La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- En la década de los años 70 en la ciudad de La Paz muchos turistas empezaron a llegar de distintos lugares de la república mexicana y de otras partes del mundo, por lo que el Malecón del famoso Puerto de Ilusión se encontraba con vida a lo largo del día, pero eso si al caer la madrugada los llantos de un niño encumbraban el aire del viento junto con la brisa del mar.
En aquella época había muchos árboles en el malecón algunos jóvenes traviesos jugaban y a subirse a ellos, para espantar a las personas que pasaban por el lugar, pues ello les causaba gracia, as u vez que salían corriendo, por ello muchos adultos solo decían “Juventud divino tesoro”.
Cuando se empezaron a escuchar los llantos de un niño en la madrugada algunos residentes y turistas llegaron a pensar que solo era el eco del viento y que tal vez muy cerca de ahí se encontraba alguna mamá con su hijo y que no podía parar su llanto, algo muy común en los niños y niñas de cierta edad.
Otros a su vez pensaban que se trataba de esos jóvenes traviesos que solo querían asustar, pero de ninguna manera nadie quería acercarse a los arboles del malecón, pues esos llantos te hacían ponerte la piel de gallina.
FUERON SUBIENDO DE TONO
Los llantos y quejidos fueron subiendo de tono pues se cuenta que hasta risas burlescas había, por lo mismo algunas personas evitaban ir al malecón a deshoras de la noche.
En estos tiempos puede sonar absurdo y descabellado que nos asuste los llantos de un niño, pero en aquella época fue algo raro e inusual ya que gran parte de la ciudadanía andaba a altas horas de la noche sin que le sucediera nada, también dormían afueras de sus casas y los índices de violencia eran realmente bajos.
Por su parte, hubo quienes no temían a las historias y relatos que ya se empezaban a tejer en torno a los llantos al hacer la madrugaba y los más valientes mencionaban que estos mismos ruidos se terminaban al dar las 3 de la mañana, por ello se le comenzó a bautizar como el llanto del diablo.
También algunos amantes de lo paranormal de aquellos años, llegaron a dormir escondidos en el Kiosco del malecón, pero nunca escucharon nada, pues los llantos eran imprevistos, era como si realmente quisieran aterrar a quien pasara por el sitio.
Por su parte algunas mujeres y hombres cada vez que salían a caminar empezaron a rociar agua bendita que tomaban de la Catedral de Nuestra Señora de La Paz y fue así como poco a poco esos llantos de un niño se fueron disipando. Al día de hoy todavía hay quienes recuerdan con terror los aterrantes llantos de un niño.
EL REGALO
En la década de los años 80 un regalo fue encontrado tirado en el suelo en el kiosco del malecón de La Paz a unos pasos del Muelle de la Reina, este hecho sorprendió a muchas personas, pues la cajita estaba envuelta minuciosamente, con su moño rojo mismo que sobresalía en todos los sentidos, era como si alguien lo hubiera hecho con mucho cariño.
Incluso, hubo quienes no lo tomaron solo lo acomodaron, pues las personas que solían pasar un rato agradable en el sitio, llegaron a pensar que se le había olvidado a alguien.
Con el paso de las horas y al caer la madrugada un hombre en situación vio una cajita de regalo, en esos momentos llegaron a su mente sus recuerdos de niñez y aunque estaba embriagado de tanto tomar alcohol decidió abrirlo, dentro de la caja había un suéter azul por lo que rápidamente decidió a ponérselo pues la brisa del mar golpeaba fuertemente y el frio se hacía sentir.
Al día siguiente el personal de intendencia vio tirada la caja de regalo, eso sí abierta desesperadamente y desparramada por todo el lugar, por lo que le llamó mucho la atención pues un día antes se había corrido como pólvora en la ciudad de que a alguien se le había olvidado su regalo.
UN GRITO DESESPERADO
Semanas después una mujer platicaba con su mejor amiga y sacaron a relucir la historia del regalo olvidado en el Kiosco, a lo que una de ellas hizo mención que una chica había sido vista por horas en el mismo sitio, la cual iba y venía con una caja y que otra joven se había acercado a ella y las dos se fueron corriendo gritando y desesperadas.
A los días se supo que la joven había salido corriendo pues su novio había muerto en un accidente automovilístico cuando iba en camino a verla, este hecho la trastorno tanto que estuvo encerrada en su casa por semanas sin querer salir, pues nunca pudo volver a verlo y menos darle el regalo prometido, pues el joven deseaba tener un suéter azul.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
A las pocas semanas del suceso el hombre en situación de calle fue encontrado sin vida, con un suéter azul en su cuerpo había indicios de que fue atropellado.
Desgraciadamente la joven vio en el periódico la noticia y en la fotografía de la nota, el hombre salía con el mismo suéter que ella había buscado minúsculamente para su novio, tuvo que ser trasladada a un hospital, ya que había sufrido una crisis nerviosa.
Al tiempo ya no se volvió a saber nada de la chica, pues se dice que sus padres se la llevaron a vivir a otra ciudad
Hoy en día muchas personas recuerdan la historia, misma que los llena de tristeza pues el regalo prometido nunca pudo ser entregado.
