Tandariola
Nuestras estirpes ven a la playa próxima casi como una extensión del hogar. Ahí se desarrollaron historias y momentos personales de esparcimiento, de aprendizaje y de entrañable convivencia. Quienes llegan a esta bendita tierra de oportunidades hacen propio este sentir y disfrutan de las apacibles aguas del golfo y del imponente oleaje oceánico. Así es de diverso el potencial de nuestra línea de costa.
Gran parte de nuestra población estatal está asentada justamente en estos sitios allende el mar. Desde Guerrero Negro del lado del Pacífico yrodeando la entidad, hasta Los Corrales en el Golfo de California, localidades extremas en las tierras del norte mulegino -casi en la línea divisoria del paralelo 28°-, el grueso de la población sudcaliforniana respira las brisas marinas, se baña en sus balnearios y playas abiertas, y se nutre de los productos disponibles en la plataforma continental.
Vivir en los litorales es mantener con el continuo de agua salada un vínculo perpetuo. Llevamos en nuestra memoria celular el sonido de las olas, el fulgor de amaneceres o atardeceres entornados de mar; sabemos de gaviotas, pelícanos y tijeretas; de sargazo, arenas y piedras variopintas; de acantilados y vistas espectaculares; de ceviches, cocteles y empapelados.
Y somos mileslas personasque compartimos esto: más del 82% de la población en la media península tienen su hogar en las localidades de las costas del Océano Pacífico o en el Golfo de California y que, a la postre, son las de mayor densidad demográfica,como son las cuatro de las cinco cabeceras municipales, lo cual deja a un poco menos del 18% asentado en las localidades de las zonas serranas y en las planicies de esta delgada media península (INEGI. ITER 2020).
Me gusta hacer esos ejercicios donde el aspecto espacial y sociodemográfico convergen, un atisbo a las relaciones humanas con su entorno. Las actividades en las costas, desde recreativas hasta pesqueras, se desarrollan en la plataforma continental, la cual es la zona que inicia en la orilla de la playa, denominada línea base y forma parte del borde exterior de nuestro territorio nacional, la cual se denomina mar territorial y se extiende hasta 12 millas náuticas, que suman 231 mil km2 (conabio.gob.mx). Sí, nos damos un chapuzón, buceamos almejas, pescamos, etc. en esta franja.
Según los tratados internacionales en el Derecho de Mar, la plataforma continental comprende el lecho y el subsuelo más allá del mar territorial, expandiéndose a esa franja de mar adyacente hasta 200 millas náuticas y forma la Zona Económica Exclusiva (senado.gob.mx), estos son unos 370.4 km mar adentro contados desde la línea de costa continental e insular (INEGI. Cuéntame de México).
Ciertamente pensamos a nuestro país en un territorio de 1.9 millones de km2, pero la visión de su magnitud debe sumar los 3.1 millones de km2que forman la Zona Económica Exclusiva, por lo que la superficie total y soberana mexicana se considera en 5.1 millones de km2(consulmex.sre.gob.mx), con sus tierrasvisibles y sumergidas y su amplia riqueza de seres vivos y ecosistemas.
En un somero análisis de la cartografía batimétrica, es decir, de las profundidades en el lecho marino, son visibles las zonas con prolongadas regiones de menor profundidad que son las que rodean a las dos penínsulas, la de Baja California y la de Yucatán, las cuales se extienden hasta regiones centrales de los golfos de California y de México, respectivamente, en un rango de 0 a 200 mts. En el primero, el Mar Bermejo, las profundidades más pronunciadas son de tres kilómetros de profundidad en la apertura del golfo, mientras que en el otro es hasta de 4 mil metros. “Alto pa´abajo” Los Huizapoles dixit.
Los taludes continentales, que son como cañadas que derivan en las planicies abisales, tienen relieves menos abruptos en las penínsulas que en las costas de las entidades oceánicascomo Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas (INEGI. Batimetría escala 1:1 000 000), zona que CONABIO define como Región Pacífico Tropical (conabio.gob.mx/gap).Solo atinaré a decir que en el mar la vida es más sabrosa…
¡Eytale!
El calor húmedo e insoportable en verano nos obligaba a acudir al balneario de mi pueblo porteño, Santa Rosalía, para refrescarnos en esas tardes de calma chicha típicas de las aguas del golfo. Mi abuela materna era una sirena y me gustaba verla disfrutar de su momento personal en las playas negras. Se alejaba con gracia, hasta un punto en que apenas podíamos ver su cabeza. Nana -le preguntábamos desde la orilla-, ¿pisas ahí donde estas? Al retornar nos decía que no, ni siquiera alcanzaba a ver el fondo, que solo alcanzaba a ver un color muy oscuro. Y solo había unos pocos metros de profundidad.
Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora, escritora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. Esta columna disponible enTwitter @LA_PERALTA en Telegram como #ViernesDeTandariolay en Facebook como Tandariola