir del 15 de mayo de 1965 al 5 de abril de 1975, fecha en que tomó posesión Ángel César Mendoza Arámburo como gobernador constitucional de Baja California Sur, el primero electo en la calidad de entidad federativa.

En este periodo de 10 años encontramos el Movimiento Loreto 70, la llegada de Félix Agramont Cota, originario del Territorio, en diciembre de 1970 como gobernador.

La reinstalación de los municipios en 1971 por Decreto del Congreso de la Unión, la inauguración de la carretera transpeninsular en diciembre de 1973 y la llegada de varios transbordadores para reforzar las rutas con Sinaloa y Jalisco, y por último la solicitud que las fuerzas vivas sudcalifornianas hicieron el 1 de junio de 1974 al entonces presidente de México, Luis Echeverría Álvarez en Cabo San Lucas de crear el Estado de Baja California Sur, planteamiento que se cumplió con el Decreto del 8 de octubre de 1974 publicado en el Diario Oficial de la Federación.

En el contexto del medio siglo que este 2024 cumplimos como Estado Libre y Soberano es ocasión propicia para recordar lo que hemos sido como sociedad sudcaliforniana y no condenar al olvido importantes páginas de nuestra historia regional que otras generaciones de mujeres y hombres de nuestra Patria Chica escribieron con mucha dignidad y con un gran amor a su tierra, como rezaba el discurso regionalista de hace varios años.

Creo en lo personal que a Hugo Cervantes del Río se le debe por parte de Baja California Sur un reconocimiento, porque más allá de defectos y virtudes políticas que tuvo a lo largo de su vida, es innegable que puso las bases para la construcción de la nueva entidad federativa con una visión de largo plazo, y dio cauce a las legítimas inquietudes políticas del pueblo sudcaliforniano de lograr el autogobierno.

Ricardo García Soto, en una larga charla que tuve con él hace 5 años, expuso cómo fue reclutado por Cervantes del Río en 1965 para venir a fundar el 12 de octubre de aquel año la Dirección de Turismo del Gobierno del Territorio, de la que fue su primer director general.

Como lo decía líneas arriba, prácticamente cada línea de este texto que entrego a los lectores es una historia que se une en una cadena de tiempo que nunca como pueblo sudcaliforniano debemos olvidar.

Los hechos ahí están, reitero, que nunca los cubra el manto del olvido, y mucho menos los golpes de la ideología.

El próximo miércoles 15 de mayo se cumplirán 59 años de que arribó en el transbordador La Paz al Puerto de Pichilingue la familia Cervantes Vallejo encabezada por el entonces joven abogado capitalino Hugo Cervantes del Río (1927-1989), su esposa María Luisa Vallejo y sus hijos Hugo y Luis.

Hugo Cervantes llegaba a gobernar el Territorio Sur de la Baja California tras la designación que en su favor había hecho el Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), y su arribo era el resultado palpable de la victoria social y política obtenida por los y las habitantes de la media península en la segunda etapa del Frente de Unificación Sudcaliforniana (FUS) que en los primeros meses de aquel 1965, ante la creciente amenaza de que se ratificaría por otro periodo al General de División Bonifacio Salinas Leal (1900-1982) como mandatario territorial, se movilizó intensamente en toda la geografía sudpeninsular a favor de un gobernante civil, nativo y con arraigo, pero sobre todo alzó la voz contra decisiones del gobierno central que durante décadas habían vulnerado los derechos políticos de los sudcalifornianos establecidos en la Constitución General de la República.

Las crónicas de aquellos años, recogidas magistralmente por el periodista Rogelio Félix Félix (1939-2005) en La Chispa, así como investigaciones existentes sobre el particular hablan que en la segunda etapa del FUS hubo miles de mujeres y hombres en pie de lucha en defensa de sus derechos como ciudadanos mexicanos; por ello es de justicia reconocer en todo tiempo las figuras centrales en esta segunda etapa como lo fueron el médico Francisco Cardoza Carballo y el periodista Francisco King Rondero al igual que miles de mujeres y hombres que con su participación impulsaron el cambio político que a casi 60 años de distancia de aquel 1965 las nuevas generaciones de sudcalifornianos disfrutamos plenamente, y que hay que decirlo, a seis décadas parece que es una más de las etapas históricas de nuestra Baja California Sur que se encuentra en el olvido oficial.

El FUS triunfaba por segunda ocasión en un lapso de 20 años. En el verano de 1945 también con el médico Francisco Cardoza a la cabeza consiguieron, mediante acuerdos cupulares, que el General Agustín Olachea Avilés fuera nombrado gobernante del Territorio, y dos décadas más tarde esta organización de la sociedad, totalmente apartidista, lograban con amplias movilizaciones la llegada de un gobernante civil, no nativo, pero que tuvo la gran visión en aquellos años de iniciar en Baja California Sur a través de acuerdos políticos la transición para el cambio político de Territorio Federal a Estado Libre y Soberano entre 1974 y 1975.

