El RealMadrid ganó moral goleando a la Real Sociedad y recuperó confianza con una gran primera parte que invita a soñar al madridismo antes de la gran cita europea ante el PSG, con Cristiano Ronaldo recuperando pegada y liderando el ataque de un triunfo cómodo en un duelo de baja intensidad.
El incómodo silencio del inicio de partido se transformó en una cerrada ovación al descanso. Los jugadores del Real
Madrid lo habían dado todo para enganchar de nuevo a una afición alicaída por el derrumbe inesperado. Cuatro goles a una Real Sociedad en dinámica peligrosa y superada en el primer acto. Con el PSG llamando a la puerta del Bernabéu para un duelo de colosos.
No había arrancado el partido y los de Zidane ya lo habían encarrilado. Daba descanso el técnico francés a Casemiro y Bale antes de la cita europea y sus sustitutos brillaban. Activo Marco Asensio, incombustible Lucas Vázquez que marcaba cuando no se había cumplido el minuto. El centro de zurda de Cristiano lo cabeceaba a la red de testa para sellar el pase a un partido sin sufrimiento al fin en el Bernabéu para su afición.
La actitud que faltó en tantos partidos de esta Liga tirada a las primera de cambio por el Real
Madrid, sobró ante una Real superada en todas sus líneas, sin la intensidad necesaria para medirse a un grande. Fue un juguete en manos de su rival y cometió errores defensivos que cuestan goles. Los madridistas los necesitaban para sentir el poder de su pegada antes de la Champions. Benzema se estrellaba con el poste y Cristiano afinaba puntería. Tenía un partido perfecto para mejorar sus guarismos.
Lucas estaba en todo, encarando siempre y desequilibrando, asistiendo. Encontró a Asensio para que probase a Rulli que nada podía hacer con Cristiano Ronaldo libre de marca para firmar su primer tanto. Asensio veía el desmarque de Marcelo que servía un pase con fuerza al pie del portugués. Ningún central pendiente de su marca. El conjunto donostiarra veía la que se le venía encima.
Porque el RealMadrid no tuvo ninguna intención de parar en el primer acto. Se sintió fuerte y buscó siempre más. Benzema y Asensio no marcaban porque los defensores rivales lo evitaban en la línea de gol, el poste repelía un remate potente de Cristiano que se desquitaba marcando de cabeza tras córner botado por Kroos. Antes el alemán había firmado un tanto marca de la casa. Desde la frontal con rosca a la escuadra tras pase, como no, de Lucas Vázquez.
La confianza en la definición del portugués reaparece en el momento clave de la temporada para el Real
Madrid en Europa. Aún le quedaba un tanto para el triplete como broche final de su partido. hambriento de tantos y de éxito en una cita que sabe paralizará el mundo del fútbol.
No quedaba historia por contar en la segunda mitad. Como era previsible el Real
Madrid bajaría el ritmo para evitar situaciones de riesgo y le sirvió a la Real Sociedad para adelantar metros y tener más balón. Nada le metería en el partido, pero lo intentó y la madera repelió el remate de cabeza de Juanmi.
El Real
Madrid rebajó de marcha, guardó fuerzas para el miércoles y acabó mostrando una fragilidad defensiva preocupante. Zidane hizo cambios pronto para intentar recuperar la posesión con la entrada de Kovacic e Isco tras una extraña suplencia. Su papel ha perdido fuerza hasta ser suplente el día que descansó Bale.
Apenas un disparo de Kroos con bote envenenado que sacó Rulli era el único acercamiento madridista por área rival. Mientras, una arrancada de Odriozola mostraba su velocidad en el Bernabéu donde es seguido con lupa e Illarramendi acariciaba la escuadra con una falta desde la frontal.
El esfuerzo de la Real, tirando de orgullo pese a tener el partido perdido, encontró el premio en el gol de Bautista, que castigó con seguridad en la definición un desajuste de marcas de la zaga blanca. El duelo se cerraba con el tercer tanto de Cristiano, con hambre en la zona del 9 tras un disparo de Bale que no blocó Rulli, y con el tanto en su vuelta a la que fue su casa de Illarramendi.
Hasta en un día que alimenta la esperanza del madridismo, se silbó a Benzema que cerró el duelo fallando lo que un delantero nunca puede perdonar. El pase medido de Bale lo mandó a las nubes a un metro de la portería. La hora de la verdad llega al Bernabéu. Su temporada en juego ante el PSG.