/ jueves 27 de octubre de 2022

La Eroteca: Activistas del Placer

Una plataforma en la que además de productos para disfrutar de la sexualidad, los usuarios pueden encontrar educación y experiencias en torno al erotismo y bajo una nueva óptica

El placer y el erotismo son más que vulvas y penes, refiere la cofudandora de La Eroteca, Anabel Venegas.

Estos elementos, ligados a la sensorialidad y la percepción de la sexualidad humana pueden habitar muchos actos de la vida cotidiana, por lo que sus facetas son inagotables.

La sexualidad plena –platica– es tan vasta que no cabe en una sex shop como la conocemos.

Es por ello que Anabel, junto a su compañera Iraís Bermejo dieron vida a una propuesta propia para romper los esquemas establecidos: La Eroteca.

La Eroteca es una plataforma enfocada en promover la salud integral a nivel personal y colectivo a través de la exploración del placer, el erotismo y la sexualidad.

A través de La Eroteca los usuarios pueden encontrar copas menstruales, lubricantes, arneses, vibradores, succionadores, dildos, estimuladores para pene, anales y ejercitadores kegel.

Pero más importante, encuentran educación y experiencias en torno a la sexualidad y el erotismo bajo una nueva óptica.

Según refiere, una de sus metas es ser un espacio interdisciplinario, horizontal y plural, donde todas las voces y todas las opiniones tengan un lugar donde puedan encontrar "algo que les acomode".

Para ello, parte de las bases de "desgenitalizar", el placer sexual y el erotismo, y así buscar nuevas maneras de obtener placer.

En La Eroteca su comunidad ha encontrado múltiples textos, talleres y pláticas en torno a estos temas.

Algunos de los más recientes, impartidos por expertos que han tratado sobre la exploración táctil del barro, la creación de conciencia del piso pélvico, sobre el arte del striptease, nuevos enfoques para el bondage japonés, la expresión corporal y la exploración sensorial, y otro sobre relaciones éticas, monógamas y no monógamas.

También han buscado conectar con personas que buscan experimentar su sexualidad sin tabúes con eventos, performances, fiestas swingers, BDSM y fetichistas.

De esta manera, La Eroteca es una encrucijada entre muchas cosas, una sex shop con perspectiva de género, una escuela, un taller, una casa cultural y un club social.

El objetivo central de sus fundadoras, las artistas Anabel Venegas e Iraís Bermejo, es que sea un espacio seguro para que las personas puedan tener libertad en torno a su sexualidad.

"La Eroteca es un compendio de erotismo en donde hablamos de todas las aristas que conforman el eros, no simplemente lo físico, sino lo emocional, lo intelectual, lo espiritual, abordando todas las áreas posibles", platica Anabel.

"Creemos firmemente en que la sexualidad es uno de los rasgos de nuestra personalidad, de nuestra esencia y de nuestra identidad, y que también comprende experiencias que alimentan el espíritu, la intelectualidad y otras áreas que son independientes al cuerpo".


Una casa para todas

El concepto para La Eroteca se formuló hace cuatro años al regreso de un viaje a Montreal de Iraís Bermejo, comunicóloga y gestora cultural con más de 15 años de experiencia en la creación de proyectos autogestivos culturales y artísticos.

Anabel Venegas por su parte es diseñadora gráfica e ilustradora erótica con más de 13 años de trayectoria como creadora independiente.

Ambas habían trabajado juntas desde 2017 en proyectos culturales y artísticos enfocados en el erotismo, pero hasta llegada la pandemia en 2020 fue que decidieron darle forma a La Eroteca.

La idea era crear un espacio virtual donde se pudieran encontrar objetos de placer bajo un concepto diferente al de las sex shop tradicionales, las cuales centran su propuesta en el placer masculino.

"No nos sentíamos identificadas con la oferta actual de las sex shop, todo nos parecía demasiado directo, demasiado frontal. No había un discurso que sintieramos nos hablara a nosotras como personas con vulva, no binarias o no conformes a la heteronorma.

"Hacía falta un lugar intermedio entre simplemente sexualizar y el erotismo. Estos discursos nos tenían cansadas y decidimos inventar un espacio en donde la gente como nosotras se pudiera identificar y resulta que somos muchas".

Según explica Anabel, tomaron inspiración de los textos de Audre Lorde, escritora afroamericana, feminista, lesbiana y activista por los derechos civiles, quien escribió ampliamente sobre la reivindicación del erotismo como una fuente de poder para la mujer, siempre y cuando ésta se apropie de él en sus términos, desde la felicidad, el placer y la satisfacción propias.

