/ jueves 10 de octubre de 2019

En educación, primero la niñez

En México, niñas, niños y jóvenes son, desde el presente, el futuro del país. Por ello, legisladores del PAN hemos sido enfáticos en que no daremos la espalda a la niñez ni a las juventudes, a padres, madres, ni a docentes que sí cumplen con la noble vocación de enseñar y formar buenos mexicanos. ¡Vamos a defender el derecho a la educación!

Este es un tema que además de importante, resulta particularmente vigente por las recientes reformas realizadas al artículo tercero constitucional y las consecuentes iniciativas de leyes secundarias en materia educativa, en discusión primero en la Cámara de Diputados y después en la de Senadores. Esta legislación, que en el discurso deroga la anterior Reforma Educativa, lo que verdaderamente representa es una profunda regresión en cuanto a la educación de nuestras niñas y niños.

Así, es importante precisar con puntualidad que estas modificaciones legales presentan una serie de violaciones a la Constitución Federal, que no podemos permitir.

En primer término, se viola el principio del interés superior de la niñez a una educación de excelencia, puesto que no se regula correctamente a la educación inicial como parte de la educación básica, y por tanto, de la educación obligatoria; no se garantiza que la infraestructura educativa y su mantenimiento sean idóneos y contribuyan a los fines de la educación, lo que pone en riesgo la salud e integridad del alumnado, pues desaparece el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa.

En segundo término, se viola la Rectoría del Estado, ya que en el manejo de la nómina magisterial se fomentan intereses ajenos a la educación, y se busca instaurar un régimen de excepción, opaco y selectivo, para que un grupo de líderes sindicales decidan sobre las plazas, a fin de controlar, intervenir y supervisar todos los procesos de admisión, promoción y reconocimiento. ¿Dónde queda la promesa de absoluta transparencia? Esto es un atentado contra los miles de maestros que diariamente se esfuerzan por dar lo mejor de sí para sus alumnos y que buscan a través de sus méritos alcanzar mejores condiciones laborales.

También se le quitan atribuciones al organismo que coordina el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, al crear una Secretaría Ejecutiva que será nombrada por el titular de la SEP, que controlará las funciones del organismo. Así como en la Ley en materia de mejora continua se norman aspectos que corresponden al reglamento de la misma, se acotan la actuación y las funciones del Consejo Técnico de Educación y los alcances de las evaluaciones que se realizarán para la mejora continua.

Aunado a que se centraliza la función educativa, al atentar contra la distribución de la función social educativa entre la federación, las entidades federativas y los municipios para controlar todos los recursos federales destinados a la educación; se omite a las entidades federativas en la integración de los órganos que se norman en la Ley Reglamentaria del Artículo 3o. de la Constitución, en materia de Mejora Continua de la Educación.

En resumen, son la niñez y la juventud de México las que se llevan la peor parte. Las que sufren del arranque populista del presidente para quedar bien con los maestros disidentes y las que se dejan hasta el final en la Reforma Educativa, quedando “a la buena de Dios” en medio de una mafia controlada por los intereses del peor sector del magisterio, al que prefiere servir el Presidente López Obrador, olvidando la promesa que hizo de ofrecer educación de calidad.

Y que quede claro, no estamos en contra de las y los maestros, pues quienes cumplen atinadamente su labor, merecen más que reconocimiento, verdaderas garantías laborales y de capacitación permanente. En lo que no estamos de acuerdo, es en el manejo discrecional de la Reforma por parte de sus líderes, que regresan a los años del charrismo, al anteponer sus intereses personales por encima del de la población docente.

Las y los diputados del PAN no vamos a secundar eso, porque a nuestra bancada sí le interesan el alumnado, sus familias y sus docentes. Procuraremos entonces, mejores condiciones para todos los sectores involucrados en esta que es una de las principales garantías que ofrece el Estado, la de la educación, y no toleraremos que, por privilegiar a unos cuantos, los grandes perdedores sean quienes deben tener la atención prioritaria en la materia.

Por todo lo anterior, refrendamos nuestro rechazo a cualquier reforma que pretenda violentar la Constitución, vaya en detrimento del interés superior de la niñez y la juventud, vulnere la rectoría del Estado en la educación y comprometa el futuro de México.

rigo.mares@diputadospan.org.mx

Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional.

