/ viernes 18 de septiembre de 2020

Tandariola | Kermés

Elementos festivos concentrados en una fiesta popular que entusiasma y se convierte en el pretexto para la convivencia y el disfrute de los antojitos mexicanos y aquellos delicatessen de la región. Es la kermés un punto de reunión de las comunidades en las fechas conmemorativas nacionales, las de mayor folclor.

Música, juegos, rifas, comida, golosinas, baile, aguas frescas y otros muchos elementos definen a estas fiestas públicas que mucho agradan y tienen siempre algo para todos los segmentos demográficos. No sé, es como compactar a ese México de sabores y colores en un solo espacio.

En su mayoría, la realización de una kermés es con causa, ya que se convoca para captar recursos para organismos como la Cruz Roja, los clubes de servicio (Leones, Rotarios, entre otros), asociaciones civiles, iglesias, colegios y otros que ponen a la venta alimentos, organizan juegos como la lotería, festivales artísticos o alguna otra atracción. El fin es recaudar fondos para un objetivo. La gente acude, colabora, consume y se divierte. Quid pro quo. El ganar-ganar.

En el imaginario colectivo la palabra kermés remite regularmente a la celebración de fechas patrióticas mexicanas, cuando el origen de la palabra, según la Real Academia Española, proviene del francés kermesse, y éste del neerlandés medio kercmisse ‘misa de iglesia’ (dle.rae.es).

En América latina el término es común y sabemos a qué se refiere, es una fiesta del pueblo y al aire libre, aunque proviene de una costumbre europea de carácter religioso, lo cual resulta vinculante a la etapa de colonización del continente y la evangelización, siendo actividades festivas de las instituciones religiosas que han sido desde entonces atrayentes para la población (lifeder.com). ¿A quien no le gustan las fiestas?

Por supuesto, la connotación actual nada tiene de religiosa y es una actividad interesante para el turismo, ya que la kermés es el candor mexicano en pleno y forma parte de los atractivos de una localidad; sin olvidar que las iglesias, organismos eclesiásticos, colegios particulares de órdenes religiosas, etc. las realizan en fechas conmemorativas del catolicismo, como el 12 de diciembre, celebraciones de un santo patrono, o bien para la recaudación de fondos para actividades específicas.

Abordar este tema surge por la situación de la contingencia sanitaria. El 2020 se recordará como el año atípico de enfermedad, confinamiento, el impacto a las economías, la transformación de las formas de convivencia y la limitación de los actos públicos. Así, en este año se han cancelado los eventos de concentración de personas, incluidos los más significativos, como el 210 aniversario de nuestra independencia el cual hubiera sido de gran trascendencia y lucimiento como suelen ser en las cifras terminadas en 0 y 5, pero que como bien sabemos, fue un espectáculo con mucha cobertura en redes sociales, sin aglomeraciones y sin kermés. Fue una celebración íntima.

Indudablemente, esta es una actividad que no solo se remite a la fiesta, se genera una suerte de ambiente festivo anticipado que inicia con la instalación de los locales, la colocación del templete y de los elementos distintivos tricolores, preparativos todos de un evento pletórico de tradiciones. Y el mero día, llegan temprano las viandas, las ollas con el menudo caliente, las bandejas de sopes, inundando el aire con el aroma a cilantro fresco, a tamales, a comida recién hecha.

Después de los protocolos oficiales, los vivas y la pirotecnia, se sacia el paladar. En paralelo, transcurre el espectáculo con los infaltables bailables con trajes típicos, cantantes locales, mariachi y la algarabía de un festejo del pueblo. Y quizá los elementos de una kermés que desde que recuerdo me han parecido muy divertidos, son el registro civil y la cárcel, ambos con validez solo durante el evento, afortunadamente.


Eytale!

“La Kermesse heroica”, película francesa de 1936 narra un relato histórico sobre la ocupación española bajo el reinado de Felipe III a la localidad de Boom, en Flandes en 1616. El filme expone una especial forma de “resistencia pasiva” frente a las temidas tropas: les recibieron muy bien, con una gran celebración, una manera que idearon las mujeres porque los hombres no querían enfrentarse a los soldados. Premiada en el festival de Venecia, fue prohibida por los nazis por ser una sátira de la guerra y el heroísmo (abc.es).


Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

La Tandariola también se escucha. Disponible en podcast en Ivoox.



Por supuesto, la connotación actual nada tiene de religiosa y es una actividad interesante para el turismo, ya que la kermés es el candor mexicano en pleno y forma parte de los atractivos de una localidad; sin olvidar que las iglesias, organismos eclesiásticos, colegios particulares de órdenes religiosas, etc. las realizan en fechas conmemorativas del catolicismo, como el 12 de diciembre, celebraciones de un santo patrono, o bien para la recaudación de fondos para actividades específicas.

