Vivir sin agua en el desierto

En colonias marginadas las personas han aprendido a sobrevivir en estas condiciones, sin embargo no deja de ser incómodo

Daniela Pérez Reyes

  · domingo 20 de enero de 2019

Foto: Mayra Carrizales

En 2014, el ciclón tropical Odile tocó tierra en Baja California Sur y nos enseñó a vivir sin servicios básicos por dos semanas, sin embargo, para los vecinos de las colonias hermanas y periféricas, Laguna Azul, Guadalupe Victoria y Márquez de León de la ciudad de La Paz, esto es algo común, a pesar de que, como todos, usan el agua para todo: para lavar las manos, bañarse, cocinar, lavar trastes, trapear, lavar ropa, y hasta para ir al baño.

Cuando el agua está por agotarse, procuran evadir su uso, aunque eso implique no bañarse a pesar de las altas temperaturas que se presentan en la región, y a los niños y niñas se les limita a bañarse una o máximo dos veces por día.

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Los vecinos vigilan el uso del agua de los demás, sobre todo al regar patios y plantas, que no son usos de primera necesidad, y en los que no se debe gastar más de un vaso por planta, y la mitad de una cubeta en el patio.

Cuando se han quedado sin agua, es abrumador, pues están los trastes sucios, no pueden comer ni beber, además no pueden lavar ropa y el baño se colapsa al no poder llevarse los desechos biológicos.

SIN SOLUCIÓN

Esta situación parece que no mejorará en un buen tiempo, por lo cual, los vecinos tienen claro que su economía se puede ver afectada en cualquier momento, pues en un caso de urgencia, recurren al servicio de pipas de agua o del agua purificada, lo cual repercute en su economía familiar, la que no es muy buena de por sí.

Entre las soluciones se vislumbra un suministro más constante del agua, o la regularización del costo de las pipas de agua; que aunque sea un negocio, el costo sea consciente a la situación de las condiciones de las familias de las colonias.