/ viernes 2 de noviembre de 2018

El arte de ser catrina

Durante los dos días que dura el festival Carlos Omar se caracterizó de Catrina

La Paz, Baja California Sur.- Carlos Omar Gallardo Ruiz es un joven de origen sonorense pero arraigado en BCS desde hace varios años, quien durante la XVIII edición del Festival de Día de Muertos obtuvo el primer lugar en la categoría de ‘Catrinas’.

En entrevista exclusiva para El Sudcaliforniano, Gallardo Ruiz, quien es arquitecto de profesión, mencionó que su interés por participar en este certamen que organiza el Gobierno del Estado, a través del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), surgió debido a que siempre le ha llamado la atención el personaje de la Catrina, así como la festividad del Día de Muertos.

“De niño iba al festival en la explanada del Teatro de la Ciudad y me llamaba la atención el desfile de las Catrinas. Recuerdo que decía que algún día me caracterizaría igual, ya que me gusta mucho hacer manualidades y crear cosas. Pasaron muchos años hasta que por fin me animé hace dos años. Participé junto con mi mamá (quien confeccionó el vestuario), nos fue bien pero no ganamos; me gustó mucho la experiencia”, describió.

El también artista independiente de performance comentó que en su participación lo que más le agradó fue la interacción con el público paceño, ya que trabaja en Los Cabos, con gente foránea, por lo que es diferente la reacción de un paceño a quien viene de otras partes.

UNA CATRINA AL ESTILO JOSE GUADALUPE POSADA ¡Y EN ZANCOS!

“Hice una Catrina que era en zancos y con ella llegué a medir dos metros con 60 centímetros. Me documenté sobre este personaje, leí todos los detalles y fui haciendo notas mentales de los elementos. A este personaje al principio se le conocía como La Calavera Garbancera, porque representaba a los indígenas que pretendían ser europeos, era una sátira a los mexicanos que intentaron adoptar costumbres europeas en lugar de las suyas. La imagen mostraba un esqueleto femenino vestido sólo con un sombrero que corresponde al atuendo de clase alta de un europeo de ese tiempo. Burlándose así de aquellos nativos mexicanos que, según Posada, aspiraban a adoptar las tradiciones aristocráticas europeas en la época previa a la Revolución”, abundó.

Prosiguiendo con la charla, destacó que ha tenido oportunidad de participar en dos ocasiones caracterizado como Catrina, de las cuales en el 2016 obtuvo “Mención Honorifica” y en el 2017 se hizo acreedor al primer lugar.

Sobre que tan difícil le resulta el manejo de los zancos, afirmó que el está acostumbrado a utilizarlos debido a que de manera independiente ha tomado talleres de circo. “Los zancos me iniciaron en el circo, es como mi principal hazaña. Tengo dos años en esto, me tocó trabajar con vestuario muy incomodo, basándome en esta experiencia diseñé mi vestuario para que fuera cómodo; aún así es bastante pesado (porque abarca mucha tela, nos llevamos como 25 metros, casi 30), porque es una falda muy larga y entre los encajes casi llegaba a los 30 metros”, señaló.

Al preguntarle si es caro confeccionar este tipo de vestuario respondió que es de la idea de que se puede hacer mucho con poco presupuesto, y en su caso eso fue lo que hizo. “Realmente no fue tan costoso, porque todo lo hicimos entre mi madre y yo. Desde ir a comprar las telas, hacer el diseño a mano, diseñar el sistema para poderme poner el vestuario (porque primero me tengo que poner los zancos y después va la falda). No me puedo vestir solo, tiene que ir alguien conmigo, todo es desarmable. Además llevo una faja que es como un polizón (soporte de fierro para aumentar la parte trasera de los vestidos), que era utilizado por las mujeres en el siglo XIX para verse más acinturadas y con las caderas más voluptuosas.

Hice una Catrina medio chusca e incluso me puse a bailar con la gente y eso les encantó. Este año ya no participaré porque ya me quité la inquietud de hacerlo y además me surgió trabajo en Cabo, justo con este personaje”, añadió.

Para finalizar, a quienes van a participar en esta XIX edición les aconsejó que disfruten de esta experiencia; “Cuando uno goza las cosas que quiere hacer, siempre salen bien. Yo no esperaba ganar y lo hice, ahora ya me quité la espinita de hacerlo ¡Qué padre que el resultado fue bueno!”, concluyó.

Quienes deseen conocer más sobre el trabajo y las caracterizaciones que realiza Carlos Omar pueden seguirlo en Instagram a través de la cuenta: Carlos Amor Gallardo.