En México, niñas, niños y jóvenes son, desde el presente, el futuro del país. Por ello, legisladores del PAN hemos sido enfáticos en que no daremos la espalda a la niñez ni a las juventudes, a padres, madres, ni a docentes que sí cumplen con la noble vocación de enseñar y formar buenos mexicanos. ¡Vamos a defender el derecho a la educación!

Este es un tema que además de importante, resulta particularmente vigente por las recientes reformas realizadas al artículo tercero constitucional y las consecuentes iniciativas de leyes secundarias en materia educativa, en discusión primero en la Cámara de Diputados y después en la de Senadores. Esta legislación, que en el discurso deroga la anterior Reforma Educativa, lo que verdaderamente representa es una profunda regresión en cuanto a la educación de nuestras niñas y niños.

Así, es importante precisar con puntualidad que estas modificaciones legales presentan una serie de violaciones a la Constitución Federal, que no podemos permitir.

En primer término, se viola el principio del interés superior de la niñez a una educación de excelencia, puesto que no se regula correctamente a la educación inicial como parte de la educación básica, y por tanto, de la educación obligatoria; no se garantiza que la infraestructura educativa y su mantenimiento sean idóneos y contribuyan a los fines de la educación, lo que pone en riesgo la salud e integridad del alumnado, pues desaparece el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa.

En segundo término, se viola la Rectoría del Estado, ya que en el manejo de la nómina magisterial se fomentan intereses ajenos a la educación, y se busca instaurar un régimen de excepción, opaco y selectivo, para que un grupo de líderes sindicales decidan sobre las plazas, a fin de controlar, intervenir y supervisar todos los procesos de admisión, promoción y reconocimiento. ¿Dónde queda la promesa de absoluta transparencia? Esto es un atentado contra los miles de maestros que diariamente se esfuerzan por dar lo mejor de sí para sus alumnos y que buscan a través de sus méritos alcanzar mejores condiciones laborales.

También se le quitan atribuciones al organismo que coordina el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, al crear una Secretaría Ejecutiva que será nombrada por el titular de la SEP, que controlará las funciones del organismo. Así como en la Ley en materia de mejora continua se norman aspectos que corresponden al reglamento de la misma, se acotan la actuación y las funciones del Consejo Técnico de Educación y los alcances de las evaluaciones que se realizarán para la mejora continua.

Aunado a que se centraliza la función educativa, al atentar contra la distribución de la función social educativa entre la federación, las entidades federativas y los municipios para controlar todos los recursos federales destinados a la educación; se omite a las entidades federativas en la integración de los órganos que se norman en la Ley Reglamentaria del Artículo 3o. de la Constitución, en materia de Mejora Continua de la Educación.

En resumen, son la niñez y la juventud de México las que se llevan la peor parte. Las que sufren del arranque populista del presidente para quedar bien con los maestros disidentes y las que se dejan hasta el final en la Reforma Educativa, quedando “a la buena de Dios” en medio de una mafia controlada por los intereses del peor sector del magisterio, al que prefiere servir el Presidente López Obrador, olvidando la promesa que hizo de ofrecer educación de calidad.

Y que quede claro, no estamos en contra de las y los maestros, pues quienes cumplen atinadamente su labor, merecen más que reconocimiento, verdaderas garantías laborales y de capacitación permanente. En lo que no estamos de acuerdo, es en el manejo discrecional de la Reforma por parte de sus líderes, que regresan a los años del charrismo, al anteponer sus intereses personales por encima del de la población docente.

Las y los diputados del PAN no vamos a secundar eso, porque a nuestra bancada sí le interesan el alumnado, sus familias y sus docentes. Procuraremos entonces, mejores condiciones para todos los sectores involucrados en esta que es una de las principales garantías que ofrece el Estado, la de la educación, y no toleraremos que, por privilegiar a unos cuantos, los grandes perdedores sean quienes deben tener la atención prioritaria en la materia.

Por todo lo anterior, refrendamos nuestro rechazo a cualquier reforma que pretenda violentar la Constitución, vaya en detrimento del interés superior de la niñez y la juventud, vulnere la rectoría del Estado en la educación y comprometa el futuro de México.

rigo.mares@diputadospan.org.mx

Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional.