La Paz, Baja California Sur.- Cada mujer enfrenta un desafío diferente, hay quienes no solamente son responsables de cuidar y mantener económicamente a una familia, también invierten sus tiempos para tomar picos y palas para excavar y desenterrar cuerpos de las y los desaparecidos.
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El fenómeno de las desapariciones en México no es nuevo, sin embargo, conforme han pasado los años este delito ha aumentado de manera significativa. De acuerdo al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) 637 personas han desaparecido en Baja California Sur de 2017 a la fecha; 531 corresponden a hombres y 106 a mujeres.
El primer colectivo de búsqueda de personas en Baja California Sur fue creado en 2017, lleva por nombre “Búsqueda X La Paz”, son las mujeres quienes encabezan las búsquedas de fosas clandestinas. Iris Manríquez decidió crear la agrupación ante la desesperación por no dar con el paradero de su hermana Elvira Manríquez, a quien desde aquella fecha la ha buscado en arroyos, brechas y senderos.
A siete años de creación de dicho colectivo, la agrupación está integrada por al menos 30 mujeres que participan de manera activa en jornadas de búsqueda; madres, tías, hijas y sobrinas que buscan a sus desaparecidos por todos los rincones de Baja California Sur.
“Por mis sobrinos y por mí, nunca dejamos de buscar a mi hermana. El primer domingo que convoqué a una búsqueda me quedé sorprendida de las personas que llegaron porque yo pensaba que no era tanta la problemática que estaba pasando de desaparecidos y ahí nos dimos cuenta de que era un problema del estado y fue así como se empezó el colectivo”, dijo Iris Manríquez.
RIESGOS Y DESAFÍOS
Ser mujer y formar parte de un colectivo de búsqueda representa un riesgo, sin embargo, Delia Guadalupe Sánchez, quien busca a su hijo Darwin Sánchez desde julio de 2019, relata que no hay desafío que una madre no pueda afrontar mientras exista la esperanza de dar con el paradero de su amado.
“Mi reto es buscar a mi hijo hasta encontrarlo. Claro que existen muchos riesgos, pero ¿Si no lo busco yo, quién lo va a buscar?”.
El frío, el calor, el sol y/o el viento no las detiene, no existen impedimentos para que este grupo de mujeres salga a buscar a sus familiares hasta en los lugares más escondidos de la media península.
MUERTAS EN VIDA
Norma Ramírez busca a su hija; Ana Laura Álvarez Ramírez desapareció el 14 de octubre de 2016, desde aquel entonces Norma relata que se encuentra muerta en vida, sin rastro de su hija, con cuatro nietos que mantener y sacando en todo momento las fuerzas para salir a las jornadas de búsqueda con la esperanza de regresar a casa con su hija.
“Lo más difícil de los procesos como mujer ha sido sacar adelante a mis nietas. Con tanto dolor y aun así buscar el sustento para mis niñas. A veces tengo que dejar de lado la búsqueda porque tengo que atender a las niñas, quisiera dividirme en dos partes salir a buscar a mi niña en los confines de la Tierra y a la vez poder cuidar a sus hijas porque ahora esa es mi responsabilidad”.
Compañeras y hermanas del dolor; así se autodefinen las mujeres integrantes de los colectivos de búsqueda de personas quienes, han formado una segunda familia a través de las duras jornadas, ya no solo buscan a un integrante de su familia, añoran dar con el paradero de todas las personas que salieron de casa y no regresaron.
TRABAJO, CASA Y BÚSQUEDA
De acuerdo con la plataforma digital Data México, en el tercer trimestre de 2023, la población económicamente activa de Baja California Sur fue de 475 mil personas. La fuerza laboral ocupada alcanzó las 460 mil personas, 39.6% mujeres y 60.4% hombres.
Gran parte de las mujeres que ocupan un puesto de trabajo en esta entidad deben de hacerse responsables no solo de llevar el sustento a casa, también de atender a los hijos de las y los desaparecidos.
“Me quitaron la vida, me arrebataron todo. Los sueños que yo tenía están truncados, pero también me dieron nuevas esperanzas de vida para estas niñas a las que tengo que sacar adelante. Soy la cabeza de la familia, tengo cuatro nietos que mantener y además debo buscar a mi hija. Es muy difícil para mí trabajar y educar a mis hijos, nunca hemos tenido una atención digna por parte de las autoridades”, expresó Norma.
RIESGOS
Salir a las jornadas de búsqueda implica un riesgo para el grupo de mujeres que recorren kilómetros en medio del desierto, sin embargo, las ganas de encontrar a sus familiares les dan el valor para enfrentar cualquier tipo de desafío que presenten en su caminar, desde la mordedura de un animal hasta el enfrentarse cara a cara con la delincuencia.
“Muchas veces nos topamos con personas extrañas en las búsquedas, siempre pienso en mis compañeras. En las búsquedas corremos peligro por parte de estas personas desalmadas, no tienen alma, no se tocan el corazón para hacerle mal a nadie. Esto a un lado de las alimañas que hay en el medio ambiente, puede picarte una víbora, un alacrán, caerte en un pozo”.
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RECORRE KILÓMETROS
Para María Luisa Durán la desaparición de su hijo ha sido un calvario, desde 2019 viaja de Sinaloa hasta Baja California Sur con la esperanza de encontrarlo, Everardo Alfonso Gastelum desapareció el 14 de marzo del 2019 en La Paz, llegó de vacaciones y no regresó. En este tiempo, María Luisa ha vivido desde la pérdida de empleos hasta la fragmentación de su hogar.
“¿Qué no hace una madre por un hijo? pierdes trabajo y a veces hasta la misma familia, para mí es bien duro venir, más por la pobreza en la que estamos por búsquedas, es bien difícil, necesitamos mucho apoyo”.
El Día internacional de la Mujer es una fecha en la que se invita a recordar la lucha que han encabezado las mujeres desde hace décadas atrás, también para las batallas que ahora deben de seguir enfrentando, la desigualdad y las injusticias que enfrentan todos los días, como el delito de desapariciones que les ha cambiado la vida.
