/ miércoles 21 de octubre de 2020

De luto por la desaparición de fideicomisos

Con el voto de los diputados de Morena y sus aliados políticos se consumó la traición a las víctimas de la violencia, a los científicos e investigadores, a los defensores de los derechos humanos, a los periodistas, a los deportistas de alto rendimiento, a las Mypimes, a los damnificados por desastres naturales, entre otros sectores que obtenían recursos de los mas de 100 fideicomisos que el presidente exigió a los diputados de su partido desaparecer de un plumazo.

Al bloque mayoritario de la Cámara de Diputados no le interesa razonar las propuestas ni debatir con argumentos, lo que en verdad les interesa es cumplir al pie de la letra las instrucciones caprichosas del presidente, sin importar que tengan que pasar por alto la Constitución y las leyes, ni acabar con instituciones, instrumentos y ahorros que tantos años costó construir y que a dos años de la entrada del nuevo gobierno ya no existen.

Según ellos están decididos a hacer historia, y cada vez nos queda más claro que esa historia estará llena de traición, arbitrariedad, incongruencia y desprecio por las leyes y la democracia.

El cambio que tanto prometieron no ha sido para bien, la irresponsabilidad del presidente, su falta de preparación para la administración pública y sus malas decisiones, nos han llevado en espiral descendente a la profunda crisis económica y sanitaria en la que nos encontramos y por la cual les urge sacar dinero hasta por debajo de las piedras.

Ya se gastaron el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, ya extinguieron los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, pero eso no les basta, ahora van por casi 70 mil millones de pesos de los fideicomisos establecidos en leyes.

Pero este dinero, como los fondos anteriores no será destinado a acciones contundentes para atender la pandemia, no se va a destinar a apoyar a las Mypimes, ni a las familias que se quedaron sin ingresos y que no pueden cubrir sus necesidades básicas, no será para reactivar la economía, sino para despilfarrar en sus proyectos faraónicos de Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya.

La desaparición de más de 100 fideicomisos se escuda en el cada vez más desgastado discurso de la corrupción, esa corrupción que se combate por el gobierno únicamente en el terreno de las palabras y los discursos, pero no en el de los hechos. Una vez más destruyen algo sin comprobar la corrupción, sin averiguar, sin probar nada.

En esta ocasión la fracción mayoritaria en el Congreso, decidió ignorar las opiniones de expertos vertidas en los Parlamentos Abiertos que se realizaron para analizar las implicaciones de las iniciativas, dejando en claro que el interés por escuchar lo que los mexicanos quieren no es su prioridad, porque su prioridad se enfoca únicamente en darle gusto a su presidente.

Cabe mencionar que en meses pasados se había acordado conservar la mayoría de los fideicomisos, pero ese acuerdo no le encantó al presidente, por lo que sus diputados se echaron para atrás sin importar que con esto den la espalda a todos los que acudieron con argumentos plenamente fundamentados a defender los fideicomisos.

A pesar de la lucha de la oposición, no hubo manera de rescatar los fideicomisos de ciencia y tecnología, de centros de investigación, de cambio climático, de promoción a financiamiento de Mipymes y emprendedores, de Financiera Rural, de deporte de alto rendimiento, de inversión y estímulos al cine, para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, ni para desastres naturales, por mencionar algunos.

Hoy muchos de esos sectores están de luto porque, como si los recortes presupuestales a muchos de los rubros mencionados no fueran suficientes, con esta mala decisión se asesta otro golpe a miles de beneficiarios de dichos fideicomisos que no podrán continuar con sus investigaciones, proyectos, prácticas, actividades y a los que no se podrá garantizar la protección por sufrir violencia o por el embate de fenómenos naturales.

Al respecto, los diputados de Morena se empeñaron en decir que todos estos sectores no serán desatendidos, pero lo cierto es que jamás se explicó cómo se usará el dinero de los fideicomisos, si será para atender la pandemia o se asignará a cada dependencia para que continúen con su aplicación.

Esta discusión dejó muchas dudas que se resolverán en noviembre durante la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, en ese momento comprobaremos, si la fracción mayoritaria cumplirá su palabra de destinar lo necesario para atender todos y cada uno de los rubros que afectó con la eliminación de los fideicomisos, o en el peor de los escenarios, seguirá traicionando y jugando con la seguridad, la salud, el patrimonio, la integridad y la vida de las y los mexicanos.

rigo.mares@diputadospan.org.mx

Rigo Mares, Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional.

