La Paz, B.C.S. (OEM-Informex).- Pescadores de Loreto y Mulegé esperan un importante arribo de calamar a las costas sudcalifornianas del Mar de Cortés para los meses de mayo, junio, julio y agosto del próximo año, debido a que se ha detectado abundantes presencia de este molusco, aunque juveniles de pequeñas tallas y en aguas muy alejadas, lo que hace por el momento incosteable su explotación con fines comerciales.
Hasta junio pasado, existían expectativas favorables para el arribo de esta especie, sin embargo esto no sucedió, debido que se trata de un animal altamente migratorio y cuya ubicación se determina por varios factores como las temperaturas del agua y la disponibilidad de alimento.
Pilar Higuera cooperativista de la región, informó que desde hace varios meses se registra la presencia de calamar en el golfo, pero a distancias muy alejadas de las costas que hacen incosteable su extracción.
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Recordó que el calamar es una de los alimentos del mar más accesibles para el consumidor debido a su bajo precio, y aunque aún no existe en el país una cultura para el consumo de este crustáceo, poco a poco se ha venido integrando al gusto de los mexicanos, tanto que en la actualidad se trae de Perú y de Ecuador.
Recordó que el auge de esta pesquería en los años noventas tan solo entre Santa Rosalía y Mulegé se llegaron a capturar mil toneladas al día, la mayoría exportada a Corea y una pequeña parte a las ciudades de México y Guadalajara, en donde se vendía para usarse en las sopas de mariscos.
El último año que se registró calamar en el Golfo fue en el 2014, aunque para los pescadores ribereños la temporada resultó a un fracaso debido a la presencia de más de 60 barcos procedentes de Sonora y Sinaloa que extraían cantidades industriales, dejando fuera del mercado a más de mil pescadores ribereños que también trabajaban esta especie; los barcos saturaron el mercado a tal grado que el precio se desplomó hasta los 5 pesos el kilo.
Al final, los barcos fueron los únicos que aprovecharon la temporada y los pescadores artesanales tuvieron que sacar sus lanchas del agua, lo que originó que de una capacidad de explotar hasta 600 toneladas al día, el volumen se desplomara hasta llegar solo a 80.