ANIVERSARIO NÚMERO 77
La mayoría de los marinos que ingresan a la Armada de México lo hacen debido a que en sus familias hay grandes ejemplos como padres o hermanos que portaban con gran orgullo el impecable uniforme blanco, al grado de quererlos igualar.
Otra de las grandes razones por las que ingresan es que buscan estabilidad económica para ayudar a sus familias, así que sacrifican sus vidas y la entregan a la Armada Mexicana con tal de que a sus familias no les falte nada, por lo cual, cuando ingresan, sienten gran satisfacción al poder tener estabilidad y capacidad de mejorar la calidad de vida de sus familias.
Una vez al ingresar a la Marina están destinados a vivir una vida inmersa en el mar, donde la mayor parte del tiempo están rodeados por él y suelen hacer de las olas su vida cotidiana.
Su rutina inicia a las 6:00 horas, cuando se bañan y alistan para iniciar la jornada; a las 7:00 horas se sirve el desayuno, y a lo largo del día son capacitados en temas de su competencia.
A las 13:00 horas se vuelven a reunir todos en el comedor, en donde los cocineros de la embarcación les sirven la comida, mismo tiempo en el que aprovechan para convivir, ver películas o la televisión, escuchar música o platicar de forma grupal en un ambiente sano, y así mismo sucede en la cena.
NOSTALGIA
En medio de esta rutina predomina un sentimiento generalizado de tristeza por estar lejos de su familia, y ahí radica la más grande desventaja de dedicar su vida a la Armada de México, ya que mencionan que cada vez que tienen oportunidad de estar con su familia, lo cual es de manera muy esporádica, lo hacen con la incertidumbre de no saber si volverán a verlos.
En el caso de los marinos que se encuentran embarcados en el buque patrulla oceánica ARM “Juan de la Barrera” (PO-102) de la Marina, mencionan que su puerto base es La Paz, donde permanece gran parte del tiempo, para posteriormente dirigirse hasta San Felipe, Baja California.
Durante estos viajes, que se llegan a hacer cada dos meses o a veces hasta cada mes y medio, llegan a durar de 20 a 25 días navegando, sin embargo mencionan que han llegado a pasar hasta 36 días realizando sus rutinas en el barco, por lo cual ya están acostumbrados a trasladarse a diferentes puntos de la región y a sobrellevar esta situación.
Los marinos raramente llegan a tener los mismos compañeros durante sus transitar en la Marina, pues éstos están constantemente en cambio así que se hacen de compañeros y se despiden de ellos rápidamente, pues son llamados a prestar sus servicios a otras zonas o en otras embarcaciones, sin embargo el ambiente de compañerismo y cooperación es el mismo entre cualquier equipo de marinos.
Lee: Crónica de las comunicaciones en La Paz del 1900
REACCIONES DE LA GENTE
Otro de las grandes satisfacciones de ser marino es que la gente se llena de gusto al verlos uniformados y les llama la atención al grado de quererse tomar fotos con ellos, ya que el uniforme de los marinos es mucho más elegante y se distingue mucho más que el de las otras instituciones debido a su color blanco.
Entre las metas que hay entre los marinos predomina la intención de servir en entrega total a la salvaguarda de la nación durante su tiempo de servicio, pero también se encuentra el deseo de cumplir con los 20 años de servicio necesarios para jubilarse, pues este trabajo es muy demandante y absorbente, al mismo tiempo que satisfactorio y lleno de experiencias.
HISTORIA DEL BUQUE
El buque patrulla oceánica ARM “Juan de la Barrera” (PO-102) de la Marina, que se encuentra atracado en La Paz con motivo de los festejos por el Día de la Marina Nacional Mexicana, fue creado en la ciudad de Savannah, Georgia, en los Estados Unidos, el 10 de diciembre de 1942 con el nombre “Uss Symbol”, y originalmente fue utilizado para limpiar la travesía de bombas en el mar.
El buque: la eslora máxima es de 67 metros con un peso de 1,020 toneladas
En 1972 fue transferido a la Armada de México con el nombre de guardacosta “Guillermo Prieto”, sin embargo fue hasta el 10 de septiembre de 1999 cuando éste cambió su nombre al actual Armada República Mexicana “Juan de la Barrera” (PO-102).
Este buque, como algunas embarcaciones lo hacen, tiene una mascota que convive con los marinos y forma parte del equipo; en este caso es Timón, un pequeño perro que vestido de marino ronda por los pasillos de la embarcación robándose las miradas de los visitantes; también cuenta con un área de camarotes donde los marinos reposan, y un área de comedor donde conviven y juegan al futbolito; todo esto en su conjunto se convierte en la casa de cientos de marinos que contribuyen en la salvaguarda de la nación.