La Paz, Baja California Sur.- En invierno se resienten constantes cambios de temperatura, lo que provoca un aumento de enfermedades como gripe, bronquitis y bronconeumonía, generando todas una fuerte deshidratación, esto ya que cuando baja la temperatura el cuerpo pierde líquidos al igual que cuando hace calor, por lo que el organismo debe mantenerse hidratado.
De acuerdo con los especialistas un menor debe consumir entre 50 y 100 mililitros diarios de líquidos por cada kilogramo de peso, pero si el infante se enferma la cantidad aumenta de 80 a 100 mililitros, advirtiendo que la deshidratación en un niño menor de 10 años puede dañar el sistema gastrointestinal, causante de trastornos neurológicos como convulsiones y afectar los riñones
Una gripe lleva a los menores al primer grado de deshidratación, por lo que deben consumir líquidos y vitamina C de manera constante.
Subrayan que en el caso de los menores de edad y los adultos mayores es necesario prestar mayor atención a que estén correctamente hidratados, ya que ellos son los más vulnerables a sufrir deshidrataciones severas.
Explican que en general algunos de los síntomas que presentan aquellos que no han consumido el agua necesaria en un periodo de tiempo, son boca seca, saliva espesa, labios blancos y piel reseca.
Cabe destacar que evitar colapsos de sed es relativamente sencillo, ya que únicamente debemos recordar tomar dos litros agua diariamente así como procurar evitar ingerir bebidas azucaradas.