/ domingo 3 de julio de 2022

Lecturas de junio

Historia de las misiones dominicas de la Baja California (1779-1809), Ricardo Daniel Manríquez Araiza, Archivo Histórico Pablo L. Martínez, Editorial Color, 2017, 169 págs.

Aquí se transcriben, enseguida de una breve introducción, cinco documentos importantes para entender el proceso de integración de miembros de la orden de Santo Domingo al encargo de la evangelización en los establecimientos misionales fundados por la Compañía de Jesús, luego recibidos por los franciscanos y finalmente entregados a los dominicos en 1773 mediante inventarios que preparó este cronista y publicó en España el Instituto d’ Estudis Baleárics (Palma de Mallorca, 1987), omitidos en el libro de Manríquez Araiza.

Inserto enseguida tres párrafos que pueden resultar de información conveniente al respecto:

Fue a raíz de este traspaso que comenzó a ser empleado el término de “baja” California para toda la península, cuya cristianización fue confiada a los dominicos, y el de “alta” California a la parte continental, obtenida por los franciscanos a partir de San Diego, en un proyecto que diseñaron el visitador Joseph de Gálvez y Junípero Serra en el real de Santa Ana, de la actual delegación de San Antonio, en el municipio de La Paz. Parte del plan fue despojar de cuantos bienes fuesen transportables de las comunidades del sur hacia las potenciales fundaciones del norte, que constituyó casi un tiro de gracia para lo que aún pervivía de los establecimientos ex jesuíticos.

Antes de ello, toda esa vasta región fue conocida sólo como “las Californias” o simplemente California, cuya parte norteña era apenas conocida desde el mar por las diversas exploraciones que ocurrieron del siglo XVI al XVIII.

Después del deslinde entre franciscanos y dominicos, el 26 de febrero de 1804 el gobierno virreinal separó política y administrativamente a las Californias en una parte peninsular (Antigua, Vieja o Baja California) y otra continental (Nueva o Alta California).

El primer documento de la obra a que se hace referencia en esta ocasión es la “Representación [informe] de fray Nicolás Muñoz sobre el gobierno de las misiones dominicas de la Antigua California”. El segundo es de contenido similar, ahora expedido por el gobernador Felipe de Neve. En el que sigue, los frailes informan sobre el estado de las misiones puestas a su cuidado; ellas son las de San Fernando Velicatá, Santa Rosalía de Mulegé, La Purísima Concepción de Cadegomó, San Vicente Ferrer, Santa Gertrudis, Nuestra Señora de Guadalupe y Santo Domingo.

En el cuarto documento, “Fray Miguel Hidalgo expone sus quejas sobre los padres provinciales y solicita atención a varios puntos relativos al cuidado de las misiones bajacalifornianas. El último de los papeles es el informe de fray Domingo Barrera sobre el estado de las misiones.

Levadura del insomnio, por Christopher Amador, Aspeiron Ediciones, Premio Álvaro de Tarfe de Poesía 2022, Madrid, 68 págs.

Es éste un poemario en el que la precisión y la concisión apuran sus resquicios para abrir un horizonte no de mundo, sino previo a cualquier mundo, y no de tiempo sino anterior a todo tiempo. Las palabras palpitan, respiran: las vemos y las oímos –casi las palpamos- no hechas sino haciéndose y deshaciéndose, transformándose en otras para ser ellas mismas y viceversa. En el caleidoscopio de una duermevela tan lúcida como onírica, no presenciamos la creación como obra del crear sino, antes de aquella, como obrar mismo. Como reza el primer verso de uno de sus poemas: “La poesía se encuentra en los borrones del antepoema.” (De la 4ª. de forros.)

Protagonistas de la comunicación en Baja California Sur, Colegio de Licenciados en Ciencias de la Comunicación de Baja California Sur, México, 2022, 166 págs.

Egresamos de la formación universitaria con el apetito para abordar con versatilidad la comunicación en cualquiera de sus vertientes. Confirmamos su amplitud y continua transformación en el ejercicio cotidiano de nuestro quehacer profesional entendiéndola como una constante indetenible que implica voluntad para seguirle el paso.

De la docencia a la gestión pública, pasando por la técnica de la imagen, el sonido y el periodismo, se formulan las experiencias de quienes escriben este volumen con la finalidad de dar a conocer a estudiantes y colegas –y tal vez a un público mucho más amplio- la forma individual de ejercer la comunicación en esta entidad alejada del centro del país, pero que sin duda impone desafíos, motiva y confronta con las realidades de nuestro tiempo. (De la 4ª. de forros.)

