La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- El director de Pesca y Agricultura del Ayuntamiento de Mulegé Jesús Verdugo, informó que funcionarios del Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA) le comunicaron que la causa de la mortandad de sardinas en la Bahía Santa Inés fue derivada de un accidente en un barco sardinero al que se le rompió la red.
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La empresa responsable habrá de comunicarse con el municipio para acordar el pago de la limpieza en las playas en donde se varó el producto.
No fue dado a conocer el nombre del barco responsable pero según los funcionarios del INAPESCA no fue un descarte sino resultado de un lamentable accidente.
Entretanto vecinos de Punta Chivato siguen haciendo tareas de limpieza en las playas en donde miles y miles de sardinas se vararon y comenzaron a descomponerse, causando fétidos olores que se percibían hasta medio kilómetro de distancia.
El incidente se registró la madrugada del sábado cuando uno de los 15 sardineros que trabajaban en la Bahía Santa Inés, al sur de Santa Rosalía, soltó una cantidad aún no determinada de sardina producto de uno de sus lances.
Al cierre de esta edición los representantes de la empresa propietaria del barco no se habían comunicado con el Ayuntamiento de Mulegé.
Sobre estos hechos el representante de la Comisión Nacional de Pesca (CONAPESCA) en la entidad Juan Luis Rojas Aguilar, informó que posterior al evento se llevó a cabo un operativo en la zona para revisar que todos los barcos cumplieran con la normatividad.
Así mismo, contaran con la documentación legal que se requiere, encontrando que no había ninguna irregularidad y por tanto siguieron operando; En este operativo participó personal de la Secretaría de Marina, de la Guardia Nacional, Oficiales Federales de la Conapesca y del Fonmar.
Cómo ha dado a conocer en este medio, la pesca de sardina en el Golfo de California frente a las costas de Mulegé se realiza desde hace varios años por parte de barcos sardineros que se llevan el producto a Guaymas, en donde este pelágico menor se quema para producir harina que posteriormente se vende a las granjas atuneras y de jurel.
Se trata de la sardina conocida como crinuda que no se aprovecha para el consumo humano, a diferencia de la Monterrey que se enlata en aceite o en jugo de tomate para su venta al público y que constituye una de las fuentes de proteína más accesibles y más baratas para la población.
