La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- El señor Juan Francisco Pérez, a la corta edad de 15 años cuando era un joven adolescente decidió aprender el noble oficio de la reparación del calzado.
Mencionó que había un letrero donde se estaba buscando a alguien que quisiera trabajar en este oficio, básicamente lo capacitaron sobre la marcha para que aprendiera rápidamente y trabajara en ello, dándole un sueldo a destajo dependiendo de los trabajos que realizará. Hace 6 años inició con su propio taller de reparación de calzado, y aunque la temporada es baja le ha ido bien porque ya tiene a sus clientes.
Así mismo afirmó que en este año los insumos han elevado sus precios por lo cual es difícil en ocasiones mandar pedir los materiales que necesita para continuar con su labor en la reparación de calzado de su taller, sin embargo ha optado por pedirle a un familiar que vive en Querétaro que le envíe por correo algunos productos que tardan más en llegar pero son más económicos, sin embargo por lo general estos insumos que son más costosos tiene que traerlos de Guadalajara o de León Guanajuato, porque de comprarlos en la ciudad de La Paz le cuestan tres veces más caros.
“Tengo 6 años en mi taller de reparación de calzado, es un oficio muy noble que si se trabaja bien, se gana bien, lo aprendí cuando estaba jovencito tenía 15 años de edad, uno de joven aprende muy rápido el oficio.
Me ofrecieron trabajar en un taller y como no tenía trabajo acepte y fui aprendiendo el oficio así sobre la marcha, me enseñaron a coser a mano el zapato, a pegar el calzado, en poco tiempo aprendí bien todo por la misma necesidad porque te pagan a destajo, entre más trabajos salgan más te pagan”.
“Antes la gente tenía la costumbre de ir a un lugar a reparar su calzado en vez de tirar los zapatos e ir a una zapatería a gastar más por un calzado. Sin embargo mucha gente adulta tiene esta costumbre de acudir a un lugar donde le reparen sus zapatos.
Me traen a reparar el calzado y les sale mas económico que comprar un par nuevo de zapatos, también me traen las mochilas y les pongo sus cierres, es un oficio muy noble que si le pones empeño si te deja dinero, pero si le echas flojera pues no”.
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“Encargó un pegamento que en La Paz no lo venden, hilos, baquetas, suelas, todo lo necesario para reparar calzado, la semana santa es muy tranquila para el negocio, pero terminando ya se empieza a componer.
El año pasado y a principios el año realmente estuvo muy flojo con poca clientela, pero ya va a empezar a mejorar la situación del negocio, por lo menos que salga para cubrir los gastos y para el diario. Mucha gente va a las playas y la ciudad como que queda sola, pero ya regresando esperamos recuperarnos”.
Una gran parte de la ciudadanía paceña tiene la cultura de mandar arreglar o reparar sus zapatos, sobre todo si estos le representan un gasto fuerte en sus finanzas, porque el calzado en sí tiene precios bastante altos, les cuesta menos dinero repararlos que pagar por un par nuevo, haciéndolos rendir un tiempecito más.
“De esto vive uno pero falta quien quiera aprender este oficio porque ese es otro detalle, ya no hay quien quiera aprender esto, la juventud anda en otras cosas, y este tipo de oficios no les llaman la atención.
Mi hijo por ejemplo tiene una carrera de licenciatura y no se va a quedar de zapatero, hay se va a acabar el taller, a menos que encuentre a alguien joven que quiera aprender este oficio. Principalmente lo jóvenes porque son los que aprenden más rápido y así duran más tiempecito haciendo esto”.
