/ lunes 15 de enero de 2024

Llegó la hora

Llegó la hora.

El morenato cruje. Se tambalea por el peso de la corrupción, complicidades e ineptitud.

Vienen tiempos de definiciones. Estos días han demostrado que frenar la llegada de una dictadura de partido es posible, pero se logrará sólo si la sociedad se involucra y participa.

El morenato se endurecerá ante la posibilidad de perder la elección, ver el poder evaporarse y enfrentar sus enormes responsabilidades legales.

Cada día se exhibe una podredumbre grosera y cínica. El caso Notimex donde se le esquilman liquidaciones a trabajadores para apoyar la campaña de Claudia Sheinbaum. La corrupción de los hijos del presidente, su tráfico de influencias y excesos que golpean de frente la credibilidad de Morena. La contratación de lavadores de dinero profesionales para ocultar los turbulentos y sucios ríos de dinero ilegal. Las adjudicaciones a empresas fantasma por miles de millones en todos los gobiernos, de todos los niveles, del morenato.

Las masacres y horrores cotidianos que expelen un tufo a complicidad.

La ineptitud que llega al límite de considerar a las y los mexicanos imbéciles: inauguran una “mega farmacia” vacía; una línea aérea que no transporta a nadie; un tren que cancela sus recorridos; una refinería que no refina nada y un largo etcétera que no se había visto nunca en la historia nacional.

La aprobación presidencial se resiente. Ya veremos si se traslada a una baja en el voto. Anticipo que sí.

Para enfrentar el desastre que ha venido incubando en cinco años, el gobierno que se va no corrige: se radicaliza.

Tratan de apoderarse de lo que queda de instituciones para quedarse a la mala. Amenazaron, sin éxito, a opositores para mantener a Ernestina Godoy en la fiscalía. Fallaron. Ahora, con todo cinismo, imponen a un fiscal patito.

Además, se apoderan a la mala con una triste decisión judicial de todo el cuerpo directivo del INE.

Se preparan para robarse la elección.

No podrán. El 18 de febrero México se volverá a desbordar en defensa de la libertad y de la democracia.

Llegó la hora.

Hay una cita por la libertad: nuestra y de nuestros hijos.

La sociedad civil convoca a tomar las plazas de todo el país ese día, para mandar un mensaje categórico: vamos a votar y vamos a hacer que ese voto se respete.

Lecciones sobran. Nada detiene a una marea social que se levanta en el horizonte.

No pudo Trump. No lograron imponer una constitución socialista en Chile. No les resultó la violencia en Ecuador. No le alcanzó al populismo argentino.

Aquí será igual.

La oposición está unida, firme y de pie.

Samuel García se apanicó cuando no pudo imponer a un sirviente que le cuidara las espaldas. MC se pierde en la frivolidad y el vacío.

Eduardo Verástegui se va con el rabo entre las patas.

Llegó la hora. Será un pleito de dos.

Y ahí ganaremos.

El morenato cruje. Se tambalea por el peso de la corrupción, complicidades e ineptitud.

Vienen tiempos de definiciones. Estos días han demostrado que frenar la llegada de una dictadura de partido es posible, pero se logrará sólo si la sociedad se involucra y participa.

El morenato se endurecerá ante la posibilidad de perder la elección, ver el poder evaporarse y enfrentar sus enormes responsabilidades legales.

Cada día se exhibe una podredumbre grosera y cínica. El caso Notimex donde se le esquilman liquidaciones a trabajadores para apoyar la campaña de Claudia Sheinbaum. La corrupción de los hijos del presidente, su tráfico de influencias y excesos que golpean de frente la credibilidad de Morena. La contratación de lavadores de dinero profesionales para ocultar los turbulentos y sucios ríos de dinero ilegal. Las adjudicaciones a empresas fantasma por miles de millones en todos los gobiernos, de todos los niveles, del morenato.

Las masacres y horrores cotidianos que expelen un tufo a complicidad.

