El 14 de noviembre de 2021, y mediante acuerdo de cabildo, el ayuntamiento de Los Cabos, en el extremo meridional de la península californiana, llevó a efecto en Cabo San Lucas un amplio programa de actividades para celebrar por primera vez el día de la Californidad.
Ello constituyó la culminación de una serie de gestiones de la Sociedad de la Antigua California, con la solidaridad de los grupos Yenecamú y Raíces de Los Cabos, Californios amigos de la historia y los estudios locales (CAHEL), de La Paz, así como fundadores y miembros de Escritores Sudcalifornianos, en la coincidencia de que era necesario reconocer el hecho incuestionable de que el extremo sur peninsular fue el primer punto concreto del planeta que recibió el nombre de California, según consta en documentos y mapas desde el siglo XVI.
Posteriormente esta denominación se fue haciendo extensiva hacia la parte norteña hasta recibirla, en último término, el espacio continental conocido primero como Quivira por los españoles, Nueva Albión por los ingleses y finalmente Nueva o Alta California, del que se apropiaron los estadounidenses en 1848 como parte del botín obtenido de la guerra contra México, al cual dejaron solamente el topónimo California.
En la continuación de ese empeño pro-Californidad, la regidora del ayuntamiento de Tijuana, Miriam Patricia Echeverría Gastélum, presidente de la comisión de Educación y Cultura, presentó a la consideración de su cabildo, el 5 de mayo de 2022, la propuesta de un punto de acuerdo para celebrar el 14 de noviembre del mismo año y en adelante el día de la Californidad.
En ella, Echeverría Gastélum argumentó que “El rescate de la historia es una pieza clave para fortalecer el sentido de pertenencia. Tijuana es parte de la construcción de una gran región binacional con evolución y características comunes, tanto geográficas como demográficas y comerciales. Las Californias comparten mucho más que su denominación y son símbolo de pluralidad, inclusión, esfuerzo y prosperidad.”
Agregó que los pobladores de la península “identificamos que la denominación California proviene de un lugar imaginario mencionado en Las sergas de Esplandián, novela de caballerías de [el español] Garci Rodríguez de Montalvo, publicada en 1510.”
En su exposición de motivos, la funcionaria expuso que “buen número de ciudadanos me ha manifestado su interés en solicitar la integración del ‘día de la Californidad’ en el calendario municipal de efemérides, refiriendo antecedentes históricos recabados en la obra del historiador Carlos Lazcano.”
En el oficio de remisión a la presidente municipal, uno de sus párrafos advierte que “Nos preocupa enormemente la popularización del término ‘Baja’, que no es más que un adjetivo que se agregó muy posteriormente (siglo XIX) a nuestro nombre original ‘California’. Con esta propuesta buscamos que el nombre ‘California’ nunca se olvide de la memoria colectiva. Buscamos recuperar nuestro nombre de ‘californios’ en lugar del de ‘bajeños’ que se nos quiere imponer desde afuera.”
Incluso desde dentro, puede decirse.
Aparecen al calce las firmas avaladoras de varios organismos, todos de Tijuana, entre ellos la Sociedad de Historia, Centro Mutualista de Zaragoza, Seminario de Cultura Mexicana, Asociación de Mujeres Profesionistas, Sociedad de Geografía y Estadística, Club Rotario, Patronato pro-restauración y preservación patrimonial histórico y cultural, Círculo cultural Ateneo, a más de la Asociación de cronistas de ciudades de Baja California y la Sociedad de la Antigua California.
Alude a la celebración del año anterior en Los Cabos, “con el fin de fortalecer las raíces de las Californias.”
Por ello, y “en ánimo de difundir la cultura y mantener la identidad regional”, propone dicha celebración con base en las disposiciones legales respectivas. Al mismo tiempo se establece que en ella “se reconozca la labor del escritor Carlos Lazcano Sahagún por sus aportaciones a la memoria histórica de la región.”
La buena noticia es que en su sesión del jueves 18 de agosto de 2022, el cabildo tijuanense aprobó por unanimidad la iniciativa de doña Miriam Patricia, que evidencia la certidumbre de ser éste un empeño legítimo de recuperación de un nombre propio, literario y mágico, legado por la historia, la cultura y la tradición.