El erotismo –escribió Lorde– debe ser compartido por las mujeres como un método para encontrarse con otras y así empoderarse las unas a las otras para resistirse al patriarcado, el racismo y la heteronorma.

"Queríamos llegar a ese lugar en el cual podamos navegar ese erotismo y la complejidad de la emoción, en vez de evadirla a través de la sensación como lo hace la pornografía.

"Eso no quiere decir que estemos en el sentido opuesto de las interacciones sexuales, sino es cómo revistamos ese lugar desde una perspectiva más amplia, más inclusiva".

Fue así que la plataforma inició como una sex shop de concepto comercializando "herramientas de erotismo", como las fundadoras llaman a juguetes sexuales, y las cuales pasan por un filtro de perspectiva de género y calidad.

Acompañando al e-commerce las fundadoras asesoradas por expertos realizaban videoconferencias gratuitas donde hablaban de diversos temas relativos a la sexualidad y el erotismo, del orgasmo, huevos yoni, de la ficción y deseo.

"Comenzamos a hacer esta red de sexólogos, de terapeutas y personas que nos ayudan a relacionarnos muchísimo mejor con nuestro cuerpo, con nuestra salud sexual y con otras personas a través de herramientas de psicología y terapia".

Con el tiempo las pláticas y talleres sobre erotismo y placer pasaron a ser el centro de la propuesta de valor de La Eroteca, que hoy llega a más de 22 mil usuarios en Instagram.

Como platica Anabel, a La Eroteca han llegado personas de todos los orígenes, pero en especial son aquellas que buscan nuevas formas de relacionarse, especialmente los pertenecientes a la comunidad LGBT+.

Gente –dice– que busca la deconstrucción.

"Incluso han entrado a nuestros talleres personas que están cerca de la tercera edad y que están teniendo un revivir sexual no erótico (...) hay muchísimos hombres heterosexuales que viven en pareja o que están solteros y que también tienen la curiosidad de vivirse desde otro lugar".

Según explica Anabel, la pandemia representó un catalizador para una propuesta educativa y experiencial como la de La Eroteca.

Encerradas en sus casas, sin ir al trabajo, al gimnasio, a fiestas, las personas se quedaron en soledad o sólo con la compañía de sus parejas, por lo que estos han sido años de reflexión sobre la intimidad y las relaciones.

Las personas –opina– quieren respuestas a sus dudas y ampliar sus horizontes.

"Algunos vínculos se fortalecieron con la pandemia, otros simplemente se separaron y fue justamente porque el placer o el eros es el que viene a rescatarnos siempre que hay una amenaza.

"Cuando se corta ese ritual, el de las citas, el de la vida social, hizo que nos pusiéramos más introspectivos (...) empezamos a nombrar aquello que no se podía nombrar y a aclarar todas esas dudas que teníamos".


Su espacio físico

El 2022 marcó la transición a espacios físicos del concepto de la Eroteca, lo que dio inicio a Casa Eroteca en ZunZún Jardín Insular, en la Colonia Roma Norte, durante los fines de semana de octubre y noviembre.

La idea durante las jornadas ha sido contar con charlas, clases magistrales, talleres, bazares, entre otras actividades presenciales.

Según refieren las fundadoras, se vive en una sociedad plagada de estigmas y prejuicios sobre la sexualidad femenina, lo que priva a muchas personas de ejercer su derecho a experimentar su sexualidad de manera libre, plena, segura y, sobre todo, placentera.

Por ello es que Casa Eroteca "brinda información científica y laica que ayuda a desmitificar dichos estigmas".

Para lo que resta de octubre y durante noviembre la experiencia ofrecerá charlas sobre placer así como fiestas, activaciones artísticas con números de burlesque, danza y performances.

La voluntad de las fundadoras de La Eroteca es comenzar a migrar el concepto a otros espacios de la República Mexicana, teniendo en el radar ciudades como Oaxaca, Monterrey, Guadalajara y Mérida.

Y es que –dice Anabel– aún quedan muchos muros por derrumbar y muchas batallas que ganar para otorgarle un poco de libertad erótica y sexual a todos aquellos que todavía no están conformes.

"La sexualidad puede a veces ser dolorosa. No siempre es un lugar de gozo, a veces es un lugar de mucho dolor, de represión, es un lugar incómodo porque no podemos expresar nuestros deseos de la manera adecuada.