La Paz, Baja California Sur.- Carlos Omar Gallardo Ruiz es un joven de origen sonorense pero arraigado en BCS desde hace varios años, quien durante la XVIII edición del Festival de Día de Muertos obtuvo el primer lugar en la categoría de ‘Catrinas’.

En entrevista exclusiva para El Sudcaliforniano, Gallardo Ruiz, quien es arquitecto de profesión, mencionó que su interés por participar en este certamen que organiza el Gobierno del Estado, a través del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), surgió debido a que siempre le ha llamado la atención el personaje de la Catrina, así como la festividad del Día de Muertos.

“De niño iba al festival en la explanada del Teatro de la Ciudad y me llamaba la atención el desfile de las Catrinas. Recuerdo que decía que algún día me caracterizaría igual, ya que me gusta mucho hacer manualidades y crear cosas. Pasaron muchos años hasta que por fin me animé hace dos años. Participé junto con mi mamá (quien confeccionó el vestuario), nos fue bien pero no ganamos; me gustó mucho la experiencia”, describió.

El también artista independiente de performance comentó que en su participación lo que más le agradó fue la interacción con el público paceño, ya que trabaja en Los Cabos, con gente foránea, por lo que es diferente la reacción de un paceño a quien viene de otras partes.

UNA CATRINA AL ESTILO JOSE GUADALUPE POSADA ¡Y EN ZANCOS!

“Hice una Catrina que era en zancos y con ella llegué a medir dos metros con 60 centímetros. Me documenté sobre este personaje, leí todos los detalles y fui haciendo notas mentales de los elementos. A este personaje al principio se le conocía como La Calavera Garbancera, porque representaba a los indígenas que pretendían ser europeos, era una sátira a los mexicanos que intentaron adoptar costumbres europeas en lugar de las suyas. La imagen mostraba un esqueleto femenino vestido sólo con un sombrero que corresponde al atuendo de clase alta de un europeo de ese tiempo. Burlándose así de aquellos nativos mexicanos que, según Posada, aspiraban a adoptar las tradiciones aristocráticas europeas en la época previa a la Revolución”, abundó.

Prosiguiendo con la charla, destacó que ha tenido oportunidad de participar en dos ocasiones caracterizado como Catrina, de las cuales en el 2016 obtuvo “Mención Honorifica” y en el 2017 se hizo acreedor al primer lugar.

Sobre que tan difícil le resulta el manejo de los zancos, afirmó que el está acostumbrado a utilizarlos debido a que de manera independiente ha tomado talleres de circo. “Los zancos me iniciaron en el circo, es como mi principal hazaña. Tengo dos años en esto, me tocó trabajar con vestuario muy incomodo, basándome en esta experiencia diseñé mi vestuario para que fuera cómodo; aún así es bastante pesado (porque abarca mucha tela, nos llevamos como 25 metros, casi 30), porque es una falda muy larga y entre los encajes casi llegaba a los 30 metros”, señaló.

Al preguntarle si es caro confeccionar este tipo de vestuario respondió que es de la idea de que se puede hacer mucho con poco presupuesto, y en su caso eso fue lo que hizo. “Realmente no fue tan costoso, porque todo lo hicimos entre mi madre y yo. Desde ir a comprar las telas, hacer el diseño a mano, diseñar el sistema para poderme poner el vestuario (porque primero me tengo que poner los zancos y después va la falda). No me puedo vestir solo, tiene que ir alguien conmigo, todo es desarmable. Además llevo una faja que es como un polizón (soporte de fierro para aumentar la parte trasera de los vestidos), que era utilizado por las mujeres en el siglo XIX para verse más acinturadas y con las caderas más voluptuosas.

Hice una Catrina medio chusca e incluso me puse a bailar con la gente y eso les encantó. Este año ya no participaré porque ya me quité la inquietud de hacerlo y además me surgió trabajo en Cabo, justo con este personaje”, añadió.

Para finalizar, a quienes van a participar en esta XIX edición les aconsejó que disfruten de esta experiencia; “Cuando uno goza las cosas que quiere hacer, siempre salen bien. Yo no esperaba ganar y lo hice, ahora ya me quité la espinita de hacerlo ¡Qué padre que el resultado fue bueno!”, concluyó.

Quienes deseen conocer más sobre el trabajo y las caracterizaciones que realiza Carlos Omar pueden seguirlo en Instagram a través de la cuenta: Carlos Amor Gallardo.

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