/ lunes 11 de marzo de 2024

El África de Mandela

Les compartiré frases de su autobiografía, su legado y herencia que llegó a mis manos por casualidad

"Mvezo -donde nací- era un lugar apartado, un pequeño asentamiento alejado de los grandes acontecimientos del mundo, donde la vida continuaba en gran medida como hacía cien años". Nelson Mandela


Les compartiré frases de su autobiografía, su legado y herencia que llegó a mis manos por casualidad, hace poco, como un regalo. Nos ayudará a valorar.

Un viaje a Sudáfrica

El Transkei se encuentra a unos mil doscientos kilómetros al Este de Ciudad del Cabo, y novecientos al Sur de Johannesburgo. Está situado entre el río Kei y la frontera con Natal, con aquellas abruptas montañas Drakensberg al Norte y las azules aguas del Índico al Este, es una hermosa tierra de suaves colinas, fértiles valles y un millar de ríos y arroyos, que hacen que el paisaje sea verde, incluso en invierno.

Porque es en su pluma como Nelson Mandela revela por completo su largo camino a la libertad.

Parte primera...

Además de la vida, y una constitución fuerte y una vieja vinculación con la casa real de Thembu, lo único que mi padre me dio al nacer fue un nombre: Rolihlahla, que quiere decir en xhosa literalmente "arrancar la rama de un árbol", pero su traducción más coloquial se aproxima a "revoltoso".

No creo que los nombres predeterminen el destino, o que mi padre adivinara de algún modo cuál iba a ser mi futuro, pero en años posteriores, tanto mis amigos como parientes llegaron a atribuir mi nombre a las muchas tempestades, que he causado, y a las que he sobrevivido. Mi nombre inglés, o cristiano, o más familiar, no me fue dado hasta el primer día del colegio.

Nací el 18 de julio de 1918 en Mvezo, una diminuta aldea en el río Mbashe, capital una diminuta aldea en la ribera del río, en el distrito de Umtata, capital de Transkei, el año de mi nacimiento fue el fin de la gran guerra, el de una epidemia de gripe que mato a millones de personas, y el de la presencia de una delegación del congreso nacional africano en la conferencia de paz de Versalles para exponer las quejas del pueblo negro africano.

El Transkei era una de las mayores divisiones territoriales de Sudáfrica, con una superficie del tamaño de Suiza, tenía una población de unos tres millones de xhosas y una pequeña minoría de basothosy blancos, es el hogar del pueblo Thembu, que forma parte de la nación xhosa a la que pertenezco y que se remonta hasta veinte generaciones hasta el rey Zwide, sí, africano.

Los xhosas nombran por tradición y sangre a un jefe, como en las Tribus, y durante la dominación británica eran respetados por el gobierno, porque el jefe tenía un alto grado moral, respetable por su obra, y trabajo constante, siempre digno de estima y confianza.

Son un pueblo orgulloso, patrilineal, con lenguaje expresivo y eufónico y una gran fe en la importancia de las leyes, la educación y la cortesía , una sociedad con base en el orden social y equilibrado y armonioso, en el que cada hombre y mujer conocía su lugar.

Libro que demuestra, aunque Madiba lo negaba categóricamente -que pertenecía a la estirpe real de su pueblo, y que pertenecía a la línea de sucesión al trono de los Thembus, razón por la que su pueblo, al ver su negación a ser parte de la casa real, quizá en rebeldía, si acaso asumió como un acto de enorme sacrificio y amor a su pueblo la presidencia, y al concluir, su retiro definitivo de la vida pública.

"Siempre he pensado que es en la crianza, más que en la naturaleza, la que constituye el principal molde de la personalidad", por lo que los maestros de verdad juegan el papel fundamental, y de enorme responsabilidad.

Parte 2:

Era un valle angosto y cubierto de hierba cruzado por arroyos claros, sobre el que se cernían verdes colinas.

El maíz, de la variedad que en Sudáfrica llamamos zara, alubias y calabazas, constituyan la mayor parte de nuestra dieta; las familias más ricas complementaban su dieta con té, café y azúcar, lujos exóticos para los demás, la mayoría.

Mi madre plantaba y recolectaba su propio maíz, axial, todo lo que comíamos lo habíamos elaborado nosotros mismos.

Mi madre presidía tres cabañas en la aldea, que por lo que recuerdo estaban casi siempre atestadas de niños recién nacidos e hijos de mis parientes. En la cultura Africana, no hacemos las mismas distinciones que hacen los blancos entre ellos, los primos y primas, son hermanos. Y hasta los amigos, diría yo.

En África no tenemos medios hermanos, son nuestros hermanos.

Nos entreteníamos con juguetes que fabricábamos, nuestro campo de juegos era la naturaleza... las colinas que se alzan sobre Qunu estaban salpicadas de grandes rocas pulidas que convertíamos en nuestra propia montaña rusa.

No tenía más de cinco años cuando me convertí en pastor, haciéndome cargo de las ovejas y terneros, descubrí la bendición divina y fuente de alegrías que esto produce. Fue en los prados donde aprendí a derribar aves, a beber leche tibia y dulce, directa de la ubre le la vaca, aprendí a combatir, y me convertí en especialista en diversas técnicas como paradas de golpes y esquivar al oponente marcialmente y un día, aprendí una lección de un asno rebelde.

Normalmente, los chicos jugaban entre ellos, pero en ocasiones permitíamos que se nos unieran nuestras hermanas, el juego más popular entre los chicos era el "thinti" que como la mayor parte de los juegos de los niños, era una aproximación a la guerra.

La mayor parte de mi infancia la pasaba en el Veld o espacios abiertos, jugando, y amé la sencilla belleza de la naturaleza, a la límpida línea del horizonte.

