Las uvas forman parte del ritual de pedir los 12 deseos o propósitos para el Año Nuevo, cuando suenan las 12 campanadas y despedir al Año Viejo. De forma esférica, pulpa aromática, sabor dulce, muy jugosa y colores que van del verde limón al rojo solferino, hay uvas suficientes para los festejos de este 31 de diciembre.
El comer 12 uvas es una práctica o mecanismo simbólico social, muy común durante las primeras campanadas del Año Nuevo. Es símbolo de abundancia y de buenos deseos para el año entrante.
Cada uva representa un deseo o un propósito para cumplir durante los siguientes 12 meses del nuevo año.
También se tiene la creencia de que las 12 uvas representan los 12 meses del calendario y de consumirlas todas en un minuto darán buena suerte durante el resto del Año Nuevo.
Pero además, especialistas en nutrición, explican que el consumo de uvas aporta al cuerpo humano fibra en forma de celulosa, vitaminas A, C, B1, B2, B3, B6 y minerales como calcio, fósforo, potasio, hierro, cobre, magnesio y zinc así como ácido fólico, glucosa y fructuosa.
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En su conjunto, proporcionan las uvas antioxidante natural y contribuyen a cuidar el sistema inmunológico, evitar estreñimiento y eliminar ácido úrico. Y aplicarlas tópicamente, ayudan a hidratar la piel.
Informa la Secretaría de Agricultura que son once las entidades productoras de uva. Sonora se colocó el año pasado como el principal estado productor con 307 mil 152 toneladas, esto es el 80.6 por ciento del total nacional.
Zacatecas con 58 mil 340 toneladas y Aguascalientes con siete mil toneladas, se situaron en el segundo y tercer lugar de la cosecha de esta fruta.
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También tienen producción notable Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Puebla y San Luis Potosí.
En 2022 la producción nacional de uva de mesa fue de 381 mil toneladas, con un valor de 10 mil 600 millones de pesos.
