La Paz, Baja California Sur.- Brenda Miranda, quien se dedica a la investigación escénica y al trabajo interdisciplinar, menciona que se inició en la medicina alternativa a partir del origen otomí de su abuela, quien era curandera, y conforme se fue adentrando en ella comprendió la relación entre las mujeres, la medicina y el cuerpo.
En su andar, Brenda ha hecho un compendio de conocimientos medicinales y ha encontrado que éstos se relacionan mucho con las mujeres debido a que en particular el cuerpo de éstas se percibe en el espacio y tiene que ver con un hacer social y ambiental, cosa que en el caso de los hombres se ve mermada por los roles que se le han impuesto, que lo desprende de su sensorialidad.
ALTERNATIVAS
“La medicina alternativa es para la mujer una ruta de activación de sus memorias”, pues promueve activar todas nuestras células, “el cuerpo que no se mueve se muere”, así que a través del movimiento consciente del cuerpo y de la generación o la compartición de remedios que son conocimiento para curarnos se puede prescindir de la medicina con químicos.
Este conocimiento compartido no es un conocimiento ancestral, menciona Brenda, “es conocimiento, porque es una experiencia. Si algún intelectual dijera que no lo es porque no está probado en un laboratorio, yo creo que la experiencia sensorial es el laboratorio”; este conocimiento es actual, está vigente y es una experiencia en la que el cuerpo habla, siente y no se le debe demeritar, como se demeritó a las curanderas, brujas, chamanas, etcétera quienes -a diferencia de los hombres- tenían acceso a tocar todo tipo de cuerpos enfermos, lo cual le brindó una historia más profunda de conocimiento que aumenta con la capacidad de dar a luz y la de ser valientes para sentirnos, “que nos abre todo un conocimiento”.