La Paz, Baja California Sur.- Como ciudadanos estamos obligados a velar por el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, por lo tanto, deberíamos estar orientados para conocer y detectar casos de violencia, si aún no sabes cómo identificar y actuar en estos casos, sigue leyendo esta guía práctica que aclarará las dudas más básicas.
¿QUÉ ES EL ABUSO SEXUAL?
Sucede entre dos personas donde quien ejerce el abuso es una es una figura de autoridad para el otro, regularmente se da entre un menor y un mayor de edad, sin embargo, también se puede dar entre iguales. El abuso sexual va desde comentarios de índole sexual, exhibicionismo, masturbación, voyerismo, exposición a material pornográfico, contacto sexual, penetración digital o con objetos e intercambio sexual, y puede involucrar explotación sexual, según el informe Nacional sobre Violencia y Salud, 2008.
¿QUÉ CARACTERIZA UN ABUSO SEXUAL?
Una de las principales características de estos casos es que hay una intención clara por parte de agresor que lo hace planear el abuso, ya que este no ocurre por casualidad, y la clara intención es la gratificación sexual del abusador. Otras características son el secreto, a través del cual buscan que el niño o niña no revele los hechos a nadie; y el sentimiento de culpabilidad, ya que el abusador los hace sentir responsables de la situación o por la responsabilidad de guardar el secreto.
FACTORES DE RIESGO
Ningún niño/a es responsable de ser víctima de abuso sexual y debe saberlo, pero hay algunos factores que los ponen en riesgo, que si son tratados por parte de las instituciones sociales, pueden subsanar y evitar estos casos.
La educación sexual ausente o deficiente; características como la edad y el sexo; una baja autoestima; la necesidad de afecto y/o atención o ausencia de los progenitores; el crecimiento en entornos de relaciones violentas; la actitud pasiva, sumisa y tímida; la baja capacidad de toma de decisiones; condiciones de aislamiento; carencia de redes familiares y sociales de apoyo; falta de vivienda o en malas condiciones; y la discapacidad, son algunas de los factores que pueden aumentar el riesgo de un niño o niña de vivir una situación de abuso sexual.
INDICADORES DE ABUSO SEXUAL
Algunas de las consecuencias que nos pueden ayudar a detectar si un niño está siendo o fue víctima de abuso sexual pueden ser el sentimiento de culpa, la disonancia cognitiva, miedo y vigilancia constante, lleva a cabo mecanismos de defensa para sobrevivir, vergüenza; algunos indicadores más reveladores son: dolor, golpes, quemaduras, heridas en zona genital, la presencia de semen, dificultad para andar y sentarse, padecimiento de enfermedades de transmisión sexual, ropa interior manchada o rasgada, esto en la parte física; en el comportamiento puede haber pérdida del apetito, llantos frecuentes, miedo a estar solos o con alguien en particular, rechazo repentino a los padres, problemas escolares, conductas regresivas, conducta agresiva, resistencia a desnudarse, tendencia al secretismo y autolesiones; mientras que en la esfera sexual, puede mostrar rechazo a las demostraciones afectivas, presentar conductas seductoras, conductas precoces, interés exagerado por comportamientos sexuales, confusión en la orientación sexual, y puede agredir sexualmente a otro menor de edad.
¿CÓMO TRATAR A UNA VÍCTIMA DE VIOLENCIA SEXUAL?
Lo mejor es escuchar atentamente y sin interrupciones, generar un ambiente de confianza y tranquilidad, hacerle saber que no es culpable de los hechos, que está haciendo lo correcto en comunicarlo, se debe actuar en todo momento de manera serena sin mostrar admiración por el relato; tampoco se debe pedir más detalles de lo ocurrido y al terminar no se debe asegurar cosas que no se puedan cumplir, sin embargo, sí se tiene que explicar sobre las acciones legales a seguir y buscar instituciones especializadas en violencia sexual infantil.
PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL
A través de una crianza positiva y una educación basada en valores, se pueden evitar estos casos, también a través de la autodisciplina de los hijos/as, de una comunicación clara, una relación respetuosa, fomentar en ellos la auto-confianza para manejar desafíos vitales, enseñarles a valorar su cuerpo, a respetar sus propios límites y a expresar correctamente sus sentimientos. Algunos de los valores imprescindibles son la cortesía, la no violencia, empatía, amor propio, derechos humanos y el respeto, y sobre todo, fomentar estrategias de auto-cuidado.
