La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- La Cytocarpa Edulis o mejor conocida como ciruela del monte o ciruelo Cimarrón es una fruta agridulce que se da principalmente en los municipios de La Paz y de Los Cabos.
Nada mas empiezan las primeras lluvias y las familias sudcalifornianas ya saben que es tiempo de ciruelas del monte, por ello se vuelve toda una aventura transportarse e ir por ellas en los famosos baldes o en bolsas. Hay quienes las prefieren un poco “verdecitas” y otras maduras, principalmente las que ya están en el suelo, ya que son más dulces y digeribles al paladar.
No se puede dejar atrás al famoso “Chuniqui” que es el hueso que está en el centro de las ciruelas del monte, mismo que ha destrozado miles de muelas y dientes a través del tiempo. Su color, tamaño y forma son tan distintivos que cualquier niño o niña de la entidad saben que es una ciruela del monte, ya que son pequeñas, amarillas y simplemente redonditas que caben perfectamente en la boca.
Dulces mexicanos han apropiado en su centro de sus paletas de dulce a la ciruela del monte, haciendo de este mismo un producto que se exporta nacional e internacionalmente, dejando a lo alto al estado de Baja California Sur. El tamaño del árbol puede medir los casi 9 metros de altura y hay otros que solo llegan a la mitad, hecho que facilita que el cortado de sus frutos sea más fácil, puesto que o contiene espinas, o la piel del árbol es muy seca y áspera.
DISTINTAS FORMAS DE PREPARARLAS
Muchas personas nativas de La Paz y de Los Cabos cuando terminan con la recolección de ciruelas del monte las ponen a cocer con chile de polvo y las venden en bolsitas o naturales, también hay quienes las hacen en dulce o con sal. Hay que recalcar que cada año la ciruela del monte se vuelve un incentivo económico para algunas familias sudcalifornianas que siguen la tradición que les dejaron sus abuelos. Es importante puntualizar que su sabor es fuerte, agridulce, dulce ya dependerá de la pequeña fruta que se haya probado, pues como se mencionó anteriormente variará si está verde, en su punto o madura.
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Para finalizar, las ciruelas del monte formaron parte de los Pericúes y Guaycuras quienes las agregaron como parte de su alimentación y a su vez era fácil poder transportarlas por su tamaño. Hay un famoso dicho en la ciudad capital que dice lo siguiente: “Si no probaste las ciruelas del monte es como si no hubieras visitado La Paz”.