La Paz, Baja California Sur (OEM - Informex).- Una gigantesca varazón de langostilla se registró en las costas de Bahía Asunción, al norte del municipio de Mulegé, un fenómeno que no es desconocido entre los lugareños, aunque tenía al menos 5 años que no se presentaba en esa magnitud.
Es casi un kilómetro de playas y acantilados donde se comenzó a varar el crustáceo desde el pasado miércoles, tiñendo de color rojo intenso parte de la playa y del agua, una tonalidad que irá cambiando de color conforme pasen los días hasta difuminarse, cuando los animales empiecen a morir, a descomponerse y deshidratarse hasta reintegrarse como materia orgánica al mar, no sin antes ser festín para gaviotas y otras aves marinas.
Aunque se trata de un recurso en extremo abundante que no ha sido utilizado con fines comerciales, en años anteriores vecinos de esa comunidad pesquera de la zona pacífico norte lo han recopilado para dárselo como alimento a las gallinas, obteniendo una postura de muy buena calidad y huevos con cascarones rojos y muy duros; los menos, lo han aprovechado como alimento familiar, aunque por lo pequeño que es cada ejemplar, resulta complicada su degustación.
La más reciente varazón de langostilla en esta región se registró en julio del 2019 en el campo pesquero Pata de León ubicado en el interior de la bahía Sebastián Vizcaíno, muy cerca de Bahía Tortugas.
En versiones de los pescadores de la región, este varamiento es causado por la presencia de corrientes de agua muy frías que emergen del fondo marino y que al emerger hasta la superficie debilitan a este tipo de organismos hasta el grado de que son arrastrados por la marea hasta llegar a la playa, en donde luego de algunas horas mueren.
El varamiento y la descomposición dura entre 5 y 7 días, tiempo en el que los pescadores enfrentan una drástica en sus capturas, debido a que los peces y langostas no comen la carnada por la abundancia de comida que representa la presencia de langostilla.
Solo entre algunos pescadores de San Carlos y de Agua Verde, la langostilla se utiliza como carnada, pese a que desde hace más de dos décadas se le han buscado alternativas de explotación con fines comerciales.