/ viernes 1 de julio de 2022

Agua futura

Flotamos en un líquido durante 9 meses. Salimos al mundo en una ola amniótica. Vaporosa está por doquier. Salivo y está. Dentro de cualquier célula y ahí está. Agua.

No es un notición que el agua cotiza en la bolsa de Wall Street desde hace más de un año y medio (El Economista. 07/12/2020), esto significa que se incluye en el mercado de futuros. Sin duda, es un tema financiero apasionante que aplicaba a productos agropecuarios, metales, energía e índices, a lo que se suma ahora también el líquido vital. En el argot bursátil, se convirtió en un commodity.

Derecho universal de las personas es el tener acceso a agua potable, me parece que el twist que se ha dado a la concepción del recurso hídrico indispensable para la humanidad al tornarse en un bien bursatilizado, no termina de comprenderse en su amplitud. No nos cae el veinte.

En el mercado de futuros la especulación (operaciones comerciales o financieras que tienen como fin obtener un beneficio económico) se enfoca en insumos susceptibles de negociarse con anticipación. Un ejemplo de ello es el café arábica, un cultivo estratégico para 19 países productores como el nuestro (ifcmarkets.com), que cotiza en la bolsa para establecer el valor que habrá de estandarizar su precio a nivel internacional, sujeto a los devaneos de la oferta y demanda en un continuo numérico que se ve como un electrocardiograma. Ah, poesía en la que también se entenderá a la incolora mezcla de oxígeno e hidrógeno.

Queda para la posteridad el anuncio de que el Nasdaq Veles California Water Index (NQH20) se lanzó en octubre de 2018, pero no fue sino hasta el 7 de diciembre que se empezaron a cotizar oficialmente contratos futuros de agua basado en el índice de la bolsa de valores de Nueva York, con el lanzamiento de CME Group con el primer contrato de mercado de futuros del agua del mundo “que permite a los compradores y vendedores intercambiar un precio por cantidades fijas de agua en un futuro” (DW.19/12/2020).

Suena entre cacofonía y galimatías, pero es una realidad que además de ser un elemento necesario también comprendemos que tiene un determinado valor. Una botella de agua la adquirimos con un precio específico dependiendo sus mililitros, pagamos un recibo al Oomsapas por una cantidad de metros cúbicos o llenamos un garrafón de 20 litros por 10 pesos, bueno, eso en la purificadora de mi barrio.

Pero hay un delicado aspecto que inevitablemente va a incidir en el precio, que al ser más escaso subirá de valor. A decir del académico Darío Ibarra, del FES Aragón, estaríamos cubriendo el precio real de su extracción y que conforme este líquido se va alterando (agua contaminada, uso industrial) y hay una menor oferta disponible se refleja en el precio de alguna manera (gaceta.unam.mx. 18/03/2021).

Y observando el comportamiento de la cotización desde que inició el registro en el 2019, el incremento ha sido gradual y ascendente, superándose día a día en mesetas temporales de precios y porcentajes dinámicos que solo advierten de una más que evidente tendencia que no sé si es escalofriantemente futurista.

El bien más preciado y de más alta demanda en zonas con estrés en el que se inserta, obviamente, la media península. Y sin embargo, con la extracción que se hace a los mantos acuíferos y la red hidráulica, en el 5.5% de las viviendas de la entidad no tienen agua entubada y es justamente el municipio con más población, Los Cabos, el de mayor porcentaje de viviendas que no tiene este servicio, 9.4%(INEGI. Censo de Población y Vivienda 2020). Según lo que se espera, la exigencia será un tema tenso que lleva a especialistas, activistas, empresariado y autoridades a debatir sobre la explotación, la desalación u otras medidas para abastecernos de este commodity. Y me adelanto, tal vez, al decir que el aire, al empezar a enrarecerse, bien podría ser bursatilizado. ¡No doy ideas!

¡Eytale!

Desde el fondo de mi memoria atraigo un recuerdo. Mi madre caminando rápido calle arriba con varias cubetas. Una pipa distribuía agua en mi barrio. Mañana veraniega con aquel calor húmedo de puerto. A borbotones el líquido colmaba los recipientes que se acarreaban a las viviendas por alguna circunstancia que no recuerdo. El tandeo en mi pueblo, Santa Rosalía, fue una medida para el reparto salomónico a la población. Eran los setentas. Cuando en alguna parte de nuestro México hay resistencia al tandeo, retornan estos recuerdos.

