2019, año de alta mortandad de ballena gris

Los fenómenos de El Niño y La Niña afectaron especies de las que se alimentan las ballenas, débiles, muchas murieron en su regreso al Polo Norte

Elías Medina P.

  · domingo 23 de junio de 2019

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27 mil individuos de ballena gris es la población total en el mundo.

El 2019 sería el de mayor mortandad de ballena gris de los últimos años con un número aún no cuantificado, aunque menor al registrado en la temporada 1989-1990 cuando perecieron alrededor de mil ejemplares adultos en su trayecto migratorio de los complejos lagunares Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena al Polo Norte.

Alejandro Gómez Gallardo, experto en ballenas e investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, informó que desde su llegada a los santuarios en el pasado mes de diciembre se observó la presencia de un número importante de ballenas flacas, algunas de las cuales -según comentan prestadores de servicios- estaban tan débiles que tenían que ser empujadas por otras desde el fondo del agua para subir a la superficie y respirar.

El maestro universitario explicó que aún no se llevan a cabo los estudios para determinar cuáles son las causas de esta mortandad que en días recientes sigue documentándose en costas de Estados Unidos; recordó que en 1990 fue atribuido a la presencia del fenómeno climático conocido como El Niño y La Niña que en esa ocasión fue muy intenso en el polo norte, en donde los cetáceos pasan la mayor parte del año alimentándose.

El Niño y La Niña habrían sido los causantes de una alta afectación en especies de las que se alimentan las ballenas, lo que a la postre originó una gran mortandad, registrada y documentada lo largo de la ruta migratoria derivado de la falta de comida durante los meses previos a su ruta al sur; en los complejos lagunares, las ballenas prácticamente no comen, sobreviven con las reservas que acumulan en el polo norte y se limitan a aparearse y dar a luz sus crías, explicó

Otra consecuencia de esta baja de peso fue la disminución en el número de nacimientos de ballenatos en Laguna San Ignacio.

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Por otra parte, Alejandro Gómez informó que en el 2017-2018 se tuvo registro de una gran mancha de aguas cálidas desde las costas del norte de la península hasta los litorales de Estados Unidos, con temperaturas de alrededor de 18 grados que son las que buscan los cetáceos; ésa habría sido la causa de la disminución en el número de ejemplares en los santuarios balleneros de Baja California Sur: Se quedaron afuera. El fenómeno local se presentó en las costas de las tres Californias y aún no se tiene una explicación científica sobre su origen.

Aún así, el investigador destacó que la población mundial de ballena gris está recuperada del todo con alrededor de 27 mil individuos, la cifra más alta de todos los tiempos: en ese sentido no descartó que estas mortandades vayan regulando las poblaciones, una vez que el sistema del cual dependen también tiene sus propios límites.

Finalmente aclaró que la caza de ballena gris por parte de comunidades aborígenes de rusos y norteamericanos aún existe pero en muy baja proporción, incluso con números menores a las cuotas autorizadas.

Este aprovechamiento no es sólo por alimento sino por una cuestión de cultura y tradición, y se da en Alaska y en Chukotka con una cuota establecida por la Comisión Ballenera Internacional. Otros países nórdicos también cazan, pero no son ballenas grises, concluyó.

Desde su llegada a las lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre en diciembre pasado, las ballenas venían con menor talla, cientos mueren en su ruta al Polo Norte.