Comondú, Baja California Sur. (OEm-Informex).- Para aprovechar la pitaya y lograr una mejor economía, un grupo de mujeres del ejido Josefa Ortiz de Domínguez inició un pequeño emprendimiento. Un millón de pesos se han invertido en la estructuración, desarrollo, promoción, distribución y venta de la mermelada de pitaya, apoyadas por diversas instituciones, el mismo ejido y el recurso propio, han logrado llegar a surtir pedidos nacionales e internacionales.
Pitayas Y Sus Derivados Baja Sur SPR De RL han estado presentes en eventos como, Expo AgroBaja en Mexicali, Baja California, en el Seminario, Comunidad en Comunidad en Surutato Badiraguato, Sinaloa, Expo Las Manos Del Mundo en Cd. de México y asistieron al Encuentro De Emprendedores Sudcalifornianos.
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América Molina, Jerania Aguiñiga, Lourdes González, Elena Mejía, Leticia Meza, Lucía Hernández, María Aispuro, Esperanza Meza, iniciaron un nuevo proyecto en el 2018, la sociedad quedó constituida en el 2019 por 10 personas, pero las antes mencionadas son las 8 que se mantienen activas.
En cuanto a la derrama económica local, se tienen 8 ocupaciones primarias, más las recolecciones externas de la fruta que realizan, donde se generan alrededor de 10 empleos secundarios, recolectores con los cuales se adquiere el fruto por medio de la compra.
Una de las situaciones que impulsó a este grupo de mujeres para emprender con este producto, fue crear el autoempleo, ya que en el ejido Josefa Ortiz de Domínguez no hay empleo disponible, la mayoría de los habitantes tienen que trasladarse a Ciudad Constitución o a San Carlos para trabajar; unos acuden a la pisca de espárrago, otros laboran en la conservera, mencionan que los que se quedan tienen crianza de animales para venta y hay quien hace queso, una familia es propietaria de un restaurante chino en Constitución.
El fruto se recolecta del monte, el ejido cuenta con los permisos requeridos de Semarnat para hacer uso de la pitaya, la temporada de colecta es en agosto y tratan de adquirir la mayor cantidad para poder producir y distribuir sus productos durante el resto del año.
Para concretar la idea y la receta, fueron capacitadas por la Comisión Nacional Forestal, a través de un programa de apoyo, donde también reciben impulso económico para continuar creciendo, con este financiamiento también acuden a eventos para mostrar sus productos y compartir el proyecto con otros grupos, así como festivales estatales y nacionales.
En estos eventos las entrevistadas comparten que se sintieron seguras de su proyecto, ya que está mucho más conformado que los que pudieron ver expuestos, algunos dicen, no tienen idea cómo se trabaja la pitaya.
Esta Empresa Forestal Comunitaria, como formalmente le nombra Conafor, surgió de una convocatoria enfocada en los grupos de mujeres y en las zonas rurales, el programa está abierto para las personas que quieran aplicar enfocado a proyectos forestales no maderables.
En Baja California Sur sólo existen dos grupos de mujeres bajo este programa, en Comondú y en La Paz, existe muy poca participación a los programas de Conafor y están desaprovechados por la comunidad, así lo comentó el representante de Conafor en Comondú, Antonio Agúndez.
Los asesores técnicos que están a cargo del proyecto por parte de CONAFOR son María Sandra Marino Ortega y Rogelio Upalia Bonola, quienes, como lo comentó el grupo, las han apoyado en gran parte de sus acciones.
Jerania Aguiñiga integrante del grupo de empresarias comenta “nos dieron la idea de la receta, pero la hicimos nuestra, agregando ingredientes, sazón y formas de preparación conforme obtuvimos experiencia”, ahora el producto se ha diversificado, creando opciones como mermelada ligth, salsas de pitaya con chile habanero y chile de árbol, esta última receta creada por América Molina.
Otros productos se van integrando a la variedad como el pita-chil, que le da un toque agridulce a la pulpa de la pitaya y los productos estéticos como jabones, champús, ungüentos.
Los beneficios de la pitaya, el fruto del cactus, van desde retrasar el envejecimiento, refuerza el sistema inmunológico, efectos anti inflamatorios, ayuda a regular el tránsito intestinal, la semilla sirve de laxante, evita la anemia ferropénica, mejora el estado de los huesos y articulaciones, ayuda a las dietas de adelgazamiento, apoya la prevención de los cálculos renales, regula el nivel de azúcar en la sangre y estimula la producción de colágeno.
Uno de los retos que enfrentan es que al escasear las lluvias ha bajado la cosecha de pitaya, esto ha disminuido la producción, el grupo no produce su materia prima, la compra, por ello fue que en el 2021 adquirieron una tonelada de pitaya y en el 2022 media tonelada.
Otra situación con la que ya se está trabajando es la generación de un código para poder distribuir a mayor escala y en tiendas departamentales su producto.
Los puntos de distribución que tienen son, Super Murillo y el Tianguis Cultural, ambos en Ciudad Constitución, también planean habilitar un punto de venta en el Ejido Josefa ya que afirman que hay gran afluencia de turistas que van rumbo a San Carlos y se puede aprovechar.
El proyecto del grupo ha tenido un crecimiento en ventas desde su inicio del 50%.
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La meta de las productoras de mermelada, es poder llegar a exportar, llegar a establecimientos de productos gourmet de alta gama en México y Estados Unidos, por el momento han surtido el producto a compradores de La Paz, Los Cabos, Loreto, Guadalajara, Guatemala, Oaxaca, Puebla, Guerrero.
Crear una comunidad extensionista donde puedan recibir visitantes para conocer el proceso para que destaque de manera turística también es una posibilidad para el grupo, ya que a nivel nacional solo existen dos empresas que se dedican a esta misma actividad utilizando la pitaya como materia prima.
Las emprendedoras platican, que no sólo han sorteado retos de producción, ya que al principio ellas al ser amas de casa, la mayoría de los maridos no estaban de acuerdo con que asistiera a realizar la mermelada incluso una de ellas recibía comentarios como, “que vas a ir a hacer allá, solo van para estar chismeando” y en la actualidad toda la familia las apoya en cada evento al que acuden y a respetar el tiempo que le dedican a esta actividad.
