La Paz, Baja Californiano Sur, (OEM-Informex).- La aplicación de la vacuna de refuerzo o tercera dosis para personas mayores de 60 años, se está dando con el surgimiento de algunas quejas e inconformidades de parte de familiares que han llevado a sus adultos mayores y también quienes han acudido a recibir el compuesto, ya que –así lo han expresado- el proceso es muy lento y no se está respetando el horario que se eligió al momento de hacer la cita.
Algunas de estas personas refieren que luego de haber llegado a la UABCS a las 9 de la mañana, fueron informados de que las vacunas llegaron al lugar después de las 10 am, lo que hace evidente una mala organización en el personal a cargo.
Esto hace que los adultos mayores, quienes no sólo tienen una edad avanzada, sino que además tienen problemas de salud, tengan que soportar las inclemencias del tiempo para recibir la vacuna.
Otra de las quejas tiene que ver con la gran cantidad de personas que no están respetando la sana distancia y las medidas más elementales como son el uso correcto del cubreboca y del gel antibacterial.
Este grupo de la sociedad no puede estar tanto tiempo bajo los rayos del sol, ya que son vulnerables y tampoco pueden estar expuestos, por periodos prolongados, en lugares muy concurridos, cuando su cita programada no está siendo respetada en absoluto.
Cuando llegaron las vacunas la fila avanzó un poco más rápido, pero al tener en cuenta que había alrededor de 500 personas en el lugar, se entiende que la espera no logró reducirse de forma importante y esto provocó que cerca de 70 personas decidieran retirarse del lugar, antes de que llegaran los compuestos.
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La organización ha sido el blanco de la gran mayoría de las críticas, porque desde el primer día, se han visto estos inconvenientes y sobre todo porque los que acuden a vacunarse, consideran que todo esto podría evitarse si se respetaran las citas que fueron registradas con anterioridad.
No son pocos los adultos, quienes tienen entre 70 y 80 años, los que han tenido que soportar la larga espera por la desorganización que prevalece y toleran los organizadores.