La ineptitud que llega al límite de considerar a las y los mexicanos imbéciles: inauguran una “mega farmacia” vacía; una línea aérea que no transporta a nadie; un tren que cancela sus recorridos; una refinería que no refina nada y un largo etcétera que no se había visto nunca en la historia nacional.

La aprobación presidencial se resiente. Ya veremos si se traslada a una baja en el voto. Anticipo que sí.

Para enfrentar el desastre que ha venido incubando en cinco años, el gobierno que se va no corrige: se radicaliza.

Tratan de apoderarse de lo que queda de instituciones para quedarse a la mala. Amenazaron, sin éxito, a opositores para mantener a Ernestina Godoy en la fiscalía. Fallaron. Ahora, con todo cinismo, imponen a un fiscal patito.

Además, se apoderan a la mala con una triste decisión judicial de todo el cuerpo directivo del INE.

Se preparan para robarse la elección.

No podrán. El 18 de febrero México se volverá a desbordar en defensa de la libertad y de la democracia.

Llegó la hora.

Hay una cita por la libertad: nuestra y de nuestros hijos.

La sociedad civil convoca a tomar las plazas de todo el país ese día, para mandar un mensaje categórico: vamos a votar y vamos a hacer que ese voto se respete.

Lecciones sobran. Nada detiene a una marea social que se levanta en el horizonte.

No pudo Trump. No lograron imponer una constitución socialista en Chile. No les resultó la violencia en Ecuador. No le alcanzó al populismo argentino.

Aquí será igual.

La oposición está unida, firme y de pie.

Samuel García se apanicó cuando no pudo imponer a un sirviente que le cuidara las espaldas. MC se pierde en la frivolidad y el vacío.

Eduardo Verástegui se va con el rabo entre las patas.

Llegó la hora. Será un pleito de dos.

Y ahí ganaremos.

Llegó la hora.

El morenato cruje. Se tambalea por el peso de la corrupción, complicidades e ineptitud.

Vienen tiempos de definiciones. Estos días han demostrado que frenar la llegada de una dictadura de partido es posible, pero se logrará sólo si la sociedad se involucra y participa.

El morenato se endurecerá ante la posibilidad de perder la elección, ver el poder evaporarse y enfrentar sus enormes responsabilidades legales.

Cada día se exhibe una podredumbre grosera y cínica. El caso Notimex donde se le esquilman liquidaciones a trabajadores para apoyar la campaña de Claudia Sheinbaum. La corrupción de los hijos del presidente, su tráfico de influencias y excesos que golpean de frente la credibilidad de Morena. La contratación de lavadores de dinero profesionales para ocultar los turbulentos y sucios ríos de dinero ilegal. Las adjudicaciones a empresas fantasma por miles de millones en todos los gobiernos, de todos los niveles, del morenato.

Las masacres y horrores cotidianos que expelen un tufo a complicidad.

La ineptitud que llega al límite de considerar a las y los mexicanos imbéciles: inauguran una “mega farmacia” vacía; una línea aérea que no transporta a nadie; un tren que cancela sus recorridos; una refinería que no refina nada y un largo etcétera que no se había visto nunca en la historia nacional.

La aprobación presidencial se resiente. Ya veremos si se traslada a una baja en el voto. Anticipo que sí.

Para enfrentar el desastre que ha venido incubando en cinco años, el gobierno que se va no corrige: se radicaliza.

Tratan de apoderarse de lo que queda de instituciones para quedarse a la mala. Amenazaron, sin éxito, a opositores para mantener a Ernestina Godoy en la fiscalía. Fallaron. Ahora, con todo cinismo, imponen a un fiscal patito.

Además, se apoderan a la mala con una triste decisión judicial de todo el cuerpo directivo del INE.

Se preparan para robarse la elección.

No podrán. El 18 de febrero México se volverá a desbordar en defensa de la libertad y de la democracia.

Llegó la hora.

Hay una cita por la libertad: nuestra y de nuestros hijos.

La sociedad civil convoca a tomar las plazas de todo el país ese día, para mandar un mensaje categórico: vamos a votar y vamos a hacer que ese voto se respete.