Comunicóloga, fotógrafa y sibarita. Premio estatal de periodismo 2022 en la categoría de artículo de fondo.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

Flotamos en un líquido durante 9 meses. Salimos al mundo en una ola amniótica. Vaporosa está por doquier. Salivo y está. Dentro de cualquier célula y ahí está. Agua.

No es un notición que el agua cotiza en la bolsa de Wall Street desde hace más de un año y medio (El Economista. 07/12/2020), esto significa que se incluye en el mercado de futuros. Sin duda, es un tema financiero apasionante que aplicaba a productos agropecuarios, metales, energía e índices, a lo que se suma ahora también el líquido vital. En el argot bursátil, se convirtió en un commodity.

Derecho universal de las personas es el tener acceso a agua potable, me parece que el twist que se ha dado a la concepción del recurso hídrico indispensable para la humanidad al tornarse en un bien bursatilizado, no termina de comprenderse en su amplitud. No nos cae el veinte.

En el mercado de futuros la especulación (operaciones comerciales o financieras que tienen como fin obtener un beneficio económico) se enfoca en insumos susceptibles de negociarse con anticipación. Un ejemplo de ello es el café arábica, un cultivo estratégico para 19 países productores como el nuestro (ifcmarkets.com), que cotiza en la bolsa para establecer el valor que habrá de estandarizar su precio a nivel internacional, sujeto a los devaneos de la oferta y demanda en un continuo numérico que se ve como un electrocardiograma. Ah, poesía en la que también se entenderá a la incolora mezcla de oxígeno e hidrógeno.

Queda para la posteridad el anuncio de que el Nasdaq Veles California Water Index (NQH20) se lanzó en octubre de 2018, pero no fue sino hasta el 7 de diciembre que se empezaron a cotizar oficialmente contratos futuros de agua basado en el índice de la bolsa de valores de Nueva York, con el lanzamiento de CME Group con el primer contrato de mercado de futuros del agua del mundo “que permite a los compradores y vendedores intercambiar un precio por cantidades fijas de agua en un futuro” (DW.19/12/2020).

Suena entre cacofonía y galimatías, pero es una realidad que además de ser un elemento necesario también comprendemos que tiene un determinado valor. Una botella de agua la adquirimos con un precio específico dependiendo sus mililitros, pagamos un recibo al Oomsapas por una cantidad de metros cúbicos o llenamos un garrafón de 20 litros por 10 pesos, bueno, eso en la purificadora de mi barrio.

Pero hay un delicado aspecto que inevitablemente va a incidir en el precio, que al ser más escaso subirá de valor. A decir del académico Darío Ibarra, del FES Aragón, estaríamos cubriendo el precio real de su extracción y que conforme este líquido se va alterando (agua contaminada, uso industrial) y hay una menor oferta disponible se refleja en el precio de alguna manera (gaceta.unam.mx. 18/03/2021).

Y observando el comportamiento de la cotización desde que inició el registro en el 2019, el incremento ha sido gradual y ascendente, superándose día a día en mesetas temporales de precios y porcentajes dinámicos que solo advierten de una más que evidente tendencia que no sé si es escalofriantemente futurista.

El bien más preciado y de más alta demanda en zonas con estrés en el que se inserta, obviamente, la media península. Y sin embargo, con la extracción que se hace a los mantos acuíferos y la red hidráulica, en el 5.5% de las viviendas de la entidad no tienen agua entubada y es justamente el municipio con más población, Los Cabos, el de mayor porcentaje de viviendas que no tiene este servicio, 9.4%(INEGI. Censo de Población y Vivienda 2020). Según lo que se espera, la exigencia será un tema tenso que lleva a especialistas, activistas, empresariado y autoridades a debatir sobre la explotación, la desalación u otras medidas para abastecernos de este commodity. Y me adelanto, tal vez, al decir que el aire, al empezar a enrarecerse, bien podría ser bursatilizado. ¡No doy ideas!

¡Eytale!

Desde el fondo de mi memoria atraigo un recuerdo. Mi madre caminando rápido calle arriba con varias cubetas. Una pipa distribuía agua en mi barrio. Mañana veraniega con aquel calor húmedo de puerto. A borbotones el líquido colmaba los recipientes que se acarreaban a las viviendas por alguna circunstancia que no recuerdo. El tandeo en mi pueblo, Santa Rosalía, fue una medida para el reparto salomónico a la población. Eran los setentas. Cuando en alguna parte de nuestro México hay resistencia al tandeo, retornan estos recuerdos.

Comunicóloga, fotógrafa y sibarita. Premio estatal de periodismo 2022 en la categoría de artículo de fondo.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

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