Pocas, pero ellas ponen el alto a las Fuerzas Armadas

Aunque son minoría entre sus compañeros, más de 36 mil mujeres forman parte de las Fuerzas Armadas de México

Manrique Gandaria | El sol de México

  · sábado 9 de marzo de 2019

Dalia Teresa Garduño Ortiz, una de las primeras piloto aviador con que cuenta las Fuerzas Armadas / Ernesto Muñoz

AFP

Más de 36 mil mujeres entre oficiales, pilotos aviadores, enfermeras, mecánicas, paracaidistas, infantería, soldados y comunicaciones navales forman parte de las Fuerzas Armadas de México. Aún son minoría entre sus compañeros.

"Aquí somos iguales a los hombres, si uno se queda el otro lo levanta, no importa el género....no hay nada que nosotras no podamos hacer", coinciden tres de ellas.

Para ellas nada es imposible. Actualmente de los 321 generales de brigada con que cuenta el Ejército Mexicano, cuatro son mujeres, 24 coroneles, mil 307 tenientes, y 16 mil 890 soldados.

La Sedena reporta en sus filas 25 mil 395 mujeres y 188 mil 762 hombres, todos con la misma oportunidad de llegar al grado más alto, secretario de la Defensa Nacional. Mientras que en la Secretaría de Marina hay poco más de 11 mil mujeres.

Cuatro mujeres, dos de la Secretaría de Marina y dos de la Secretaría de la Defensa Nacional, dan sus puntos de vista de la importancia de las mujeres en las Fuerzas Armadas y consideran que es una ventaja tener mujeres en la milicia.

Dalia Teresa Garduño Ortiz, considerada una las primeras piloto aviador con que cuenta las Fuerzas Armadas de México, señala que la ventaja de ser mujer es que siempre tenemos esa responsabilidad de hacer las cosas bien y mejor.

“Ser mujer no es un límite. Ya somos 18 las que nos graduamos de piloto aviador, y la ventaja de tener mujeres en la milicia es porque las personas se pueden comunicar más con el Ejército, y pueden ver que somos un Ejército del pueblo”, considera.

A sus 28 años, Dalia narra que cambió los sueños de su madre que quería que fuera doctora por la de piloto aviador y aunque en principio dudó un poco, con el paso de los años su madre se dio cuenta que no pudo escoger mejor carrera.

“Desde niña mi mamá me decía que para lograr un sueño hay que soñar en grande, y yo me preguntaba qué quería ser. Cuando me mudé a Oaxaca, la base aérea me quedaba a 15 minutos y veía los aviones despegar, ahí supe lo que quería ser”, recuerda.

El camino no fue fácil porque en la escuela con un grupo de 40 hombres aprendió que no hay barreras. “Me trataban como uno de ellos, si alguien se quedaba atrás lo jalábamos o lo apoyábamos. La Sedena no es un empleo, crea una familia y es una forma de vida”.

Desde su perspectiva, la Defensa Nacional ha manejado bien la inclusión de la mujer. Explica que “un helicóptero o un avión no sabe si es una mujer o un hombre quien lo pilotea, lo que importa es el conocimiento que tú le estás implementando”

Dalia es la primera mujer que pilotea un helicóptero UH-60 Black Hawk, los cuales se utilizan para reconocimientos y el plan DNIII.

“Soy parte del servicio administrativo; hago funciones de oficinista, ese es mi empleo y pertenezco a una unidad operativa de paracaidistas donde tengo el adiestramiento de paracaidista, mis tíos eran militares y de ahí me nace el deseo de estar en el Ejército” señala en entrevista.

Pese a que seguimos siendo una sociedad cada vez más machista, Reyna señala que “ha habido mucha apertura para las mujeres, pero esa apertura y oportunidad se ha generado a través de nuestro propio trabajo…. de desempeñarnos de manera correcta.

“Si hacemos las cosas bien, vamos a seguir teniendo oportunidad y darle oportunidad a otras personas, nuestra presencia en cualquier ámbito es importante porque nos podemos desempeñar de la misma manera que los hombres…ya no somos un pasivo”.

QUITARNOS LA ESTIGMATIZACION

En la Secretaría de Marina, poco más de 11 mil mujeres se desempeñan en infantería, logística naval, aeronáutica naval, mecánico naval e ingeniero electrónico.

A la Teniente de Fragata, técnico mecánico de aviación, Brenda Franco Toledo, su padre la impulsó a entrar a un medio dominado por los hombres, y junto con tres de sus compañeras, se encarga de mantener en óptimas condiciones las aeronaves que utiliza la Marina para resguardar el territorio nacional.

A sus 33 años, Brenda señala que no se trata de ver si somos mejores que los hombres, lo importante -dice- es la opción que tenemos de hacer lo mismo que un hombre.

“No porque sea mujer no me van a exigir tanto, todos somos una misma cadena, en este espíritu de entrenamiento el grupo de las mujeres no es el eslabón más débil”.

Recuerda que en su grupo de estudio eran 13 mujeres y 23 hombres, y gracias a los planes de la Marina no sufrió discriminación ni acoso.

“No le niego había días en que me quería regresar a mi casa, en Veracruz hay que aclimatarse, yo me quería regresar, pero mi papá me alentó, y mi mamá me decía, cuando quiera regresa a casa no creas que es un fracaso”, rememora.

“Las mujeres debemos quitarnos todos los complejo que la historia se ha encargado de inculcarnos, quitarnos la estigmatización de que el hombre puede más que nosotras, vamos por buen camino nos están dando mucho empoderamiento y debemos demostrar que no somos mejor ni peor que ellos, somos iguales”.

DESDE LA COCINERA HASTA LA QUE DIRIGE UN COMANDO TODAS SON IMPORTANTES

Para la Marina, la Teniente de Corbeta de Aeronáutica naval, piloto aviador Claudia Abril Portillo Reyes es la tercera generación de pilotos aviadores, su abuelo y su padre fueron aviadores.

“Al principio mi papa no se hacía a la idea porque pensaba que iba a ser difícil, pero ya que estaba adentro y se dio cuenta que sí podía, él mismo me impulsaba y apoyaba”.

Una vez que concluyó sus estudios piloteó aviones de trasporte de carga y personal en la Ciudad de México, en Chetumal volaba aviones 235 de patrulla marítima. Y luego la eligieron para hacer un curso en Estados Unidos para volar avión Cessna Gran Caraván para trasporte logístico y personal.