Con el voto de los diputados de Morena y sus aliados políticos se consumó la traición a las víctimas de la violencia, a los científicos e investigadores, a los defensores de los derechos humanos, a los periodistas, a los deportistas de alto rendimiento, a las Mypimes, a los damnificados por desastres naturales, entre otros sectores que obtenían recursos de los mas de 100 fideicomisos que el presidente exigió a los diputados de su partido desaparecer de un plumazo.

Al bloque mayoritario de la Cámara de Diputados no le interesa razonar las propuestas ni debatir con argumentos, lo que en verdad les interesa es cumplir al pie de la letra las instrucciones caprichosas del presidente, sin importar que tengan que pasar por alto la Constitución y las leyes, ni acabar con instituciones, instrumentos y ahorros que tantos años costó construir y que a dos años de la entrada del nuevo gobierno ya no existen.

Según ellos están decididos a hacer historia, y cada vez nos queda más claro que esa historia estará llena de traición, arbitrariedad, incongruencia y desprecio por las leyes y la democracia.

El cambio que tanto prometieron no ha sido para bien, la irresponsabilidad del presidente, su falta de preparación para la administración pública y sus malas decisiones, nos han llevado en espiral descendente a la profunda crisis económica y sanitaria en la que nos encontramos y por la cual les urge sacar dinero hasta por debajo de las piedras.

Ya se gastaron el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, ya extinguieron los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, pero eso no les basta, ahora van por casi 70 mil millones de pesos de los fideicomisos establecidos en leyes.

Pero este dinero, como los fondos anteriores no será destinado a acciones contundentes para atender la pandemia, no se va a destinar a apoyar a las Mypimes, ni a las familias que se quedaron sin ingresos y que no pueden cubrir sus necesidades básicas, no será para reactivar la economía, sino para despilfarrar en sus proyectos faraónicos de Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya.

La desaparición de más de 100 fideicomisos se escuda en el cada vez más desgastado discurso de la corrupción, esa corrupción que se combate por el gobierno únicamente en el terreno de las palabras y los discursos, pero no en el de los hechos. Una vez más destruyen algo sin comprobar la corrupción, sin averiguar, sin probar nada.

En esta ocasión la fracción mayoritaria en el Congreso, decidió ignorar las opiniones de expertos vertidas en los Parlamentos Abiertos que se realizaron para analizar las implicaciones de las iniciativas, dejando en claro que el interés por escuchar lo que los mexicanos quieren no es su prioridad, porque su prioridad se enfoca únicamente en darle gusto a su presidente.

Cabe mencionar que en meses pasados se había acordado conservar la mayoría de los fideicomisos, pero ese acuerdo no le encantó al presidente, por lo que sus diputados se echaron para atrás sin importar que con esto den la espalda a todos los que acudieron con argumentos plenamente fundamentados a defender los fideicomisos.

A pesar de la lucha de la oposición, no hubo manera de rescatar los fideicomisos de ciencia y tecnología, de centros de investigación, de cambio climático, de promoción a financiamiento de Mipymes y emprendedores, de Financiera Rural, de deporte de alto rendimiento, de inversión y estímulos al cine, para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, ni para desastres naturales, por mencionar algunos.

Hoy muchos de esos sectores están de luto porque, como si los recortes presupuestales a muchos de los rubros mencionados no fueran suficientes, con esta mala decisión se asesta otro golpe a miles de beneficiarios de dichos fideicomisos que no podrán continuar con sus investigaciones, proyectos, prácticas, actividades y a los que no se podrá garantizar la protección por sufrir violencia o por el embate de fenómenos naturales.

Al respecto, los diputados de Morena se empeñaron en decir que todos estos sectores no serán desatendidos, pero lo cierto es que jamás se explicó cómo se usará el dinero de los fideicomisos, si será para atender la pandemia o se asignará a cada dependencia para que continúen con su aplicación.

Esta discusión dejó muchas dudas que se resolverán en noviembre durante la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, en ese momento comprobaremos, si la fracción mayoritaria cumplirá su palabra de destinar lo necesario para atender todos y cada uno de los rubros que afectó con la eliminación de los fideicomisos, o en el peor de los escenarios, seguirá traicionando y jugando con la seguridad, la salud, el patrimonio, la integridad y la vida de las y los mexicanos.

rigo.mares@diputadospan.org.mx

Rigo Mares, Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional.