Del 16 al 19 de octubre de 2019, la Ciudad de México fue sede del primer taller de implementación del Protocolo de Alerta Común el cual es mejor conocido como CAP, por sus siglas en inglés, organizado por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, a través del cual se busca fortalecer las políticas públicas de dicha ciudad en materia de Gestión Integral de Riesgos y Desastres, con la intención de proteger el patrimonio, la integridad y el entorno de los ciudadanos.
A este evento acudieron especialistas de más de 35 países y agencias especializadas en la atención de emergencias y desastres, quienes fueron recibidos por Myriam Urzúa Venegas, de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la CDMX, quien dio la bienvenida al evento, seguida por unas palabras de los patrocinadores, Ellis Stanley (IAEM), Jessica Robbins (IFRC), Maritza Delgado (ITU-D), Elysa Jones (OASIS), y Miriam Andrioli (WMO).
Dentro del programa hubo ponencias sobre la conciencia pública; Políticas Públicas en la CDMX; Sistemas de riesgo climático y alerta temprana; Alertas públicas de Google; Protección del patrimonio cultural en Italia; Proyecto BE AWARE en Europa; Implementación del CAP con el canal de redes sociales en Taiwán; y diversos diagnósticos sobre la implementación del CAP en Brasil, Canadá, Cuba, India y México.
EXPERIENCIAS EN BCS
Entre las ponencias finales, se presentó “Experiencias en Baja California Sur”, la cual fue expuesta por Ramón Ojeda-Mestre, quien es presidente del Centro de Estudios Integrales de Innovación y el Territorio, S.C., la cual se dedica a la consultoría estratégica, quien participó en el Workshop.
El taller de Implementación del Protocolo de Alerta Común 2019, se llevó a cabo en el edificio del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México
En su ponencia explicó cómo principalmente en Los Cabos, se han vivido terribles efectos debido a huracanes de dimensiones como el Odile, y por la falta de preparación en el caso de la tormenta Lidia en 2017, los cuales cobraron vidas y pérdidas muy altas.
Mencionó particularidades de Los Cabos e hizo énfasis en que hasta las recientes lluvias que se suscitaron en el estado, BCS no está preparado, y las consecuencias de esto se traducen en pérdida de mucho dinero, de resiliencia, de vidas humanas y animales; de respeto hacia las autoridades; de honestidad con las rapiñas; calidad en los servicios públicos; imagen urbana; interrupción en obras públicas; de prestigio como centro turístico; y balance ambiental; presentando de esta forma un diagnóstico de las experiencias pasadas y recientes que solo llevaban a una sola conclusión, BCS no está lista para recibir a estos fenómenos hidrometeorológicos aún.