La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Según un reporte técnico de la Exportadora de Sal de Guerrero Negro (ESSA), el incidente del pasado 12 de enero que estuvo a punto de causar el hundimiento de la barcaza número 11 en Isla de Cedros no se debió a falta de mantenimiento sino a que no le fue colocada una tapa en uno de los tanques de flotación y en otro la tapa solo tenía un tornillo y estaba colgando, y fue por ahí y no por las fendas por donde le entró el agua, según explicó el director de la paraestatal Gregorio Cavazos.
Denunció además que la barcaza 11 llegó a Isla de Cedros a las 3 de la tarde con 40 minutos y dos horas después arribó otra a la que comenzaron a descargar, dejando aproximadamente 9 horas a las que traía las tapas abiertas lo que constituye una irregularidad; esto parece un complot para presionar a la administración, pareciera a propósito; si hubiera tenido las tapas no habría pasado nada, dijo, al tiempo que informó que ya hay un acta inicial sobre estos hechos y que se habrán de deslindar responsabilidades: Va a haber consecuencias, adelantó.
Como se dio a conocer en este mismo espacio, el pasado 12 de enero la barcaza 11 de la Exportadora de Sal estuvo a punto de hundirse en el puerto de Isla de Cedros, según el líder sindical Luis Martín Pérez Murrieta por causas atribuibles a la falta de mantenimiento, luego de que la embarcación en ciernes presentaba desde hace tiempo fendas (grietas entre las placas) por las que le entraba el agua.
La versión del dirigente sindical fue refutada por el funcionario, quien afirmó que aun y cuando la barcaza hubiera sido modelo 2022, con las tapas abiertas hubiera pasado lo mismo.
Sobre estos hechos, el Director de Producción de la ESSA Arturo López Villavicencio, explicó que cada vez que la barcaza se va a cargar con sal en el puerto de Chaparrito se abren las tapas para achicar -es decir bombear el agua que hay en el interior y que entra por las grietas-, y una vez concluido este trabajo los tanques de flotación deben quedar completamente cerrados para evitar la entrada de agua, algo que en esta ocasión no sucedió.
La barcaza tiene 8 tanques por cada lado, y en cada carga se hace un reporte con un croquis de la barcaza indicando –entre otros- cuántos pies de agua se sacaron y cuántos traía.
A la barcaza le faltaba una tapa y la otra estaba sostenida con un tornillo, completamente abierta, esto quiere decir que mientras estaba en boya aun cargada con sal, la marea le llegó al nivel de las tapas y por ahí ingresó el agua y comenzó a irse para abajo, y eso fue lo que detonó el incidente, porque se trata de entradas de aproximadamente 60 centímetros, y no por las fendas que son grietas por donde solo trasmina el agua, puntualizó.
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En ese tenor, el funcionario señaló que sobre estos hechos tendría que haber una responsabilidad porque intervienen trabajadores y supervisores que están directamente involucrados en la operación.
La barcaza ya está a flote y será trasladada de Isla de Cedros al Puerto de El Chaparrito en Guerrero Negro, en donde se va a verificar que ya no tenga ninguna entrada de agua, y para hacerle un estudio de calibración, a fin de conocer cuántas láminas se le tienen que cambiar.
Entre tanto, el pasado 17 de enero se registró un nuevo incidente en el puerto de Chaparrito, cuando dos barcazas colisionaron entre sí a causa del mal tiempo, provocando una ruptura de lámina y flexión de estructura en una, y en la otra un ligero desprendimiento del verduguete. No hubo lesionados ni se puso en riesgo la integridad del personal, según cita un comunicado emitido por la Exportadora.
