- Gerardo Gurrola Santiago
Comondú, Baja California Sur.- Expendedores de diversosproductos como naranjas, sandías, mariscos y muebles se venobligados a vender productos asoleados con riesgo de contaminacióny defectos, porque la autoridad municipal no les permite usar lasombra de la copiosa y frondosa arboleda en el camellón centraldel bulevar Cervantes del Río.
Alrededor de 15 comerciantes semiambulantes ocupan esquinas bajoel sol y con temperaturas arriba de los 40 grados centígrados,exponiendo su mercancía lo mejor protegida posible pero aún asíel riesgo de echarse a perder es latente. La otra cuestión es queellos mismos y sus clientes se exponen a la deshidratación y losgolpes de calor, lo que resulta de reflexión pues los árbolesestán a un lado y de querer la autoridad podría darlesoportunidad de protegerse en lo sombreado.
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El Cervantes del Río es el gran pulmón de la ciudad; aquí,contrario a otros lugares dentro de la comunidad que lucendeforestados, los árboles y palmeras han crecido robustos y con lafronda que cubre casi todo el camellón central, sólo que elAyuntamiento es muy celoso del uso y no accede a que los vendedoressemiambulantes se internen más allá de las esquinas, aunque hayexcepciones que no se comprenden.
A decir de don Simón Negrete -elotero-, “pues tambiéntenemos derecho a la sombrita, pagamos impuestos y somos parte dela comunidad”, y es irrebatible su afirmación, ya que sonprestadores de servicios y tienen todos los derechos de la CartaMagna, especialmente el derecho a la salud.