La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex).- La señora Natalia Soto, quién trabaja desde hace 43 años en la venta de jugos naturales y licuados en el celebré mercado Bravo, comentó que las ventas de estos productos se ha estado manteniendo en un 50%, en esta temporada, pero los productos que mayor demanda tienen son los jugos naturales, con un mayor consumo de: jugo verde, vampiro, jugo de zanahoría, naranja, y algunas preparaciones especiales para tener mayor energía o bajar de peso.
Además de vender algunos productos de abarrotes, mencionó que mucha gente prefiere comprar el jugo más económico de 30 pesos e incluso el de litro para llevarlo a su trabajo. “Todos los productos desde la canasta más básica de los abarrotes, hasta las frutas para las preparaciones de los jugos o los licuados, todo está realmente muy caro, las ventas están bastante tranquilas en el mercado Bravo, además que si tenemos bastante competencia porque tenemos muchos negocios que se dedican a la venta de jugos y licuados, esperamos que en la quincena suba la venta”.
La zanahoria la compra por bulto en la central de abastos de la ciudad de La Paz, con un precio de 240 pesos por bulto, también el bulto de naranja de 20 kilos lo abastece en la central de abasto, en un precio al mayoreo de 200 pesos, aproximadamente de ese bulto de 20 kilos de naranja obtiene un promedio de 20 a 25 jugos de naranja de un costo de 45 pesos por vaso, pero ha estado manteniendo sus precios porque comentó que no puede estar subiendo los precios de los jugos y licuados a la ciudadanía paceña, por ello ha mantenido sus precios fijos hasta el momento.
“Estamos como resurgiendo de la pandemia y de una economía bastante debilitada, esperamos que poco a poquito esta situación mejore para todos, vamos saliendo adelante poco a poco. Tengo 43 años vendiendo jugos y licuados, y la novedad es la venta de abarrotes. Toda mi familia, mis hijos todos han pasado por aquí, en el negocio, en el mercado. Mis hijos han estudiado gracias a dios, pero todos son personas muy trabajadoras que me han ayudado en este negocio de la familia”.
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“Mi esposo me ayuda mucho y si tengo algunos jugos que me piden al mayoreo, les hablo a mis hijos para que me ayuden a llevarlos. Tenía 23 años cuando empecé a trabajar en el mercado Bravo, estaba bien jovencita cuando empecé, aquí nacieron mis hijos, de aquí se iban a la escuela y aquí aprendieron el valor del trabajo como hombres de bien. Antes hace digamos 20 años el mercado generaba muchas ganancias, era otra cosa muy distinta a ahora, yo tenía dos empleados porque no me daba abasto, y ahora sobre todo con la pandemia se dio un bajón muy fuerte para los comerciantes, muchos de mis clientes ya ni han venido al mercado, pero parece que vamos arrancando otra vez, a seguir trabajando no nos queda de otra”.