Nelson Mandela

"Mvezo -donde nací- era un lugar apartado, un pequeño asentamiento alejado de los grandes acontecimientos del mundo, donde la vida continuaba en gran medida como hacía cien años". Nelson Mandela


Les compartiré frases de su autobiografía, su legado y herencia que llegó a mis manos por casualidad, hace poco, como un regalo. Nos ayudará a valorar.

Un viaje a Sudáfrica

El Transkei se encuentra a unos mil doscientos kilómetros al Este de Ciudad del Cabo, y novecientos al Sur de Johannesburgo. Está situado entre el río Kei y la frontera con Natal, con aquellas abruptas montañas Drakensberg al Norte y las azules aguas del Índico al Este, es una hermosa tierra de suaves colinas, fértiles valles y un millar de ríos y arroyos, que hacen que el paisaje sea verde, incluso en invierno.

Porque es en su pluma como Nelson Mandela revela por completo su largo camino a la libertad.

Parte primera...

Además de la vida, y una constitución fuerte y una vieja vinculación con la casa real de Thembu, lo único que mi padre me dio al nacer fue un nombre: Rolihlahla, que quiere decir en xhosa literalmente "arrancar la rama de un árbol", pero su traducción más coloquial se aproxima a "revoltoso".

No creo que los nombres predeterminen el destino, o que mi padre adivinara de algún modo cuál iba a ser mi futuro, pero en años posteriores, tanto mis amigos como parientes llegaron a atribuir mi nombre a las muchas tempestades, que he causado, y a las que he sobrevivido. Mi nombre inglés, o cristiano, o más familiar, no me fue dado hasta el primer día del colegio.

Nací el 18 de julio de 1918 en Mvezo, una diminuta aldea en el río Mbashe, capital una diminuta aldea en la ribera del río, en el distrito de Umtata, capital de Transkei, el año de mi nacimiento fue el fin de la gran guerra, el de una epidemia de gripe que mato a millones de personas, y el de la presencia de una delegación del congreso nacional africano en la conferencia de paz de Versalles para exponer las quejas del pueblo negro africano.

El Transkei era una de las mayores divisiones territoriales de Sudáfrica, con una superficie del tamaño de Suiza, tenía una población de unos tres millones de xhosas y una pequeña minoría de basothosy blancos, es el hogar del pueblo Thembu, que forma parte de la nación xhosa a la que pertenezco y que se remonta hasta veinte generaciones hasta el rey Zwide, sí, africano.

Los xhosas nombran por tradición y sangre a un jefe, como en las Tribus, y durante la dominación británica eran respetados por el gobierno, porque el jefe tenía un alto grado moral, respetable por su obra, y trabajo constante, siempre digno de estima y confianza.

Son un pueblo orgulloso, patrilineal, con lenguaje expresivo y eufónico y una gran fe en la importancia de las leyes, la educación y la cortesía , una sociedad con base en el orden social y equilibrado y armonioso, en el que cada hombre y mujer conocía su lugar.

Libro que demuestra, aunque Madiba lo negaba categóricamente -que pertenecía a la estirpe real de su pueblo, y que pertenecía a la línea de sucesión al trono de los Thembus, razón por la que su pueblo, al ver su negación a ser parte de la casa real, quizá en rebeldía, si acaso asumió como un acto de enorme sacrificio y amor a su pueblo la presidencia, y al concluir, su retiro definitivo de la vida pública.

"Siempre he pensado que es en la crianza, más que en la naturaleza, la que constituye el principal molde de la personalidad", por lo que los maestros de verdad juegan el papel fundamental, y de enorme responsabilidad.

Parte 2:

Era un valle angosto y cubierto de hierba cruzado por arroyos claros, sobre el que se cernían verdes colinas.

El maíz, de la variedad que en Sudáfrica llamamos zara, alubias y calabazas, constituyan la mayor parte de nuestra dieta; las familias más ricas complementaban su dieta con té, café y azúcar, lujos exóticos para los demás, la mayoría.

Mi madre plantaba y recolectaba su propio maíz, axial, todo lo que comíamos lo habíamos elaborado nosotros mismos.

Mi madre presidía tres cabañas en la aldea, que por lo que recuerdo estaban casi siempre atestadas de niños recién nacidos e hijos de mis parientes. En la cultura Africana, no hacemos las mismas distinciones que hacen los blancos entre ellos, los primos y primas, son hermanos. Y hasta los amigos, diría yo.

En África no tenemos medios hermanos, son nuestros hermanos.

Nos entreteníamos con juguetes que fabricábamos, nuestro campo de juegos era la naturaleza... las colinas que se alzan sobre Qunu estaban salpicadas de grandes rocas pulidas que convertíamos en nuestra propia montaña rusa.

No tenía más de cinco años cuando me convertí en pastor, haciéndome cargo de las ovejas y terneros, descubrí la bendición divina y fuente de alegrías que esto produce. Fue en los prados donde aprendí a derribar aves, a beber leche tibia y dulce, directa de la ubre le la vaca, aprendí a combatir, y me convertí en especialista en diversas técnicas como paradas de golpes y esquivar al oponente marcialmente y un día, aprendí una lección de un asno rebelde.

Normalmente, los chicos jugaban entre ellos, pero en ocasiones permitíamos que se nos unieran nuestras hermanas, el juego más popular entre los chicos era el "thinti" que como la mayor parte de los juegos de los niños, era una aproximación a la guerra.

La mayor parte de mi infancia la pasaba en el Veld o espacios abiertos, jugando, y amé la sencilla belleza de la naturaleza, a la límpida línea del horizonte.

Nelson Mandela

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