/ lunes 1 de abril de 2024

Vivimos en un santuario de ballenas

Por Wendy Higuera, especialista en pesca artesanal

Nuestros Dos Mares -el Golfo de California y el océano Pacífico- son hábitat y refugio de nueve especies de ballenas, situación única en el mundo. Como sector pesquero, podemos contribuir con la protección de esta enorme biodiversidad de la que depende, en gran medida, nuestro bienestar y el de nuestras familias.

Es cierto que el mar es azul, pero los mares sudcalifornianos son de varios tonos, que van desde el esmeralda tan característico del Golfo de California, hasta el gran azul intenso del océano Pacífico. Estas aguas son bendecidas por una asombrosa abundancia de especies de cetáceos; en específico, me refiero a ballenas.

De acuerdo con varios científicos y especialistas, “no existen dudas de que la diversidad de grandes ballenas en BCS es insuperable”. Los ecosistemas marinos que rodean nuestro estado son realmente uno de los últimos grandes santuarios para las ballenas en el hemisferio Norte y debemos hacer todo lo posible para proteger a estas majestuosas criaturas.

La Península de Baja California es hogar de nueve (de las 13) especies de grandes ballenas del planeta. Para empezar, hablaré de la emblemática ballena azul, la especie más grande que ha habitado la Tierra, que es posible ver desde Loreto -en el llamado. Acuario del Mundo- y que por desgracia se encuentra en peligro de extinción.

Además, es refugio de la que posiblemente sea la especie más nueva que se ha descubierto y que por ahora ha sido bautizada como ballena Picuda de Guadalupe.

Mención especial merece la ballena gris, ya que, como oriunda del Puerto Adolfo López Mateos, crecí viendo a estos imponentes animales y a sus crías que durante cada invierno venían hasta mi casa para alimentarse y reproducirse. En pocas palabras, las ballenas grises son mexicanas; desde hace por lo menos tres generaciones mi familia se ha dedicado al avistamiento responsable de dicha especie.

No puedo no mencionar a las ballenas jorobadas que son visibles incluso desde lejos, por sus imponentes soplidos y saltos inesperados. ¿Te ha tocado ver alguno? Por su parte, los rorcuales (ballenas de aleta) tienen una población residente en el Mar de Cortés, y los cachalotes se pueden encontrar en gran abundancia cuando hay calamares en el mar.

Las ballenas de Bryde también son residentes de este ecosistema, mientras que las ballenas Minke y Sei, que son las menos comunes, pueden encontrarse en cualquier lugar de Baja California.

Por si fuera poco, con mucha suerte, la extremadamente rara ballena franca del Pacífico Norte puede verse en ocasiones en las costas de la región.

De hecho, cualquiera que viaje por la costa Oeste de la Península podrá ver ballenas en cualquier época del año, mientras que en el Mar de Cortés es posible durante el invierno y hasta mediados de la primavera, convirtiéndose en un verdadero paraíso para la observación de ballenas.

Como sudcalifornianos nos sentimos honrados con la visita de estos gigantes del mar, que nos regalan espectáculos naturales que refuerzan nuestro compromiso con su protección y conservación. Su presencia es para nosotros una importante oportunidad para desarrollar actividades turísticas ordenadas y responsables que garanticen

poblaciones de ballenas sanas y abundantes y, al mismo tiempo, den prioridad a los operadores de turismo locales.

El establecimiento de la Reserva de la Biosfera Dos Mares sería uno de los mayores pasos para la conservación de las grandes ballenas y posicionaría a México como líder mundial en la conservación de las grandes ballenas.

F. @Depesca AC

depescaac@gmail.com

Por Wendy Higuera, especialista en pesca artesanal

Nuestros Dos Mares -el Golfo de California y el océano Pacífico- son hábitat y refugio de nueve especies de ballenas, situación única en el mundo. Como sector pesquero, podemos contribuir con la protección de esta enorme biodiversidad de la que depende, en gran medida, nuestro bienestar y el de nuestras familias.

Es cierto que el mar es azul, pero los mares sudcalifornianos son de varios tonos, que van desde el esmeralda tan característico del Golfo de California, hasta el gran azul intenso del océano Pacífico. Estas aguas son bendecidas por una asombrosa abundancia de especies de cetáceos; en específico, me refiero a ballenas.

De acuerdo con varios científicos y especialistas, “no existen dudas de que la diversidad de grandes ballenas en BCS es insuperable”. Los ecosistemas marinos que rodean nuestro estado son realmente uno de los últimos grandes santuarios para las ballenas en el hemisferio Norte y debemos hacer todo lo posible para proteger a estas majestuosas criaturas.

La Península de Baja California es hogar de nueve (de las 13) especies de grandes ballenas del planeta. Para empezar, hablaré de la emblemática ballena azul, la especie más grande que ha habitado la Tierra, que es posible ver desde Loreto -en el llamado. Acuario del Mundo- y que por desgracia se encuentra en peligro de extinción.

Además, es refugio de la que posiblemente sea la especie más nueva que se ha descubierto y que por ahora ha sido bautizada como ballena Picuda de Guadalupe.

Mención especial merece la ballena gris, ya que, como oriunda del Puerto Adolfo López Mateos, crecí viendo a estos imponentes animales y a sus crías que durante cada invierno venían hasta mi casa para alimentarse y reproducirse. En pocas palabras, las ballenas grises son mexicanas; desde hace por lo menos tres generaciones mi familia se ha dedicado al avistamiento responsable de dicha especie.

No puedo no mencionar a las ballenas jorobadas que son visibles incluso desde lejos, por sus imponentes soplidos y saltos inesperados. ¿Te ha tocado ver alguno? Por su parte, los rorcuales (ballenas de aleta) tienen una población residente en el Mar de Cortés, y los cachalotes se pueden encontrar en gran abundancia cuando hay calamares en el mar.

Las ballenas de Bryde también son residentes de este ecosistema, mientras que las ballenas Minke y Sei, que son las menos comunes, pueden encontrarse en cualquier lugar de Baja California.

Por si fuera poco, con mucha suerte, la extremadamente rara ballena franca del Pacífico Norte puede verse en ocasiones en las costas de la región.

De hecho, cualquiera que viaje por la costa Oeste de la Península podrá ver ballenas en cualquier época del año, mientras que en el Mar de Cortés es posible durante el invierno y hasta mediados de la primavera, convirtiéndose en un verdadero paraíso para la observación de ballenas.

Como sudcalifornianos nos sentimos honrados con la visita de estos gigantes del mar, que nos regalan espectáculos naturales que refuerzan nuestro compromiso con su protección y conservación. Su presencia es para nosotros una importante oportunidad para desarrollar actividades turísticas ordenadas y responsables que garanticen

poblaciones de ballenas sanas y abundantes y, al mismo tiempo, den prioridad a los operadores de turismo locales.

El establecimiento de la Reserva de la Biosfera Dos Mares sería uno de los mayores pasos para la conservación de las grandes ballenas y posicionaría a México como líder mundial en la conservación de las grandes ballenas.

F. @Depesca AC

depescaac@gmail.com