Casa Benita apoya a mujeres víctimas de violencia

Benita Sabino Morales fundó y es la directora del albergue

Katz Cubero | El Sudcaliforniano

  · martes 19 de abril de 2022

Benita Sabino, a sus 60 años de edad, todavía se siente con fuerza para ayudar a más gente. Foto: Julián García | El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex) La señora Benita Sabino Morales, originaria del estado de Puebla, quien cuenta con 40 años viviendo en la ciudad de La Paz, recientemente tuvo que someterse a una cirugía por cuestiones de salud, comentó que su estado era delicado sin embargo su mayor preocupación no fue su estado de salud, o si seguiría con vida, su gran corazón solo la hacía pensar en qué pasaría con toda la gente que vive en este albergue que cobija a su gente, tanto a mujeres que han sido víctimas de violencia, como a algunos hombres que necesitan de este lugar de resguardo.

En la Casa Benita tienen 22 años ayudando a muchas mujeres que llegan con niños, pero también a algunos hombres que lo necesitan, siendo un pequeño hogar para estas personas. Benita Sabino Morales fundó y es la directora del albergue mejor conocido como Mamá Benita ubicado en Francisco J. Mujica entre Pera y Delta en la colonia Indeco. Un refugió para las mujeres víctimas de violencia: “Yo fui víctima de violencia y en ese tiempo se hablaba muy poco de este problema, las mujeres no teníamos mucho apoyo, entonces si batallé mucho, un día me dije yo voy a tener un albergue en donde podamos apoyar a las mujeres víctimas de violencia, ya tengo 22 años sirviendo en la Casa Benita”.

Últimamente en estos tiempos al menos se ha visibilizado este tema de las mujeres quienes son víctimas de violencia en una sociedad machista, sin embargo aún falta mucho que avanzar a nivel país. En el mes de julio se cumplirán 22 años de ayuda en este refugió donde además les brindan cariño, amor, fraternidad y un espacio donde les proporcionan medicamentos y cosas que necesiten dependiendo de sus necesidades.

“Gracias a Dios me ha dado mucho gusto recibir a tanta gente, a tantas mujeres. Hace poco me trajeron a una mujer, ya no íbamos a recibir gente porque estaba muy enferma, me acaban de hacer una cirugía y estoy delicada de salud”.

“Mi hija bendito dios me vino a ayudar, estoy muy contenta porque la cirugía salió bien, mis hijos han estado al pendiente de mí, mucha gente a orado por mí. Mi hija Sonia se está haciendo cargo del albergue, porque yo acabó de salir de una cirugía. Cuando me dijeron que estaba enferma me puse muy triste porque dije ¿Quién se va a hacer cargo del albergue? Ahora que estoy mal no pensé ni en qué va a pasar conmigo, qué va a pasar con mi casa, con mi familia, pensaba ¿Qué va a pasar con el albergue?

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“Veo que mi hija se va a hacer cargo del albergue y le tiene ese amor también (sus ojos se llenan de lágrimas de la emoción) ¿Qué va a pasar con la gente de este refugió? Mucha gente me ha dicho Mamá Benita ya disté mucho, dedícate a ti a ver por ti, yo creo que en algún momento tengo que parar, ya tengo 60 años de edad, pero creo que todavía puedo dar más. En la noche me trajeron a una mujer, pensé si Mamá Benita dice que no, que pasará con ella si viene a pedir ayuda”.

Les explicó a los policías que traían a esta mujer que estaba enferma, ellos entendieron la situación: “Ya no quería cargarle la mano a mi hija, tenemos varios enfermos ahorita son 14, algunos están enfermos y otros son adultos mayores, y personas con diferentes padecimientos. La señora que llegó es víctima de violencia, les pidió ayuda a los policías. Le dije a mi hija mira hija siendo mujeres todo el tiempo vamos a recibirlas. Mi hija me dijo: Mamá tú estabas preocupada por la gente que vive en el albergue, ni siquiera estabas preocupada por tu salud, por cómo saldrías de tu cirugía, por tus hijos, por la familia, le dije a lo mejor sí hija, pero es que ese refugió es mi vida”.