El gobierno de Hugo Cervantes del Río se caracterizó por: Dar oportunidad a profesionistas locales, la mayoría recién egresados de instituciones de educación superior en Guadalajara y la Ciudad de México, en los espacios de la administración del gobierno del Territorio. En este sentido se pueden nombrar a Ángel César Mendoza Arámburo, Alfonso González Ojeda, Ricardo García Soto, Víctor Manuel Liceaga Ruibal, Guillermo Mercado Romero, Armando Trasviña Taylor, entre otros, que serían el pie veterano de la clase política priista que gobernó a Baja California Sur entre 1975 y 1999.

Ellos y otros más formaron la primera generación de servidores públicos netamente sudcalifornianos, y que años después, tres de ellos serían gobernadores de la entidad dentro de las filas del PRI.

Crear organizaciones sociales y políticas que le dieran cohesión y sentido de pertenencia a los diversos grupos locales. Impulsó la formación de la Federación Territorio Sur de Cooperativas Pesqueras, la institucionalización del PRI del Territorio, la Asociación Profesionistas y Técnicos, el Club de Mujeres Profesionistas y de Negocios, el Colegio Médico de La Paz, salió a la luz el diario El Sudcaliforniano, e inició operaciones XHKTV Canal 10; cada una de estas instituciones u organizaciones con su historia propia han sido parte fundamental del desarrollo social y político de Baja California Sur, y las bases se pusieron en aquel gobierno de la transición política del entonces Territorio Federal.

El impulso a la obra pública en el Territorio. Carretera a Los Cabos, consolidación de los puertos de San Carlos y López Mateos, el estadio Arturo C. Nahl, nuevo cuartel militar en La Paz, aeropuerto Manuel Márquez de León, Hospital Salvatierra en la calle Bravo, electrificación y casas de salud en comunidades rurales y el permanente respaldo al Valle de Santo Domingo que para aquel año cumplía 15 años de haber sido abierto al cultivo y era el emporio agrícola de Baja California Sur.

Como se puede apreciar con puntual claridad, Hugo Cervantes del Río inició la transición política de Baja California Sur que este 2024 cumple 50 años como Estado Libre y Soberano; esta transición que tuvo puntualmente un periodo de 10 años, es decir del 15 de mayo de 1965 al 5 de abril de 1975, fecha en que tomó posesión Ángel César Mendoza Arámburo como gobernador constitucional de Baja California Sur, el primero electo en la calidad de entidad federativa.

En este periodo de 10 años encontramos el Movimiento Loreto 70, la llegada de Félix Agramont Cota, originario del Territorio, en diciembre de 1970 como gobernador.

La reinstalación de los municipios en 1971 por Decreto del Congreso de la Unión, la inauguración de la carretera transpeninsular en diciembre de 1973 y la llegada de varios transbordadores para reforzar las rutas con Sinaloa y Jalisco, y por último la solicitud que las fuerzas vivas sudcalifornianas hicieron el 1 de junio de 1974 al entonces presidente de México, Luis Echeverría Álvarez en Cabo San Lucas de crear el Estado de Baja California Sur, planteamiento que se cumplió con el Decreto del 8 de octubre de 1974 publicado en el Diario Oficial de la Federación.

En el contexto del medio siglo que este 2024 cumplimos como Estado Libre y Soberano es ocasión propicia para recordar lo que hemos sido como sociedad sudcaliforniana y no condenar al olvido importantes páginas de nuestra historia regional que otras generaciones de mujeres y hombres de nuestra Patria Chica escribieron con mucha dignidad y con un gran amor a su tierra, como rezaba el discurso regionalista de hace varios años.

Creo en lo personal que a Hugo Cervantes del Río se le debe por parte de Baja California Sur un reconocimiento, porque más allá de defectos y virtudes políticas que tuvo a lo largo de su vida, es innegable que puso las bases para la construcción de la nueva entidad federativa con una visión de largo plazo, y dio cauce a las legítimas inquietudes políticas del pueblo sudcaliforniano de lograr el autogobierno.

Ricardo García Soto, en una larga charla que tuve con él hace 5 años, expuso cómo fue reclutado por Cervantes del Río en 1965 para venir a fundar el 12 de octubre de aquel año la Dirección de Turismo del Gobierno del Territorio, de la que fue su primer director general.

Como lo decía líneas arriba, prácticamente cada línea de este texto que entrego a los lectores es una historia que se une en una cadena de tiempo que nunca como pueblo sudcaliforniano debemos olvidar.

Los hechos ahí están, reitero, que nunca los cubra el manto del olvido, y mucho menos los golpes de la ideología.