La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Uno de los personajes que sin duda alguna despertaban todo tipo de opiniones en los carnavales de la ciudad capital, son las mascaritas esas que, con trajes estrafalarios, maquillaje desbordante tallado en tela que dejaba mucho que desear y cabezas de cono mismos que sorprendían a propios y extraños y qué decir de la alegría que dejaban a su paso.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
Porque hay que recalcar que la gran mayoría de ellas caminaban por el concurrido malecón ahogadas en alcohol despertando cierto misticismo de quienes eran realmente los protagonistas de los estrafalarios bailes y desenfadada forma de ser.
Amadas por unos y odiadas por otros pero algo que no se puede negar que sin ellas los carnavales no serian lo mismo, sobre todo en los desfiles de los carros alegóricos ya que eran las primeras en jalar a la gente cuando las bocinas hacían sonar las populares canciones de cumbia, banda y reggaetón.
UN POCO DE HISTORIA DE LAS MASCARITAS
Las máscaras de carnaval tienen su origen en Venecia, Italia en el siglo XIII ya que desde esta manera se podía borrar diferencias sociales pues la fiesta del pueblo era lo más importante, además de que se podía tener cierto anonimato al portarlas pues fueron muchos personajes importantes quienes andaban con sus máscaras y pasaban desapercibidos pues eran fiestas donde muchas veces preservaba la inmoralidad y la libertad al extremo.
Se puede precisar que la belleza y elegancia de estas mascaras era infinito, pues cada detalle era cuidado a la perfección pues de alguna u otra forma era la carta de presentación para poder hacer alarde a la desobediencia.
Es importante recalcar que tanto fue la euforia de las mascaras que ya no solo se le dio uso en las carnavales más populares del mundo sino a fiestas, reuniones y hoy en día tienen un fetiche hasta sexual.
No podemos dejar atrás que el pueblo comenzó también a crear sus propias mascaras con los recursos que se tenían y es cuando nacen “Las mascaritas” y quienes la portaban decidieron adoptar la alegría y bailes exóticos para llamar la atención y sobre todo quemar todo tipo de pensamientos que podrían surgir, pues cada mascarita define su propia identidad ya que hasta había niños y niñas que portaron las singulares mascaritas.
Las mascaras han ido evolucionando a través de la historia, pero lo que es un hecho que estas mismas se quedan en el coeficiente colectivo haciendo inolvidable los carnavales que estas mismas fechas hacían retumbar un malecón de la ciudad capital que este año descanso de la algarabía popular, esa misma que se vio detenida por la pandemia del Covid-19.
