La Paz, Baja California Sur.- Relojes, lentes y cámaras digitales son objetos que ya no son recibidos por muchas casas de empeño debido a la baja demanda que tienen en la actualidad.
Lee: ¿Cómo afecta la gentrificación para comprar una casa en La Paz?
El empleado de una de las marcas más conocidas de casas de empeño de esta ciudad reveló que estos negocios funcionan con base en la oferta y demanda de artículos, por lo que si un objeto tarda mucho en venderse o ya no se vende, deja de recibirse.
Expresó que hoy las grandes tiendas de muebles y electrónica como Coppel y Elektra venden a crédito, por lo que la gente ha dejado de acudir a las casas de empeño para comprar artículos usados como los citados.
El problema, dijo, es que en tiempos difíciles esos objetos son empeñados y la gente se queja del dinero que se les ofrece por los mismos, que normalmente es del 30% del tabulador que tienen las casas de empeño, no del precio que le ponen las tiendas, el cual es caro porque los venden a plazos.
Además, acotó, los clientes deben entender que se les presta para que salgan de un apuro, no para hacer negocio con sus artículos.
Abundó que otro producto que comienza a descontinuarse es la computadora portátil, de manera que se acepta siempre y cuando sea seminueva y tenga un buen soporte técnico, que esté actualizado.
Mencionó que todo lo que sea tecnología como pantallas planas, computadoras y artículos electrónicos actuales y en buen estado se reciben en las casas de empeño, así como relojes, pero que tengan oro.
Puntualizó que durante la pandemia de Covid-19 mucha gente empeñó sus computadoras, pero al menos a la casa de empeño donde trabaja se le comenzaron a quedar una buena parte porque las personas prefieren irse a las tiendas departamentales, para comprar aparatos nuevos, aún y cuando paguen más, al tratarse de créditos.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
Mencionó que otro factor que limita la recepción de relojes, cámaras digitales, lentes y navajas suizas, entre otros artículos, es la duda que genera la persona que quiere empeñar, pues a veces se pone nerviosa, cae en contradicciones y eso, por la experiencia que ya tienen los empleados de las casas de empeño en el día a día, simplemente no se aceptan.