Elementos festivos concentrados en una fiesta popular que entusiasma y se convierte en el pretexto para la convivencia y el disfrute de los antojitos mexicanos y aquellos delicatessen de la región. Es la kermés un punto de reunión de las comunidades en las fechas conmemorativas nacionales, las de mayor folclor.

Música, juegos, rifas, comida, golosinas, baile, aguas frescas y otros muchos elementos definen a estas fiestas públicas que mucho agradan y tienen siempre algo para todos los segmentos demográficos. No sé, es como compactar a ese México de sabores y colores en un solo espacio.

En su mayoría, la realización de una kermés es con causa, ya que se convoca para captar recursos para organismos como la Cruz Roja, los clubes de servicio (Leones, Rotarios, entre otros), asociaciones civiles, iglesias, colegios y otros que ponen a la venta alimentos, organizan juegos como la lotería, festivales artísticos o alguna otra atracción. El fin es recaudar fondos para un objetivo. La gente acude, colabora, consume y se divierte. Quid pro quo. El ganar-ganar.

En el imaginario colectivo la palabra kermés remite regularmente a la celebración de fechas patrióticas mexicanas, cuando el origen de la palabra, según la Real Academia Española, proviene del francés kermesse, y éste del neerlandés medio kercmisse ‘misa de iglesia’ (dle.rae.es).

En América latina el término es común y sabemos a qué se refiere, es una fiesta del pueblo y al aire libre, aunque proviene de una costumbre europea de carácter religioso, lo cual resulta vinculante a la etapa de colonización del continente y la evangelización, siendo actividades festivas de las instituciones religiosas que han sido desde entonces atrayentes para la población (lifeder.com). ¿A quien no le gustan las fiestas?

Por supuesto, la connotación actual nada tiene de religiosa y es una actividad interesante para el turismo, ya que la kermés es el candor mexicano en pleno y forma parte de los atractivos de una localidad; sin olvidar que las iglesias, organismos eclesiásticos, colegios particulares de órdenes religiosas, etc. las realizan en fechas conmemorativas del catolicismo, como el 12 de diciembre, celebraciones de un santo patrono, o bien para la recaudación de fondos para actividades específicas.

Abordar este tema surge por la situación de la contingencia sanitaria. El 2020 se recordará como el año atípico de enfermedad, confinamiento, el impacto a las economías, la transformación de las formas de convivencia y la limitación de los actos públicos. Así, en este año se han cancelado los eventos de concentración de personas, incluidos los más significativos, como el 210 aniversario de nuestra independencia el cual hubiera sido de gran trascendencia y lucimiento como suelen ser en las cifras terminadas en 0 y 5, pero que como bien sabemos, fue un espectáculo con mucha cobertura en redes sociales, sin aglomeraciones y sin kermés. Fue una celebración íntima.

Indudablemente, esta es una actividad que no solo se remite a la fiesta, se genera una suerte de ambiente festivo anticipado que inicia con la instalación de los locales, la colocación del templete y de los elementos distintivos tricolores, preparativos todos de un evento pletórico de tradiciones. Y el mero día, llegan temprano las viandas, las ollas con el menudo caliente, las bandejas de sopes, inundando el aire con el aroma a cilantro fresco, a tamales, a comida recién hecha.

Después de los protocolos oficiales, los vivas y la pirotecnia, se sacia el paladar. En paralelo, transcurre el espectáculo con los infaltables bailables con trajes típicos, cantantes locales, mariachi y la algarabía de un festejo del pueblo. Y quizá los elementos de una kermés que desde que recuerdo me han parecido muy divertidos, son el registro civil y la cárcel, ambos con validez solo durante el evento, afortunadamente.


Eytale!

“La Kermesse heroica”, película francesa de 1936 narra un relato histórico sobre la ocupación española bajo el reinado de Felipe III a la localidad de Boom, en Flandes en 1616. El filme expone una especial forma de “resistencia pasiva” frente a las temidas tropas: les recibieron muy bien, con una gran celebración, una manera que idearon las mujeres porque los hombres no querían enfrentarse a los soldados. Premiada en el festival de Venecia, fue prohibida por los nazis por ser una sátira de la guerra y el heroísmo (abc.es).


Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

La Tandariola también se escucha. Disponible en podcast en Ivoox.



Por supuesto, la connotación actual nada tiene de religiosa y es una actividad interesante para el turismo, ya que la kermés es el candor mexicano en pleno y forma parte de los atractivos de una localidad; sin olvidar que las iglesias, organismos eclesiásticos, colegios particulares de órdenes religiosas, etc. las realizan en fechas conmemorativas del catolicismo, como el 12 de diciembre, celebraciones de un santo patrono, o bien para la recaudación de fondos para actividades específicas.

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