La Paz, B.C.S. (OEM-Informex).- A poco más de dos meses de que se registrara el mayor incendio de todos los tiempos en los palmares de San Ignacio, las huertas se recuperan rápidamente, aunque sigue el problema del mal estado de las acequias, lo que impide la llegada de agua a buena parte de las parcelas.
Estos canales de riego se han ido deteriorando con el paso del tiempo, y en algunos sitios prácticamente desaparecieron o quedaron azolvadas debido a las inundaciones causadas por los huracanes que han afectado a esta comunidad en los últimos 10 años; entre éstos, destacan el Norbert en el 2014, Linda en el 2015, Jimena en el 2009, Newton en 2016 y el Sergio en el 2018.
La brotación en las palmeras quemadas inició unos 15 días después del siniestro vistiendo de verde la parte alta de las huertas, y poco a poco se ha ido repoblando el resto de la vegetación, favorecida con algunas lluvias ligeras registradas durante el pasado mes de septiembre.
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No obstantes, fuentes de El Sudcaliforniano alertaron sobre el peligro de un nuevo mega incendio en caso de que no se logre rehabilitar las acequias antes del próximo verano, fecha en la que se estima habrá de nuevo abundancia de materiales secos altamente flamables.
Pese a las afectaciones en algunos árboles frutales, en palapas, cercos y otra infraestructura, el saldo del siniestro del pasado mes de agosto no resultó tan catastrófico como se previa, y los palmares se han recuperado y están sanos, recibiendo a ejemplares de diversas especies de animales que con el incendio se ahuyentaron o perecieron calcinados.
Como se dio a conocer en este medio, la tarde del pasado 17 de agosto inició un incendio en una huerta de la Colonia Paredones, y en menos de 15 minutos se propagó hasta llegar a la Presa y posteriormente brincar a las huertas del otro lado, para expandirse a lo largo y ancho del oasis arrasando una superficie de más de 70 hectáreas, lo que lo ubica como el más devastador de todos los tiempos.
Fue necesaria la presencia del ejército y de bomberos de Guerrero Negro y Santa Rosalía, así como pipas de cooperativas pesqueras y de particulares provenientes desde la Bocana, Punta Abreojos y Vizcaíno, de personal de protección civil y un gran número de voluntarios y luego de casi 20 horas de trabajo se logró controlarlo.
Testigos del siniestro señalaron que nunca antes se había registrado un evento de tal magnitud, con llamas que alcanzaron los 50 metros y que se propagaron sin controle en menos de 15 minutos. No se han dado a conocer las posibles causas que originaron la conflagración.