/ martes 16 de octubre de 2018

Estaba cerca, así engañó a las autoridades el Monstruo de Ecatepec, el descuartizador feminicida

“El Terror Verde” o “El Monstruo deEcatepec” estuvo en todo momento atento a las investigaciones querealizaban la policía municipal, estatal y de Investigacióndel Estado de México, pues a los familiares de sus víctimas losconocía e inclusive narró cómo se coló entre los curiososcuando fueron descubiertos restos humanos de las mujeres que élmismo asesinó, descuartizó y fue a tirar a predios de la coloniaJardines de Morelos.

Según los hechos asentados en la carpeta de investigacióncorrespondiente, en una ocasión una mujer de la Fiscalía Generalde Justicia del Estado de México llegó a la vecindad donde élvivía y donde investigaban la desaparición de las mujeres que élhabía descuartizado. Esta fue su narración:

“Ese día, policías investigaban la desapariciónde Samantha. Se presentó también la fiscal, entrevistó a ciertosvecinos, me llamó a mí. Me hizo preguntas sobre Samantha, sobrequé sabía yo, di la información sobre una camioneta negra, yoles dije que vi que la frecuentaba una persona de una camionetanegra, nada más eso comenté y lo firmé. También lo firmó miesposa, la fiscal cuando nos fue a ver solo entrevistó a losvecinos; temía que subiera a mi casa, porque ahí tenía yo aSamantha, aún tenía restos de ella, si subía y la veía, teníaque matar también a la fiscal, esto el 25 de abril 2018 fue quematé a Samanta".

https://www.youtube.com/watch?v=CzvzssewWzk

"Yo quería llegar a 100 chicas o más, pero las que maté esuna madre, son muy pocas".

Y continuó: "Quiero que quede asentado primero, que se meconozca como El Terror Verde, ya que así me pusieron en lamilicia, y segundo no tengo remordimiento alguno, lo hice y lovolvería hacer otra vez”.

También atacó en Tultitlán yCDMX

“El Monstruo de Ecatepec” tambiénasesinó a golpes y por estrangulamiento a por lo menos cincomujeres más en la Ciudad deMéxico y en el municipiode Tultitlán, tres de las cuales -dijo-eran prostitutas.

Lee también: 

A dos de ellas las ultimó en un hotel dela Zona Rosa y a otra en el hotel Tepeyac, en GustavoA. Madero, y también asesinó a “La Jicaleta” en la calle deJesús Carranza, en el barrio de Tepito.

https://www.youtube.com/watch?v=OUwoMHmFaJc

Siempre estuvocerca.

Juan Carlos “N” declaró ante el ministeriopúblico de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Méxicoque siempre estuvo en contacto con familiares de susvíctimas y que muchos le pedían información de lasdesaparecidas.

Incluso en una ocasión, cuando iba a tirar losrestos humanos de una menor que había matado y que llevaba entrebasura y costales en un diablito, la mamá de lajovencita le dijo: “Juan Carlos y, ¿ahora a quien vas a tirar?,lo que sólo le dio risa, pues efectivamente ahíllevaba los restos de su hija que todos buscaban, incluso lapolicía.

[caption id="" align="alignnone" width="411"] Foto especial.[/caption]

Los celulares y algunas alhajas que despojaron a las mujeres queasesinaron y descuartizaron, los vendieron y con esedinero pagaban la renta de los domicilios dondevivían y donde cometieron una serie de crímenesatroces contra más de 20 mujeres.

Lee también: 

El escenario de estos hechosescalofriantes fue un sillón viejo de su sala, dondese sentaron sus víctimas; la recámara, donde atacaba sexualmentea las mujeres y el principal el lugar del horror, fue el cuarto debaño.

Algunas partes sevendieron, otras se tiraron o quemaron, pero otras erancocinadas...

Ahí, es donde una vez que las desvanecíacon una llave que les aplicaba y que aprendió en lamilicia, las arrastraba y ahí en ese baño procedíaa arrancar el corazón, a filetear, descuartizar y a separar losrestos humanos de sus víctimas.

A algunas las llevó a su casa con la promesa dedarles trabajo; a otras, con venderles ropa y quesos; a otras conel engaño de regalarles ropa para sus hijos y, ya estando dentrode su casa, las encerraba, algunas las emborrachaba yatacaba sexualmente, y a otras les decía que estabansecuestradas y que su esposo las había mandado asecuestrar.

[caption id="" align="alignnone" width="332"] Foto La Prensa.[/caption]

Tras ultrajarlas, asesinarlas y descuartizarlas,tasajearon parte de los muslos de sus piernas como bisteces; losfrieron con aceite y los comieron con salsa y tortillas.

La carne humana también la prepararon en pozole y encaldo como de res y también los comieron. “Estabandeliciosos”, narra Juan Carlos, “sobre todo cuando las mujereshabían tomado alcohol y se habían puesto borrachas.Su carne estaba muy deliciosa”, asegura.

Los corazones que les arrancó a sus víctimas, losconservó en frascos de alcohol Tonaya y los colocaron en un altarcomo ofrenda a la Santa Muerte.

Los cráneos y huesos se los vendieron en 500pesos a un hombre dedicado a la santería que sólo conocen como“El Bons”, quien es buscado por la Policía Municipal; dela Secretaría de Seguridad Pública del Estado de México y poragentes de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de laentidad mexiquense, a fin de que declare en torno a las acusacionesque obran en su contra.

 La grasa y otros restos humanos de sus víctimaslos fueron a tirar a diferentes predios y en algunos, los enterró;otros los metió en botes de diez litros y les echó cemento, entanto que otros, los quemó en un tambo que acondicionó JuanCarlos y le llamaba su horno.

Este hecho de horror, uno delos más escalofriante de la historia criminal enMéxico, se desarrolló durante diezaños por la pareja feminicida que mantuvo en jaque atodo el sistema de seguridad pública y procuración de justicia dela entidad mexiquense.

“El Terror Verde” o “El Monstruo deEcatepec” estuvo en todo momento atento a las investigaciones querealizaban la policía municipal, estatal y de Investigacióndel Estado de México, pues a los familiares de sus víctimas losconocía e inclusive narró cómo se coló entre los curiososcuando fueron descubiertos restos humanos de las mujeres que élmismo asesinó, descuartizó y fue a tirar a predios de la coloniaJardines de Morelos.

Según los hechos asentados en la carpeta de investigacióncorrespondiente, en una ocasión una mujer de la Fiscalía Generalde Justicia del Estado de México llegó a la vecindad donde élvivía y donde investigaban la desaparición de las mujeres que élhabía descuartizado. Esta fue su narración:

“Ese día, policías investigaban la desapariciónde Samantha. Se presentó también la fiscal, entrevistó a ciertosvecinos, me llamó a mí. Me hizo preguntas sobre Samantha, sobrequé sabía yo, di la información sobre una camioneta negra, yoles dije que vi que la frecuentaba una persona de una camionetanegra, nada más eso comenté y lo firmé. También lo firmó miesposa, la fiscal cuando nos fue a ver solo entrevistó a losvecinos; temía que subiera a mi casa, porque ahí tenía yo aSamantha, aún tenía restos de ella, si subía y la veía, teníaque matar también a la fiscal, esto el 25 de abril 2018 fue quematé a Samanta".

https://www.youtube.com/watch?v=CzvzssewWzk

"Yo quería llegar a 100 chicas o más, pero las que maté esuna madre, son muy pocas".

Y continuó: "Quiero que quede asentado primero, que se meconozca como El Terror Verde, ya que así me pusieron en lamilicia, y segundo no tengo remordimiento alguno, lo hice y lovolvería hacer otra vez”.

