/ martes 17 de septiembre de 2019

Presidente, la realidad tiene otros datos

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador rindió su primer informe de gobierno, que dentro de su mundo irreal y su voluntad de no respetar la Constitución, presentó como el tercero; esto pasa a segundo término, pues lo más alarmante es que volvió a engañar al pueblo de México

Aunque en su discurso puso al centro el combate a la corrupción, la ayuda a los más necesitados, el bienestar general de la población, lo cierto es que no solo no ha cumplido, sino que además se ha dado un importante retroceso, donde los más afectados son los grupos con mayor vulnerabilidad.

Los malos resultados se aprecian con mucha claridad en los temas más sensibles para las familias mexicanas:

En el rubro de la salud, la situación es desalentadora. Solo por citar un ejemplo, centenares de niños y niñas enfermos de cáncer han visto suspendidos sus tratamientos por falta de medicamentos, y se habla ya de pérdidas de vidas humanas que debieron haberse evitado; a pesar de las protestas que esto ha generado aún no hay soluciones, sólo algunas declaraciones ofensivas del secretario de salud, quien dijo que «si no se da la dosis por unos días, no hay ninguna urgencia médicamente», o el mismo Presidente que sugiere que entre médicos y enfermeras hagan una “vaquita” para pagar medicinas. Es claro: los cambios de políticas, y los recortes presupuestales han debilitado a todo el Sector Salud.

Otro de los problemas, quizá uno de los peores, que vivimos a diario, es la inseguridad que padecemos desde hace años en todo el país y que, aunque pareciera que no se podía más, hoy se ha desbordado, y vivimos el año más violento de la historia de México. Con una convicción de necesidad de diálogo y acuerdos, hemos apoyado la creación de la Guardia Nacional, y las medidas que se han propuesto para mitigar y resolver este problema, sin embargo, el resultado es un grave incremento en la violencia. Ejecuciones, feminicidios, el Ejército y la Guardia Nacional vejados por supuestos civiles y ellos con instrucción de no defenderse. Esta política sin duda nos conducirá en un futuro muy cercano a una mayor violencia en la sociedad.

La economía está peor que nunca. En lo que va del año hemos perdido 231,000 empleos. Cada uno de ellos representa una tragedia que hoy vive una familia. México no crece, y contrario a lo que afirma el Presidente no aumenta el desarrollo, porque no se crean los empleos que se requieren sino que se pierden, o en otros casos no menos desafortunados, se precariza el salario.

La mayor causa de los problemas en salud, empleo y economía se deben a la decisión de eliminar programas y recortar recursos, para poder destinar dinero a los programas estrella del Gobierno, que ha resultado un fracaso rotundo. El gobierno de Morena decidió instaurar un modelo para repartir dinero a grupos específicos de la población, con tal de crear clientelas electorales, en lugar de apostar a generar las condiciones para que las empresas puedan crear las oportunidades de empleo y generar un ingreso que les permita a las familias vivir con dignidad.

En cuanto a la corrupción, que ha sido uno de los ejes del discurso presidencial, no se ve un esfuerzo real por combatirla: el actual gobierno adjudicó el 74% de 28 mil 458 contratos en compras de adjudicación directa, mientras que sólo el 18% se hizo a través de un ejercicio de licitación pública, según una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

Este gobierno no quiere entender que corrupción también es derrochar recursos en proyectos frívolos y de baja rentabilidad, como según todos los especialistas han señalado, lo son Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas. Corrupción también es que en este gobierno abunden personajes que no están preparados para desempeñar el cargo que ocupan.

No hay más: queda claro que el gobierno de la esperanza que ofreció Morena, ha fallado y tristemente, son los más pobres los que se ven afectados por la falta de trabajo; por falta de vacunas y medicinas, y por la violencia sin precedentes que se vive en las calles.

En el PAN, proponemos tomar medidas que reactiven la economía y el empleo, en lugar de fortalecer clientelas electorales y regresar al modelo centralista y autoritario que tanto daño le ocasionó al país y que el mismo presidente López Obrador criticó y utilizó como bandera para ganar elecciones.

Siempre hemos estado abiertos para sacar adelante al país, pero hay un gobierno y un partido en el poder que no escuchan, ni reconocen errores, ni corrigen el rumbo y que prefieren ver un país en el desastre, que sentarse a dialogar y a construir una base sólida para México. Es tiempo de ponerse a trabajar y no de inventar chascarrillos en cada conferencia mañanera. En Acción Nacional, estamos listos para impulsar desde el Congreso una agenda de cambios en favor de las familias mexicanas, esto solo será posible si el presidente tiene un destello de lucidez y se decide por el diálogo.

Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional

rigo.mares@diputadospan.org.mx

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador rindió su primer informe de gobierno, que dentro de su mundo irreal y su voluntad de no respetar la Constitución, presentó como el tercero; esto pasa a segundo término, pues lo más alarmante es que volvió a engañar al pueblo de México

Aunque en su discurso puso al centro el combate a la corrupción, la ayuda a los más necesitados, el bienestar general de la población, lo cierto es que no solo no ha cumplido, sino que además se ha dado un importante retroceso, donde los más afectados son los grupos con mayor vulnerabilidad.

Los malos resultados se aprecian con mucha claridad en los temas más sensibles para las familias mexicanas:

En el rubro de la salud, la situación es desalentadora. Solo por citar un ejemplo, centenares de niños y niñas enfermos de cáncer han visto suspendidos sus tratamientos por falta de medicamentos, y se habla ya de pérdidas de vidas humanas que debieron haberse evitado; a pesar de las protestas que esto ha generado aún no hay soluciones, sólo algunas declaraciones ofensivas del secretario de salud, quien dijo que «si no se da la dosis por unos días, no hay ninguna urgencia médicamente», o el mismo Presidente que sugiere que entre médicos y enfermeras hagan una “vaquita” para pagar medicinas. Es claro: los cambios de políticas, y los recortes presupuestales han debilitado a todo el Sector Salud.

Otro de los problemas, quizá uno de los peores, que vivimos a diario, es la inseguridad que padecemos desde hace años en todo el país y que, aunque pareciera que no se podía más, hoy se ha desbordado, y vivimos el año más violento de la historia de México. Con una convicción de necesidad de diálogo y acuerdos, hemos apoyado la creación de la Guardia Nacional, y las medidas que se han propuesto para mitigar y resolver este problema, sin embargo, el resultado es un grave incremento en la violencia. Ejecuciones, feminicidios, el Ejército y la Guardia Nacional vejados por supuestos civiles y ellos con instrucción de no defenderse. Esta política sin duda nos conducirá en un futuro muy cercano a una mayor violencia en la sociedad.

La economía está peor que nunca. En lo que va del año hemos perdido 231,000 empleos. Cada uno de ellos representa una tragedia que hoy vive una familia. México no crece, y contrario a lo que afirma el Presidente no aumenta el desarrollo, porque no se crean los empleos que se requieren sino que se pierden, o en otros casos no menos desafortunados, se precariza el salario.

La mayor causa de los problemas en salud, empleo y economía se deben a la decisión de eliminar programas y recortar recursos, para poder destinar dinero a los programas estrella del Gobierno, que ha resultado un fracaso rotundo. El gobierno de Morena decidió instaurar un modelo para repartir dinero a grupos específicos de la población, con tal de crear clientelas electorales, en lugar de apostar a generar las condiciones para que las empresas puedan crear las oportunidades de empleo y generar un ingreso que les permita a las familias vivir con dignidad.

En cuanto a la corrupción, que ha sido uno de los ejes del discurso presidencial, no se ve un esfuerzo real por combatirla: el actual gobierno adjudicó el 74% de 28 mil 458 contratos en compras de adjudicación directa, mientras que sólo el 18% se hizo a través de un ejercicio de licitación pública, según una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

Este gobierno no quiere entender que corrupción también es derrochar recursos en proyectos frívolos y de baja rentabilidad, como según todos los especialistas han señalado, lo son Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas. Corrupción también es que en este gobierno abunden personajes que no están preparados para desempeñar el cargo que ocupan.

No hay más: queda claro que el gobierno de la esperanza que ofreció Morena, ha fallado y tristemente, son los más pobres los que se ven afectados por la falta de trabajo; por falta de vacunas y medicinas, y por la violencia sin precedentes que se vive en las calles.

En el PAN, proponemos tomar medidas que reactiven la economía y el empleo, en lugar de fortalecer clientelas electorales y regresar al modelo centralista y autoritario que tanto daño le ocasionó al país y que el mismo presidente López Obrador criticó y utilizó como bandera para ganar elecciones.

Siempre hemos estado abiertos para sacar adelante al país, pero hay un gobierno y un partido en el poder que no escuchan, ni reconocen errores, ni corrigen el rumbo y que prefieren ver un país en el desastre, que sentarse a dialogar y a construir una base sólida para México. Es tiempo de ponerse a trabajar y no de inventar chascarrillos en cada conferencia mañanera. En Acción Nacional, estamos listos para impulsar desde el Congreso una agenda de cambios en favor de las familias mexicanas, esto solo será posible si el presidente tiene un destello de lucidez y se decide por el diálogo.

Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional

rigo.mares@diputadospan.org.mx