La Paz, Baja California Sur.- Pequeñas esferas con espinas y corteza gruesa, bajo tintes rojos dulces y semillas negras entre cactáceas; las pitahayas son una de las frutas del desierto tan deseadas por la comunidad sudcaliforniana. En especial, cuando estas se convierten en una deliciosa nieve durante la temporada de verano.
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También considerada un oasis del desierto, la pitahaya destaca por su resistencia a los climas áridos. En Baja California Sur, y especialmente en los poblados de El Triunfo, el valle de Los Planes, San Antonio, San Bartolo y Todos Santos, se cosechan dos clases de estos frutos representativos: dulces y agridulces.
La cosecha y el cultivo de la pitahaya promueve la sustentabilidad, la tradición de saberes culturales y el amor por la naturaleza desértica del estado; en especial, a partir de la acción colectiva por parte de familias y comunidades que temporada tras temporada dedican su vida a la producción de dichas frutas, permitiendo lograr un sustento económico para las familias sudcalifornianas.
Si bien, las pitahayas suelen utilizarse para su consumo y comercialización en la elaboración de dulces, la nieve de garrafa es uno de los procedimientos más característicos. Aunque también ha cobrado presencia en bebidas como vino, cerveza, licores y mixología o bebidas preparadas con alcohol.
Entre otros pasos a seguir, la realización de la nieve consiste en quitar toda la cáscara hasta sacar el corazón de la fruta; esta se mezcla, se coloca en un cazo a fuego con leña y se empieza a batir por varias horas hasta que la semilla suba a la superficie y pueda colarse; de acuerdo con la Dirección Municipal de La Paz.
FRUTA MILENARIA
Las pitahayas formaban parte importante en la alimentación, ya que constituían un medio de sobrevivencia en las comunidades áridas localizadas en las regiones desérticas; como Loreto, Mulegé y algunas localidades de La Paz.
Hoy en día, incluso, en el pueblo de El Triunfo se realiza la Fiesta de la Pitahaya en la que se premian los ejemplares vistosos. Siendo así, la tradición de la nieve de pitahaya del desierto sudcaliforniano refleja la importancia en materia económica y cultural para el fomento de productos regionales a favor de las comunidades oriundas de la media península.
A la fecha, existen más de 10 especies de pitahaya en toda la República Mexicana; incluyendo regiones de los estados de Sonora, Sinaloa, Zacatecas, Oaxaca, Guerrero, Quintana Roo, Yucatán y Jalisco.
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Aunque, como la del desierto de Baja California Sur, no hay dos; así que, si aún no pruebas la nieve de pitahaya 100% choyera, es tiempo de degustar esta delicia orgullosamente de tierras sudcalifornianas.