El paro realizado por mujeres para protestar por la violencia de género, tuvo los efectos esperados en tiendas departamentales y de autoservicio, instituciones públicas y privadas, en el tránsito vehicular, así como en la cotidianeidad a la que estamos acostumbrados, ya que su ausencia fue notoria en muchas de las actividades que regularmente llevamos a cabo.
La presencia de mujeres que no se eliminó del todo, se vio en un número muy inferior al normal y las áreas en las que estas regularmente laboran, tuvieron al frente durante la jornada a sus compañeros de trabajo quienes estuvieron ahí para suplir sus funciones.
Las escuelas y los mercados fueron dos áreas en las que se notó con mayor énfasis la ausencia del sexo femenino, en el primero de los casos las estudiantes y maestras que no asistieron a clases, hicieron prácticamente obligatoria la suspensión de labores y en el segundo, la falta de clientes y encargadas de los puestos, provocó un gran vacío en estos centros de comercio, los cuales lucieron ajenos al bullicio que los caracteriza por las voces de las personas que acuden a comer o a realizar sus compras cotidianas.
Al dialogar con las pocas mujeres que se encontraban en la calle, estas manifestaron que sus actividades del día a día no pueden detenerse y una de ellas, quien se dedica a la venta de empanadas, comentó que si no trabaja no come y quedarse en casa sin un motivo de fuerza mayor o que realmente le impida trabajar, es un lujo que no puede darse, aunque manifestó estar de acuerdo en la manifestación que se llevó a cabo.
“Son muchas cosas las que están pasando, no es justo que el marido o el novio le peguen a su novia o a su esposa por una discusión, y es mucho más grave que la maten, eso es algo que ya no puede pasar, todas las vidas valen y deben respetarse y es muy grave que nada más por ser mujer, tengan que aguantar golpes y malos tratos” dijo.
El servicio de transporte público colectivo se vio también afectado de manera importante y de acuerdo a unos conductores que fueron entrevistados, este tuvo un descenso de más del 60% en las horas pico, lo que -expresaron- es algo que ya esperaban sobre todo por la ausencia de mujeres en sus clases y centros de trabajo.
Cabe recordar que previo al paro se llevó a cabo la marcha que inició con el lanzamiento de varias consignas en las que se acusaron los actos machistas y los ataques en contra de las mujeres, además de los reclamos a las autoridades por ser tolerantes a los feminicidios, fenómeno que -señalaron- ha ido en aumento y a apagado la vida de muchas.
Algunos de los mensajes que se vieron durante la manifestación expresaron "Somos la voz de las sin voz", “Calladita no me veo más bonita”, "Si te molesta la marcha, ignórala como ignoras a las muertas", " Mexicanas al grito de guerra ", " Las madres ya no lloran, ahora luchan", "Desnuda te incomoda, ¿muerta no?", "Ver cuerpo como objeto de consumo es un capricho de especie y patriarcal", "Nunca tendrán la comodidad de nuestro silencio".
Los manifestantes recorrieron el paseo Álvaro Obregón hasta llegar al monumento de La Paloma en donde se concentraron y se sumaron más simpatizantes, ahí se dio lectura a un pronunciamiento emitido por la Asamblea organizadora de la marcha, en el que se mencionó la enorme labor doméstica que realizan las mujeres en sus hogares, los 7 casos de violencia familiar que se registran a diario, la negativa al derecho del aborto y que Los Cabos, es el municipio en el que existe la mayor tasa de violación, fenómeno que fue considerado como un factor del turismo depredador.
Ahí mismo se pidió una cooperación económica para ayudar a la familia de Yesenia, joven que fue violada agresivamente cuando se trasladaba a su escuela en la colonia El Tezal, de Cabo San Lucas, y quien hoy se encuentra fuera de peligro.
Es importante mencionar que este año la marcha tuvo una mayor respuesta, sobre todo por el paro anunciado para el lunes 9 y también, por las exigencias de detener la ola de feminicidios que se registra en el país, los cuales han sido ampliamente conocidos a través de las redes sociales, provocando el repudio de la ciudadanía en general.
Otro sector que también tuvo una notoria ausencia de las mujeres, fueron las gasolineras, las cuales -según manifestaron los propios despachadores- tuvieron una afluencia muy baja de clientas que acudieron a estos negocios para cargar gasolina.
