La Paz, Baja California Sur.- Con un sabor característico de la media península y una esencia de la antigua España, los chimangos son un postre que forma parte orgullosamente de la cultura gastronómica de Sudcalifornia, ¿ya los conoces?
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Los chimangos son una especie de panecillo con forma de triángulo o rombo, elaborados a base de ingredientes como harina de maíz o trigo, canela, piloncillo y, en ocasiones, naranja. Su historia se remonta a la necesidad de contar con una dieta resistente a las altas temperaturas y a las largas trayectorias que habitualmente enfrentaban los vaqueros sudcalifornianos.
Hoy en día, representan el sustento económico de familias sudcalifornianas que día a día salen a las calles o instalan sus estantes como puntos de venta. Así, a través de su actividad laboral, continúan fomentando la gastronomía del estado.
Se dice que el café de talega es el acompañante perfecto para disfrutar de este delicioso manjar, aunque algunos habitantes también suelen degustar sus chimangos con frijoles refritos, queso fresco y aguacate.
La receta de los chimangos tiene variantes en cuanto a algunos ingredientes del amasado, como el uso de jugo de naranja, leche, agua o té de canela, así como la utilización de aceite o manteca animal. Originalmente, la harina era exclusivamente de maíz y no se agregaba leche.
Si tienes antojo o curiosidad por conocer su sabor, te dejamos los pasos para preparar este delicioso postre de la forma más sencilla posible.
UNA DULCE RECETA DE RANCHO
Según el libro "La Gastronomía de los Zafiros: Arte que surge del mar y el desierto de Sudcalifornia", para preparar 20 piezas de chimangos se necesitan: un kilogramo de azúcar, una taza y media de harina, 250 gramos de mantequilla, una cucharadita de canela molida, una y media taza de leche evaporada caliente, media cucharadita de sal y una cucharadita de polvo para hornear.
Para su preparación, mezcla la harina con la mantequilla, el azúcar, la sal y el polvo para hornear. Luego, agrega la leche y revuelve hasta que la mezcla pueda manejarse con la mano. Amasa con tus propias manos hasta lograr una masa homogénea.
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El secreto esencial para este postre sudcaliforniano es dejarlo reposar al sol, tapado con una servilleta de tela. Después, forma tres pequeñas bolitas, como las que se hacen para la elaboración de tortillas de harina, ¡y listo, a comer!