También atacó en Tultitlán yCDMX

“El Monstruo de Ecatepec” tambiénasesinó a golpes y por estrangulamiento a por lo menos cincomujeres más en la Ciudad deMéxico y en el municipiode Tultitlán, tres de las cuales -dijo-eran prostitutas.

Lee también: 

A dos de ellas las ultimó en un hotel dela Zona Rosa y a otra en el hotel Tepeyac, en GustavoA. Madero, y también asesinó a “La Jicaleta” en la calle deJesús Carranza, en el barrio de Tepito.

https://www.youtube.com/watch?v=OUwoMHmFaJc

Siempre estuvocerca.

Juan Carlos “N” declaró ante el ministeriopúblico de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Méxicoque siempre estuvo en contacto con familiares de susvíctimas y que muchos le pedían información de lasdesaparecidas.

Incluso en una ocasión, cuando iba a tirar losrestos humanos de una menor que había matado y que llevaba entrebasura y costales en un diablito, la mamá de lajovencita le dijo: “Juan Carlos y, ¿ahora a quien vas a tirar?,lo que sólo le dio risa, pues efectivamente ahíllevaba los restos de su hija que todos buscaban, incluso lapolicía.

[caption id="" align="alignnone" width="411"] Foto especial.[/caption]

Los celulares y algunas alhajas que despojaron a las mujeres queasesinaron y descuartizaron, los vendieron y con esedinero pagaban la renta de los domicilios dondevivían y donde cometieron una serie de crímenesatroces contra más de 20 mujeres.

Lee también: 

El escenario de estos hechosescalofriantes fue un sillón viejo de su sala, dondese sentaron sus víctimas; la recámara, donde atacaba sexualmentea las mujeres y el principal el lugar del horror, fue el cuarto debaño.

Algunas partes sevendieron, otras se tiraron o quemaron, pero otras erancocinadas...

Ahí, es donde una vez que las desvanecíacon una llave que les aplicaba y que aprendió en lamilicia, las arrastraba y ahí en ese baño procedíaa arrancar el corazón, a filetear, descuartizar y a separar losrestos humanos de sus víctimas.

A algunas las llevó a su casa con la promesa dedarles trabajo; a otras, con venderles ropa y quesos; a otras conel engaño de regalarles ropa para sus hijos y, ya estando dentrode su casa, las encerraba, algunas las emborrachaba yatacaba sexualmente, y a otras les decía que estabansecuestradas y que su esposo las había mandado asecuestrar.

[caption id="" align="alignnone" width="332"] Foto La Prensa.[/caption]

Tras ultrajarlas, asesinarlas y descuartizarlas,tasajearon parte de los muslos de sus piernas como bisteces; losfrieron con aceite y los comieron con salsa y tortillas.

La carne humana también la prepararon en pozole y encaldo como de res y también los comieron. “Estabandeliciosos”, narra Juan Carlos, “sobre todo cuando las mujereshabían tomado alcohol y se habían puesto borrachas.Su carne estaba muy deliciosa”, asegura.

Los corazones que les arrancó a sus víctimas, losconservó en frascos de alcohol Tonaya y los colocaron en un altarcomo ofrenda a la Santa Muerte.

Los cráneos y huesos se los vendieron en 500pesos a un hombre dedicado a la santería que sólo conocen como“El Bons”, quien es buscado por la Policía Municipal; dela Secretaría de Seguridad Pública del Estado de México y poragentes de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de laentidad mexiquense, a fin de que declare en torno a las acusacionesque obran en su contra.

 La grasa y otros restos humanos de sus víctimaslos fueron a tirar a diferentes predios y en algunos, los enterró;otros los metió en botes de diez litros y les echó cemento, entanto que otros, los quemó en un tambo que acondicionó JuanCarlos y le llamaba su horno.

Este hecho de horror, uno delos más escalofriante de la historia criminal enMéxico, se desarrolló durante diezaños por la pareja feminicida que mantuvo en jaque atodo el sistema de seguridad pública y procuración de justicia dela entidad mexiquense.

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