Historia de las misiones dominicas de la Baja California (1779-1809), Ricardo Daniel Manríquez Araiza, Archivo Histórico Pablo L. Martínez, Editorial Color, 2017, 169 págs.

Aquí se transcriben, enseguida de una breve introducción, cinco documentos importantes para entender el proceso de integración de miembros de la orden de Santo Domingo al encargo de la evangelización en los establecimientos misionales fundados por la Compañía de Jesús, luego recibidos por los franciscanos y finalmente entregados a los dominicos en 1773 mediante inventarios que preparó este cronista y publicó en España el Instituto d’ Estudis Baleárics (Palma de Mallorca, 1987), omitidos en el libro de Manríquez Araiza.

Inserto enseguida tres párrafos que pueden resultar de información conveniente al respecto:

Fue a raíz de este traspaso que comenzó a ser empleado el término de “baja” California para toda la península, cuya cristianización fue confiada a los dominicos, y el de “alta” California a la parte continental, obtenida por los franciscanos a partir de San Diego, en un proyecto que diseñaron el visitador Joseph de Gálvez y Junípero Serra en el real de Santa Ana, de la actual delegación de San Antonio, en el municipio de La Paz. Parte del plan fue despojar de cuantos bienes fuesen transportables de las comunidades del sur hacia las potenciales fundaciones del norte, que constituyó casi un tiro de gracia para lo que aún pervivía de los establecimientos ex jesuíticos.

Antes de ello, toda esa vasta región fue conocida sólo como “las Californias” o simplemente California, cuya parte norteña era apenas conocida desde el mar por las diversas exploraciones que ocurrieron del siglo XVI al XVIII.

Después del deslinde entre franciscanos y dominicos, el 26 de febrero de 1804 el gobierno virreinal separó política y administrativamente a las Californias en una parte peninsular (Antigua, Vieja o Baja California) y otra continental (Nueva o Alta California).

El primer documento de la obra a que se hace referencia en esta ocasión es la “Representación [informe] de fray Nicolás Muñoz sobre el gobierno de las misiones dominicas de la Antigua California”. El segundo es de contenido similar, ahora expedido por el gobernador Felipe de Neve. En el que sigue, los frailes informan sobre el estado de las misiones puestas a su cuidado; ellas son las de San Fernando Velicatá, Santa Rosalía de Mulegé, La Purísima Concepción de Cadegomó, San Vicente Ferrer, Santa Gertrudis, Nuestra Señora de Guadalupe y Santo Domingo.

En el cuarto documento, “Fray Miguel Hidalgo expone sus quejas sobre los padres provinciales y solicita atención a varios puntos relativos al cuidado de las misiones bajacalifornianas. El último de los papeles es el informe de fray Domingo Barrera sobre el estado de las misiones.

Levadura del insomnio, por Christopher Amador, Aspeiron Ediciones, Premio Álvaro de Tarfe de Poesía 2022, Madrid, 68 págs.

Es éste un poemario en el que la precisión y la concisión apuran sus resquicios para abrir un horizonte no de mundo, sino previo a cualquier mundo, y no de tiempo sino anterior a todo tiempo. Las palabras palpitan, respiran: las vemos y las oímos –casi las palpamos- no hechas sino haciéndose y deshaciéndose, transformándose en otras para ser ellas mismas y viceversa. En el caleidoscopio de una duermevela tan lúcida como onírica, no presenciamos la creación como obra del crear sino, antes de aquella, como obrar mismo. Como reza el primer verso de uno de sus poemas: “La poesía se encuentra en los borrones del antepoema.” (De la 4ª. de forros.)

Protagonistas de la comunicación en Baja California Sur, Colegio de Licenciados en Ciencias de la Comunicación de Baja California Sur, México, 2022, 166 págs.

Egresamos de la formación universitaria con el apetito para abordar con versatilidad la comunicación en cualquiera de sus vertientes. Confirmamos su amplitud y continua transformación en el ejercicio cotidiano de nuestro quehacer profesional entendiéndola como una constante indetenible que implica voluntad para seguirle el paso.

De la docencia a la gestión pública, pasando por la técnica de la imagen, el sonido y el periodismo, se formulan las experiencias de quienes escriben este volumen con la finalidad de dar a conocer a estudiantes y colegas –y tal vez a un público mucho más amplio- la forma individual de ejercer la comunicación en esta entidad alejada del centro del país, pero que sin duda impone desafíos, motiva y confronta con las realidades de nuestro tiempo. (De la 4ª. de forros.)