Mulegé, Baja California Sur.- La reciente ola de calor que se registra en la entidad, durante los últimos días está favoreciendo la maduración de dátiles e higos en el municipio de Mulegé, dos frutos del desierto de Vizcaíno, cuyas plantaciones datan de alrededor de 50 años, y de las que depende la economía familiar de más de 150 familias campesinas, casi todos con superficies de una hectárea, en las que se genera mano de obra durante casi todo el año.
En el caso de los higos, hace apenas unos días se cosechó el primer corte con resultados favorables en calidad y cantidad, y con muy buenas expectativas de mercado, una vez que han llegado compradores de China, de Estados Unidos y de la ciudad de Guadalajara.
Las previsiones de cosecha oscilan entre las 12 y 15 toneladas por hectárea en fresco, mismas que se someten a un proceso de secado al sol para posteriormente ser comercializadas casi en su totalidad en el mercado chino, siendo esta variedad -White Kadota- la única que se siembra en México, aunque en el mundo hay algunas plantaciones en Turquía, Italia y en el norte de California, Estados Unidos.
Además de las tierras de uso común, el modelo de parcela en Vizcaíno consta de dos hectáreas por cada familia, una para la siembra de hortalizas de autoconsumo; y la otra de higueras, cuya cosecha es para el mercado local, nacional o de exportación, según el diseño elaborado por un grupo de israelitas en los años 60, similar al de un kibutz.
Con algunos años de diferencia, este modelo de producción se replicó en el Ejido Alfredo V. Bonfil con parcelas de palmas datileras traídas de Indio, California, en los años 70, plantas que 20 años después fueron vendidas casi en su totalidad como plantas de ornato para la industria hotelera de Los Cabos, aunque poco a poco las parcelas se han ido repoblando, privilegiando variedades de mayor calidad como el medjool.
Este producto, de gran valor comercial, se vende en el mercado nacional, y una gran parte a pie de carretera, y es una forma de sustento permanente para decenas de familias campesinas.
Un kilo de dátil o de higo seco llega a valer en el mercado local hasta 180 pesos en producto de primera, y de 120 para abajo en producto de segunda y rezagos.
