La Paz, Baja California Sur.- El Manglito, junto con ElEsterito y el Centro fueron las colonias fundadoras de la ciudad deLa Paz, en aquellos entonces las actividades principales era laextracción en las minas y la pesca; prácticamente estas treszonas se constituyeron como comunidades pesqueras y generacióntras generación la tradición fue perdiendo fuerza y la ensenadase fue acabando; aquellas narraciones de los abuelos que contabansobre la abundancia de callo de hacha, de almeja catarina, depeces, etcétera, parecían cuentos solamente.
A pesar de todo El Manglito aún es una comunidad dedicada a lapesca que ha pasado por momentos sumamente difíciles debido a laexplotación de las especies y a los fenómenos naturales pero queha aprendido a trabajar en equipo para la restauración de laensenada y volver a los tiempos de sus antepasados.
El pescador Hubert Méndez menciona que él empezó abucear desde los 13 años como todo niño de El Manglito, asistíaa la escuela y después se iba a ayudar a sus papás los fines desemana donde dice que sacaban cantidades increíbles de almeja y decallo de hacha; en aquellos tiempos su mentalidad era que lariqueza de la ensenada nunca se iba a acabar… pero se acabó.Hubo un tiempo en el que no quedó absolutamente nada y lospescadores tenían que ir cada vez más y más lejos a pescar eiban pescando “lo que se nos atravesara, pescado, chocolata,caracol, etcétera”.
Después les entró la inquietud de restaurar la ensenada, decuestionarse por qué tenían que batallar yendo tan lejos sitenían la ensenada tan cerca y empezaron primero a trabajar encolectivo haciendo un censo para ver cuánto callo de hacha había,y encontraron que eran 40 mil y muy dispersos así que pararestaurar la riqueza hicieron varias pláticas con los pescadores ytras negociaciones decidieron firmar un acuerdo de no pescar elcallo de hacha ni la almeja catarina, a lo que todos accedieron eigualmente acordaron a hacer vigilancia las 24 horas.
Sin embargo durante esos primeros seis años que teníanque respetar el acuerdo de no pescar, menciona Hubert que “lapalomilla sí se las vio negras”, muchos ya querían sacar elcallo de hacha, porque a pesar de que podían ejercer las demáslicencias de pesca, eso no les daba suficiente dinero para mantenera sus familias y muchos de ellos recurrían a pesca ilegal. Parasolucionar este problema los pescadores iniciaron a incorporar alos pecadores en una cooperativa a la que denominaron OPRE, a laque pertenecen 108 pescadores de los cuales 23 son mujeres. Entrelos trabajos que realizan son actividades de vigilancia, limpiezade tunicado y seguimiento de resiembra de callo dehacha.
En octubre de 2017, después de seis años sin pescar tuvieronsu primera cosecha, donde sacaron tres toneladas y 100 kilos decallo de hacha; actualmente hicieron un censo en el cual se lesentregó un periodo de captura para siete toneladas de callo loscuales van a planear cómo organizarse entre todos parasacarlos.
LOS RETOS DE LA PESCA EN LAENSENADA
Entre los grandes retos que enfrentan ahora se encuentrala pesca ilegal y el tunicado. El tunicado es una especie que vienede Australia y se origina por un mal hábito en la limpieza de lasembarcaciones, así que llega a la ensenada y abraza a los callosde hacha hasta matarlos; tan solo en la cosecha pasada sacaron 177toneladas de esta especie y se perdieron alrededor de dos millonesde callos por esta causa y otro poco por fenómenos naturales.Debido a esto los pescadores todos los días destinan de cuatro acinco horas para sumergirse con un kilo y medio de plomo paralimpiar por secciones los callos del tunicado y así podersalvarlos, sin embargo esta es una labor titánica que cuesta muchotiempo y dinero para ellos.
La otra labor que realizan es la vigilancia y la resiembra,ambas para evitar la pesca ilegal por parte de personas que no lededican tiempo a la limpieza como los pescadores y no pertenecen ala cooperativa, sin embargo vienen a llevarse el producto que elloscon tanto esfuerzo y sacrificio cuidan, y lo peor es que en sumayoría son personas que venden muy barato el callo y la gananciaque obtienen la destinan a un consumo personal de drogas. A pesarde realizar la vigilancia, ellos se sienten atados de manos ya queno pueden hacer absolutamente nada en contra de estas personas queconsideran les están robando y se quejan de que las autoridades noatienden a sus llamados de atención.
Debido al tunicado y a la pesca ilegal, los pescadorescada vez enfrentan más sacrificios y trabajo a la hora de realizarla cosecha ya que invierten más horas y dinero en poder cuidar eseproducto que es el único sustento de sus familias. Invitarlos aque hagan otra cosa para mantenerse es invitarlos a que dejen defomentar y sembrar la semilla de las tradiciones que dieron vida aesta ciudad.