"Buscamos dar herramientas que nos funcionan a todas las personas pero principalmente, históricamente, el lado femenino, el de las personas con vulva, de los que no son de aquí ni de allá, que están en el medio, en lo no binario, esa ese la historia que todavía no se acaba de contar bien, es la historia que nos interesa".

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Estos elementos, ligados a la sensorialidad y la percepción de la sexualidad humana pueden habitar muchos actos de la vida cotidiana, por lo que sus facetas son inagotables.

La sexualidad plena –platica– es tan vasta que no cabe en una sex shop como la conocemos.

Es por ello que Anabel, junto a su compañera Iraís Bermejo dieron vida a una propuesta propia para romper los esquemas establecidos: La Eroteca.

La Eroteca es una plataforma enfocada en promover la salud integral a nivel personal y colectivo a través de la exploración del placer, el erotismo y la sexualidad.

A través de La Eroteca los usuarios pueden encontrar copas menstruales, lubricantes, arneses, vibradores, succionadores, dildos, estimuladores para pene, anales y ejercitadores kegel.

Pero más importante, encuentran educación y experiencias en torno a la sexualidad y el erotismo bajo una nueva óptica.

Según refiere, una de sus metas es ser un espacio interdisciplinario, horizontal y plural, donde todas las voces y todas las opiniones tengan un lugar donde puedan encontrar "algo que les acomode".

Para ello, parte de las bases de "desgenitalizar", el placer sexual y el erotismo, y así buscar nuevas maneras de obtener placer.

En La Eroteca su comunidad ha encontrado múltiples textos, talleres y pláticas en torno a estos temas.

Algunos de los más recientes, impartidos por expertos que han tratado sobre la exploración táctil del barro, la creación de conciencia del piso pélvico, sobre el arte del striptease, nuevos enfoques para el bondage japonés, la expresión corporal y la exploración sensorial, y otro sobre relaciones éticas, monógamas y no monógamas.

También han buscado conectar con personas que buscan experimentar su sexualidad sin tabúes con eventos, performances, fiestas swingers, BDSM y fetichistas.

De esta manera, La Eroteca es una encrucijada entre muchas cosas, una sex shop con perspectiva de género, una escuela, un taller, una casa cultural y un club social.

El objetivo central de sus fundadoras, las artistas Anabel Venegas e Iraís Bermejo, es que sea un espacio seguro para que las personas puedan tener libertad en torno a su sexualidad.

"La Eroteca es un compendio de erotismo en donde hablamos de todas las aristas que conforman el eros, no simplemente lo físico, sino lo emocional, lo intelectual, lo espiritual, abordando todas las áreas posibles", platica Anabel.

"Creemos firmemente en que la sexualidad es uno de los rasgos de nuestra personalidad, de nuestra esencia y de nuestra identidad, y que también comprende experiencias que alimentan el espíritu, la intelectualidad y otras áreas que son independientes al cuerpo".


Una casa para todas

El concepto para La Eroteca se formuló hace cuatro años al regreso de un viaje a Montreal de Iraís Bermejo, comunicóloga y gestora cultural con más de 15 años de experiencia en la creación de proyectos autogestivos culturales y artísticos.

Anabel Venegas por su parte es diseñadora gráfica e ilustradora erótica con más de 13 años de trayectoria como creadora independiente.

Ambas habían trabajado juntas desde 2017 en proyectos culturales y artísticos enfocados en el erotismo, pero hasta llegada la pandemia en 2020 fue que decidieron darle forma a La Eroteca.

La idea era crear un espacio virtual donde se pudieran encontrar objetos de placer bajo un concepto diferente al de las sex shop tradicionales, las cuales centran su propuesta en el placer masculino.

"No nos sentíamos identificadas con la oferta actual de las sex shop, todo nos parecía demasiado directo, demasiado frontal. No había un discurso que sintieramos nos hablara a nosotras como personas con vulva, no binarias o no conformes a la heteronorma.

"Hacía falta un lugar intermedio entre simplemente sexualizar y el erotismo. Estos discursos nos tenían cansadas y decidimos inventar un espacio en donde la gente como nosotras se pudiera identificar y resulta que somos muchas".

Según explica Anabel, tomaron inspiración de los textos de Audre Lorde, escritora afroamericana, feminista, lesbiana y activista por los derechos civiles, quien escribió ampliamente sobre la reivindicación del erotismo como una fuente de poder para la mujer, siempre y cuando ésta se apropie de él en sus términos, desde la felicidad, el placer y la satisfacción propias.

El erotismo –escribió Lorde– debe ser compartido por las mujeres como un método para encontrarse con otras y así empoderarse las unas a las otras para resistirse al patriarcado, el racismo y la heteronorma.