Lecciones sobran. Nada detiene a una marea social que se levanta en el horizonte.

No pudo Trump. No lograron imponer una constitución socialista en Chile. No les resultó la violencia en Ecuador. No le alcanzó al populismo argentino.

Aquí será igual.

La oposición está unida, firme y de pie.

Samuel García se apanicó cuando no pudo imponer a un sirviente que le cuidara las espaldas. MC se pierde en la frivolidad y el vacío.

Eduardo Verástegui se va con el rabo entre las patas.

Llegó la hora. Será un pleito de dos.

Y ahí ganaremos.

El morenato cruje. Se tambalea por el peso de la corrupción, complicidades e ineptitud.

Vienen tiempos de definiciones. Estos días han demostrado que frenar la llegada de una dictadura de partido es posible, pero se logrará sólo si la sociedad se involucra y participa.

El morenato se endurecerá ante la posibilidad de perder la elección, ver el poder evaporarse y enfrentar sus enormes responsabilidades legales.

Cada día se exhibe una podredumbre grosera y cínica. El caso Notimex donde se le esquilman liquidaciones a trabajadores para apoyar la campaña de Claudia Sheinbaum. La corrupción de los hijos del presidente, su tráfico de influencias y excesos que golpean de frente la credibilidad de Morena. La contratación de lavadores de dinero profesionales para ocultar los turbulentos y sucios ríos de dinero ilegal. Las adjudicaciones a empresas fantasma por miles de millones en todos los gobiernos, de todos los niveles, del morenato.

Las masacres y horrores cotidianos que expelen un tufo a complicidad.

La ineptitud que llega al límite de considerar a las y los mexicanos imbéciles: inauguran una “mega farmacia” vacía; una línea aérea que no transporta a nadie; un tren que cancela sus recorridos; una refinería que no refina nada y un largo etcétera que no se había visto nunca en la historia nacional.

La aprobación presidencial se resiente. Ya veremos si se traslada a una baja en el voto. Anticipo que sí.

Para enfrentar el desastre que ha venido incubando en cinco años, el gobierno que se va no corrige: se radicaliza.

Tratan de apoderarse de lo que queda de instituciones para quedarse a la mala. Amenazaron, sin éxito, a opositores para mantener a Ernestina Godoy en la fiscalía. Fallaron. Ahora, con todo cinismo, imponen a un fiscal patito.

Además, se apoderan a la mala con una triste decisión judicial de todo el cuerpo directivo del INE.

Se preparan para robarse la elección.

No podrán. El 18 de febrero México se volverá a desbordar en defensa de la libertad y de la democracia.

Llegó la hora.

Hay una cita por la libertad: nuestra y de nuestros hijos.

La sociedad civil convoca a tomar las plazas de todo el país ese día, para mandar un mensaje categórico: vamos a votar y vamos a hacer que ese voto se respete.

Lecciones sobran. Nada detiene a una marea social que se levanta en el horizonte.

No pudo Trump. No lograron imponer una constitución socialista en Chile. No les resultó la violencia en Ecuador. No le alcanzó al populismo argentino.

Aquí será igual.

La oposición está unida, firme y de pie.

Samuel García se apanicó cuando no pudo imponer a un sirviente que le cuidara las espaldas. MC se pierde en la frivolidad y el vacío.

Eduardo Verástegui se va con el rabo entre las patas.

Llegó la hora. Será un pleito de dos.

Y ahí ganaremos.

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 09 de abril de 2024

Faltas tú

Fernando Vázquez Rigada

lunes 18 de diciembre de 2023

La vida

Fernando Vázquez Rigada

lunes 11 de diciembre de 2023

Solos

Fernando Vázquez Rigada

martes 05 de diciembre de 2023

Sorprendidos

Fernando Vázquez Rigada

lunes 27 de noviembre de 2023

Terremoto silencioso

Terremoto silencioso

Fernando Vázquez Rigada

Cargar Más