/ lunes 22 de abril de 2024

Tandariola | Juzgar cívicamente

“… Comprenda que se estacionó obstruyendo una rampa”, indicaba el abogado en el Juzgado Cívico Municipal. “Pero trae su tarjetón azul”, insistía el traductor de un adulto mayor norteamericano que estacionó su vehículo en el acceso para sillas de ruedas de un edificio sin ser cajón de estacionamiento, motivando por ello una multa.

Estaba en la antesala para ser atendida y sin esperarlo, atestigüé un episodio muy común en esta instancia adscrita a la Dirección de Prevención del Delito y Justicia Cívica La Paz. En un momento de crispación, el traductor indicó al anciano que no se podía más, con las merecidas altisonancias en inglés; el anciano quería que se arreglara el asunto. “He is the boss”, indicó el traductor al anciano sobre el abogado que les atendía y explicaba la naturaleza de la multa.

El intérprete intentó amagar con la suspicacia de que tal vez no se quisieron “arreglar” in situ, a lo que el litigante indicó de manera tajante de que si en el lugar se suscitó un intento corrupto, eso era otro asunto y se debía tener confianza en la labor policial, sin embargo, respecto a esa instancia dijo tajante: “aquí no hay corrupción”. El traductor y el anciano decidieron pasar al tema de la multa, un poco más de diez mil pesos y dar por finalizada su audiencia.

Cuando llegó mi turno de tratar el asunto con una abogada de ese juzgado, aproveché para expresarle mi sorpresa por las muchas groserías en inglés que se les propinaron. La abogada con resignación me dijo estar acostumbrada y miró de soslayo a otra abogada quien asintió con la cabeza. “Esta mañana, por ejemplo, vino un individuo que estaba muy enojado. Como que necesitan desquitar sus frustraciones y aquí lo hacen, indicó.

Charlé un rato con ambas abogadas sobre lo que acontece en ese juzgado que no solo atiende situaciones de tránsito, sino que es mediador de diversas circunstancias que se suscitan en la sociedad paceña. El ámbito de la justicia cívica precisamente es una vía para atajar conflictos que derivan de la interacción social y buscan dar solución pacífica.

La abogada indicó que hay maneras de conciliar y que hay proceso o multas que las personas quieren solucionar incluso después de años. Por mencionarte un caso, aquí tengo una multa por no traer placas del año 2020, el dueño del auto tendría que pagar una multa, pero vemos de qué manera se puede solucionar, por tanto se le sugirió que acudiera en una fecha determinada a una playa para que en apoyo a una asociación, recolectara residuos y así se le condonaría la multa y claro que estuvieron de acuerdo. Un acto socialmente responsable.

Las dos abogadas son jóvenes y cordiales, una es egresada de la UABCS y la otra de UNIPAZ, y son unas convencidas de que la justicia cívica es una manera óptima de dar soluciones, tomando en cuenta que hay reglamentos y leyes que deben atenderse. “El problema es que mucha gente desconoce que existe este juzgado”, externó la abogada que me atendía. Y coincido, acudí a las instalaciones de Tránsito Municipal en la calle Colima sin saber que ahí estaba y sobre todo, cuáles son sus funciones. Iba a ver un trámite personal y salí enriquecida del trabajo que se hace en esa área.

Antes de irme les informé que soy columnista de esta casa editorial y que el tema me parecía atrayente, sobre todo después de ahondar en los datos de percepción de la corrupción de la semana anterior. Solicitaron que no diera sus nombres, solo mencionar que laboran en ese juzgado. Me invitaron a que siguiera las actividades que realizan y publican en Facebook, siendo además una manera de transparentar las acciones que realizan. Ellas me representan.

¡Eytale!

Es innegable que el Juzgado Cívico atiende a una política pública para prevenir delitos, fomentando la cultura de la paz, que las sanciones a favor de la comunidad y que quien infrinja un delito reconozca el daño social que causa y lo restituya. Claro está, también atiende e identifica a la población en riesgo y monitorea su reincidencia (gob.mx). Es amplia la lista de casos que atiende el Juzgado paceño, tienen incluso la grata labor de dar seguimiento a la adopción de perros rescatados por asociaciones.