"Queríamos llegar a ese lugar en el cual podamos navegar ese erotismo y la complejidad de la emoción, en vez de evadirla a través de la sensación como lo hace la pornografía.

"Eso no quiere decir que estemos en el sentido opuesto de las interacciones sexuales, sino es cómo revistamos ese lugar desde una perspectiva más amplia, más inclusiva".

Fue así que la plataforma inició como una sex shop de concepto comercializando "herramientas de erotismo", como las fundadoras llaman a juguetes sexuales, y las cuales pasan por un filtro de perspectiva de género y calidad.

Acompañando al e-commerce las fundadoras asesoradas por expertos realizaban videoconferencias gratuitas donde hablaban de diversos temas relativos a la sexualidad y el erotismo, del orgasmo, huevos yoni, de la ficción y deseo.

"Comenzamos a hacer esta red de sexólogos, de terapeutas y personas que nos ayudan a relacionarnos muchísimo mejor con nuestro cuerpo, con nuestra salud sexual y con otras personas a través de herramientas de psicología y terapia".

Con el tiempo las pláticas y talleres sobre erotismo y placer pasaron a ser el centro de la propuesta de valor de La Eroteca, que hoy llega a más de 22 mil usuarios en Instagram.

Como platica Anabel, a La Eroteca han llegado personas de todos los orígenes, pero en especial son aquellas que buscan nuevas formas de relacionarse, especialmente los pertenecientes a la comunidad LGBT+.

Gente –dice– que busca la deconstrucción.

"Incluso han entrado a nuestros talleres personas que están cerca de la tercera edad y que están teniendo un revivir sexual no erótico (...) hay muchísimos hombres heterosexuales que viven en pareja o que están solteros y que también tienen la curiosidad de vivirse desde otro lugar".

Según explica Anabel, la pandemia representó un catalizador para una propuesta educativa y experiencial como la de La Eroteca.

Encerradas en sus casas, sin ir al trabajo, al gimnasio, a fiestas, las personas se quedaron en soledad o sólo con la compañía de sus parejas, por lo que estos han sido años de reflexión sobre la intimidad y las relaciones.

Las personas –opina– quieren respuestas a sus dudas y ampliar sus horizontes.

"Algunos vínculos se fortalecieron con la pandemia, otros simplemente se separaron y fue justamente porque el placer o el eros es el que viene a rescatarnos siempre que hay una amenaza.

"Cuando se corta ese ritual, el de las citas, el de la vida social, hizo que nos pusiéramos más introspectivos (...) empezamos a nombrar aquello que no se podía nombrar y a aclarar todas esas dudas que teníamos".


Su espacio físico

El 2022 marcó la transición a espacios físicos del concepto de la Eroteca, lo que dio inicio a Casa Eroteca en ZunZún Jardín Insular, en la Colonia Roma Norte, durante los fines de semana de octubre y noviembre.

La idea durante las jornadas ha sido contar con charlas, clases magistrales, talleres, bazares, entre otras actividades presenciales.

Según refieren las fundadoras, se vive en una sociedad plagada de estigmas y prejuicios sobre la sexualidad femenina, lo que priva a muchas personas de ejercer su derecho a experimentar su sexualidad de manera libre, plena, segura y, sobre todo, placentera.

Por ello es que Casa Eroteca "brinda información científica y laica que ayuda a desmitificar dichos estigmas".

Para lo que resta de octubre y durante noviembre la experiencia ofrecerá charlas sobre placer así como fiestas, activaciones artísticas con números de burlesque, danza y performances.

La voluntad de las fundadoras de La Eroteca es comenzar a migrar el concepto a otros espacios de la República Mexicana, teniendo en el radar ciudades como Oaxaca, Monterrey, Guadalajara y Mérida.

Y es que –dice Anabel– aún quedan muchos muros por derrumbar y muchas batallas que ganar para otorgarle un poco de libertad erótica y sexual a todos aquellos que todavía no están conformes.

"La sexualidad puede a veces ser dolorosa. No siempre es un lugar de gozo, a veces es un lugar de mucho dolor, de represión, es un lugar incómodo porque no podemos expresar nuestros deseos de la manera adecuada.

"Buscamos dar herramientas que nos funcionan a todas las personas pero principalmente, históricamente, el lado femenino, el de las personas con vulva, de los que no son de aquí ni de allá, que están en el medio, en lo no binario, esa ese la historia que todavía no se acaba de contar bien, es la historia que nos interesa".

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