Comunicóloga, fotógrafa y sibarita. Premio estatal de periodismo 2022 en la categoría de artículo de fondo.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

“… Comprenda que se estacionó obstruyendo una rampa”, indicaba el abogado en el Juzgado Cívico Municipal. “Pero trae su tarjetón azul”, insistía el traductor de un adulto mayor norteamericano que estacionó su vehículo en el acceso para sillas de ruedas de un edificio sin ser cajón de estacionamiento, motivando por ello una multa.

Estaba en la antesala para ser atendida y sin esperarlo, atestigüé un episodio muy común en esta instancia adscrita a la Dirección de Prevención del Delito y Justicia Cívica La Paz. En un momento de crispación, el traductor indicó al anciano que no se podía más, con las merecidas altisonancias en inglés; el anciano quería que se arreglara el asunto. “He is the boss”, indicó el traductor al anciano sobre el abogado que les atendía y explicaba la naturaleza de la multa.

El intérprete intentó amagar con la suspicacia de que tal vez no se quisieron “arreglar” in situ, a lo que el litigante indicó de manera tajante de que si en el lugar se suscitó un intento corrupto, eso era otro asunto y se debía tener confianza en la labor policial, sin embargo, respecto a esa instancia dijo tajante: “aquí no hay corrupción”. El traductor y el anciano decidieron pasar al tema de la multa, un poco más de diez mil pesos y dar por finalizada su audiencia.

Cuando llegó mi turno de tratar el asunto con una abogada de ese juzgado, aproveché para expresarle mi sorpresa por las muchas groserías en inglés que se les propinaron. La abogada con resignación me dijo estar acostumbrada y miró de soslayo a otra abogada quien asintió con la cabeza. “Esta mañana, por ejemplo, vino un individuo que estaba muy enojado. Como que necesitan desquitar sus frustraciones y aquí lo hacen, indicó.

Charlé un rato con ambas abogadas sobre lo que acontece en ese juzgado que no solo atiende situaciones de tránsito, sino que es mediador de diversas circunstancias que se suscitan en la sociedad paceña. El ámbito de la justicia cívica precisamente es una vía para atajar conflictos que derivan de la interacción social y buscan dar solución pacífica.

La abogada indicó que hay maneras de conciliar y que hay proceso o multas que las personas quieren solucionar incluso después de años. Por mencionarte un caso, aquí tengo una multa por no traer placas del año 2020, el dueño del auto tendría que pagar una multa, pero vemos de qué manera se puede solucionar, por tanto se le sugirió que acudiera en una fecha determinada a una playa para que en apoyo a una asociación, recolectara residuos y así se le condonaría la multa y claro que estuvieron de acuerdo. Un acto socialmente responsable.

Las dos abogadas son jóvenes y cordiales, una es egresada de la UABCS y la otra de UNIPAZ, y son unas convencidas de que la justicia cívica es una manera óptima de dar soluciones, tomando en cuenta que hay reglamentos y leyes que deben atenderse. “El problema es que mucha gente desconoce que existe este juzgado”, externó la abogada que me atendía. Y coincido, acudí a las instalaciones de Tránsito Municipal en la calle Colima sin saber que ahí estaba y sobre todo, cuáles son sus funciones. Iba a ver un trámite personal y salí enriquecida del trabajo que se hace en esa área.

Antes de irme les informé que soy columnista de esta casa editorial y que el tema me parecía atrayente, sobre todo después de ahondar en los datos de percepción de la corrupción de la semana anterior. Solicitaron que no diera sus nombres, solo mencionar que laboran en ese juzgado. Me invitaron a que siguiera las actividades que realizan y publican en Facebook, siendo además una manera de transparentar las acciones que realizan. Ellas me representan.

¡Eytale!

Es innegable que el Juzgado Cívico atiende a una política pública para prevenir delitos, fomentando la cultura de la paz, que las sanciones a favor de la comunidad y que quien infrinja un delito reconozca el daño social que causa y lo restituya. Claro está, también atiende e identifica a la población en riesgo y monitorea su reincidencia (gob.mx). Es amplia la lista de casos que atiende el Juzgado paceño, tienen incluso la grata labor de dar seguimiento a la adopción de perros rescatados por asociaciones.

Comunicóloga, fotógrafa y sibarita. Premio estatal de periodismo 2022 en la categoría de artículo de fondo.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

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